El despliegue global del coronavirus generó cambios radicales en cada rincón del planeta. Las desigualdades se profundizaron, las necesidades crecieron y los organismos comenzaron a tomar medidas en consecuencia. En plena crisis por la pandemia, la Federación Internacional de Tenis anunció la creación de un nuevo panel de jugadores que funcionará como nexo entre el grueso de los tenistas con menor ranking y la dirigencia.

Así como la ATP cuenta con el Consejo de Jugadores, cuyo presidente es Novak Djokovic, la ITF reconocerá su propia agrupación, que estará compuesta por siete miembros: cinco por cada una de las zonas continentales, con ranking por debajo del puesto 350, y otros dos ubicados entre el 351 y el 500, sin importar la región de procedencia.

El nuevo panel será una suerte de sindicato con delegados que habitualmente se desempeñan en circuitos menores, sobre todo en torneos del ITF World Tour, los ex Futures, el primer escalón del tenis profesional. Los jugadores podrán acercar propuestas y ser escuchados por gente que ocupe cargos en ITF. Si bien el panel no tendrá un voto real para conseguir cambios, en principio será un canal para elevar la voz en las disputas que puedan generarse.

Juan Pablo Paz, de 25 años y 640º del mundo, aspira a ser el representante de Sudamérica. Conocedor en primera persona de la disparidad monetaria y las distintas falencias del circuito, el jugador nacido en Berazategui ya anunció su candidatura y sintió el apoyo de sus colegas. "Desde el momento en que me puse a disposición, cuando comuniqué que pretendía formar parte del panel, me escribieron de todos lados para bancarme", describió, entusiasmado, en diálogo con Página I12.

Desde esta semana está abierto el plazo para presentar las candidaturas y habrá tiempo hasta el 22 de mayo; el 28 se publicarán los postulantes y comenzará la votación, que durará hasta el 10 de junio; y el 15 del mismo mes se conocerán los miembros del panel, tanto en varones como en mujeres. Estarán en condiciones de sufragar todos los jugadores que tengan IPIN de ITF, la identificación virtual que utilizan para anotarse en los Futures.

"Si bien los integrantes no van a tomar decisiones, el panel es un paso adelante para proponer ideas y, sobre todo, para achicar distancia entre los jugadores y la ITF. Es para mejorar la comunicación, que hoy por hoy es bastante mala", sostuvo Paz, quien fuera uno de los estandartes en la pelea por recuperar la entrega de puntos ATP en los Futures . Y agregó, con sinceridad: "Muchos jugadores hacen promesas pero la realidad es que no van a tener poder. Si creen que yo debería estar en el panel, invito a los jugadores a que me pasen las ideas para que podamos acercarlas".

La formación de este nuevo consejo es un avance, sin dudas, pero no es suficiente. El ex 284º del ranking cree que lo primero que debieran buscar es que el panel pueda tener un voto válido en la toma de decisiones de la ITF. Y él, como todos los jugadores, habla con conocimiento de causa: "Si de verdad quieren ayudar al tenis nos tienen que dar un peso propio; nuestra opinión no es cualquiera, somos los que vivimos el día a día en el circuito. Sin un voto oficial esto quedará en palabras".

El segundo punto que los jugadores deberían atacar, según Paz, es la desigualdad económica entre los tenistas de arriba y los que sobreviven en los Futures. Y no es una descripción figurativa: en los circuitos menores juegan los que menos ganan y los que más gastan. "El tenis depende de la meritocracia: tenés que romperte el culo si querés ganar plata. Pero hay pibes de 18 años que se matan para llegar, y quizá en un futuro puedan meterse, pero hoy no tienen ranking ni plata para bancar todo un año", explicó el jugador.

La primera propuesta de Paz, en caso de entrar al panel, tiene base en un proyecto de su amigo Gastón Brizuela, ex tenista y estudiante de economía y finanzas, quien redactó un documento de quince páginas llamado "Hacia un tenis más justo": el planteo recomienda efectuar una retención mínima en los torneos de Grand Slam, organizados por ITF, para que todos los Futures mejoren sus premios y tengan hospitalidad.

Los tenistas suelen asumir deudas sin saber si podrán recuperar ese dinero en la cancha. Incluso llegan a caer en el arreglo de partidos, ante las mafias de apostadores, en plena desesperación por ganar el dinero que no pueden conseguir en la cancha. Por conquistar un Future, con el nulo margen de error que implica ser campeón, un jugador percibe alrededor de dos mil dólares, una cifra a la que hay que restarle impuestos y gastos corrientes por la falta de hospitalidad en torneos de este tipo.

El plan económico que presentará Paz, hoy radicado en Milán, busca reformular el sistema de redistribución de los premios oficiales. El motor es achicar la brecha entre los números que ofrecen los Grand Slams y los Futures: un campeón de Grand Slam gana alrededor de cuatro millones de dólares; el 1% corresponde a 40 mil dólares, 12,5 veces más que lo que percibe un campeón de un Future de 25 mil.

La idea es encontrar un reparto más equitativo y democratizar el prize money a favor de la masa crítica de jugadores, aquellos que están ubicados entre el puesto 200 y el último del ranking. El método de retención de alícuotas sería de forma progresiva en las ganancias: un pequeño incremento conforme el jugador avanza de ronda.

El documento solicita la presencia de un "Estado" en el tenis y sugiere que esa responsabilidad debe ser asumida por la ITF. También explica que, en los últimos años, el crecimiento del presupuesto del tenis a nivel global fue muy grande, pero aclara que ese crecimiento sólo benefició al segmento más alto de los jugadores.

Tabla del Abierto de Australia.

Así funcionaría el sistema si se toma, por caso, el récord de premios que otorgó el último Abierto de Australia. La cifra asciende a 71 millones de dólares, equivalente al costo de 2840 Futures de 25 mil dólares. El mismo procedimiento, con alícuotas menores, se haría con las distintas categorías, como singles femenino y dobles.

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