Un estudio muestra que por el desarrollo profundamente asimétrico entre la zona norte y sur de la Ciudad de Buenos Aires, en el distrito con más recursos del país, los barrios al sur de la Capital se han convertido en el “conurbano porteño”. Algunos de los datos que marcan esta brecha socio-económica indican que, por ejemplo, a fines de 2019 el ingreso promedio per capita familiar fue un 140 por ciento más alto en la zona norte que en la sur, que la desocupación en el sur es del 12,2 por ciento, similar a la tasa del conurbano, contra el 7,2 por ciento en la zona norte. Las diferencias también son acentuadas con relación al nivel educativo y al acceso a la educación, la situación habitacional, las prestaciones de salud y la mortalidad de menores de un año por cada mil nacidos vivos.

El informe "Las desigualdades en la Ciudad de Buenos Aires" fue elaborado por el CEM -el Centro de Estudios Metropolitanos producto de un acuerdo de cooperación entre la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET), la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham-, tomando como objeto de estudio el AMBA, es decir, la Ciudad de Buenos Aires y los 24 municipios que la rodean.

En sus conclusiones, el relevamiento advierte que, si bien el AMBA se caracteriza por desigualdades sociales y económicas, y una desigual disponibilidad de recursos públicos, al interior de la Ciudad esa diferencia se da en el eje norte sur, con resultados que señalan que la zona desfavorecida de la Ciudad "comparte valores con el Conurbano, formando parte de lo que podríamos denominar el 'conurbano porteño' y que como tal merece la atención que los Estados, medios de comunicación e investigadores le prestan a la emergencia del otro lado del Riachuelo y la General Paz".

Los datos duros de la investigación muestran, en primer lugar, que en la Ciudad se registró en los últimos dos años un deterioro del índice de Gini, el indicador que mide la desigualdad de los ingresos de una población, que pasó de 0,372 a 0,432 (1 representa  la máxima desigualdad), con un pico máximo de 4,57 en el tercer trimestre de 2019. En este contexto, donde se acentúan la diferencia entre los que ganan más y los que ganan menos, en el  4° trimestre del año pasado, el ingreso promedio per cápita familiar fue  un 140% más alto en la zona norte de la Ciudad que en los barrio más vulnerables de la zona sur. Un 15 por ciento más que en el mismo trimestre de 2017.

En el mismo periodo de dos años, la tasa de desocupación en la zona sur de la Ciudad se incrementó hata alcanzar el 12,2 por ciento, es decir, niveles superiores a los que se registran en 2019, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) -INDEC, en los partidos del Gran Buenos Aires, donde la desocupación alcanzó al 10,8 por ciento.

El estudio también compara la fuerte desigualdad que se registra a nivel educativo. Mientras en el barrio de Palermo, Comuna 14, el 89,8 por ciento de los mayores de 25 años completaron el nivel medio de enseñanza y el 60,3 por ciento finalizaron estudios superiores, esas cifras caen en barrios como Lugano y Soldati, Comuna 8, al 47,1 por ciento y al 14,4 por ciento respectivamente. 

Las diferencias también se manifiestan de forma muy marcada en el acceso a la educación en el nivel inicial. La comparación entre las dos comunas mencionadas respecto a la tasa de escolarización de la población de 3 años muestra que, mientras en Palermo en esa franja etaria la escolarización es del 100 por ciento, en la Comuna 8 los valores caen al 68,3 por ciento. 

Otros indicadores educativos también señalan diferencias significativas: En el nivel medio, la tasa de repitencia se incrementa desde un 3,8 por ciento en Núñez, Belgrano y Colegiales (Comuna 13) a un 13 por ciento en la Comuna 8, y la tasa de sobreedad salta desde un 14,9 por ciento en la Comuna 13 a un 36 por ciento en la Comuna 4 integrada por los  barrios de Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios. Al mismo tiempo, según el relevamiento, los indicadores de repitencia de los barrios porteños más pobres concuerdan más con los valores registrados en el conurbano bonaerense, 16, 4 por ciento, que con el valor promedio de CABA, que es del 8,4. Lo mismo ocurre con la repitencia del nivel primario de la Comuna 8 (1,8 por ciento) que es más cercana al promedio del conurbano (2,19 por ciento) que al promedio de la Ciudad (1,1%). 

En cuanto al acceso a la salud, el informe vuelve a mostrar diferencias en el eje norte sur. Si bien señala que la salud presenta situaciones disímiles al interior de la Ciudad, detalla que el 18,6 por ciento de las personas que viven en territorio porteño tienen como única cobertura de salud al sistema público. Pero mientras en la Comuna 13 sólo el 4, 4 por ciento de las personas se atiende en el sistema estatal, en la Comuna 8 el porcentaje asciende al 43,7 por ciento de la población. 

Las desigualdades también son profundas al analizar los fallecimientos de menores de un año por cada mil nacidos vivos, y los datos, en esta área, vuleven a hermanar en su vulnerabilidad a los barrios sureños con los distritos bonaerensese. Mientras el promedio en la Ciudad es del 6,5 por ciento, y en la Comuna 2 (Recoleta) es del 3,9 por ciento, en las Comunas 4 y 8 es el valor es  dos veces mayor: 8,9 y 8,8 por ciento  respectivamente. Valores similares a los que registran Lomas de Zamora (9 por ciento) o a José C. Paz (9,7) en lo que respecta a mortalidad infantil.