La controversia sobre las prisiones domiciliarias y excarcelaciones en la Provincia de Buenos Aires produjo una serie de falsas informaciones y polémicas. El procurador Julio Conte Grand, afirmó que el presidente de la Suprema Corte bonaerense, Eduardo De Lázzari, permitió que un solo magistrado de la Casación, Víctor Violini, disponga sobre la morigeraciones, excarcelaciones y domiciliarias. En verdad, De Lázzari, ante la epidemia, resolvió que la firma corresponda a un único juez, pero luego la Suprema Corte, en pleno, en la resolución 396/20, confirmó lo decidido por De Lazzari, dado que --obviamente-- los magistrados son de edad y la firma de un único juez les dio agilidad a las resoluciones del máximo tribunal bonaerense. O sea, no fue un magistrado que autorizó a otro magistrado, sino que eso fue convalidado por la totalidad de la Corte.

Al mismo tiempo, Violini también consultó a sus pares antes de firmar la resolución que está en línea con las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas. Así figura en su fallo, casi idéntico al de la Cámara de Casación Nacional y la Casación Federal. Los criterios son: presos en edad de riesgo, mayores de 60 o 65 años; con enfermedades como tuberculosis, HIV, diabetes y hepatitis; mujeres con hijos pequeños, embarazadas, presos que ya tenían salidas transitorias y que estén al final de la condena. Y en cada uno de esos casos, la condición es que no hubieran cometido delitos violentos. Los condenados por éstos últimos hechos siguen quedando en manos de cada juez, es decir que no se modificó nada.

Conte Grand, funcionario proveniente del macrismo y de la administración de María Eugenia Vidal, sostiene que él alentó a los defensores a que presentaran los pedidos de excarcelaciones y domiciliarias, pero al mismo tiempo se presenta en los medios como oponiéndose a las morigeraciones y lanzando dardos contra magistrados de la Corte y la Casación.

Por supuesto, que colgados a estos debates están los que dicen que se liberan violadores y asesinos, algo que no ocurre en ningún país. La interpretación política es que como no encuentran ángulo para criticar al gobierno nacional o bonaerense por su política frente al virus, tratan de instalar una falsa polémica para ver si pueden lograr al menos alguna adhesión en otro terreno.