El empleo formal registró en marzo una caída de 0,5 por ciento en relación a febrero. Es la mayor contracción mensual de los meses de marzo desde el año 2002. “Este comportamiento se verifica en el mes en que se implementa el aislamiento social preventivo y obligatorio declarado en el marco de la pandemia del coronavirus oficializado el 20 de marzo. No cabe duda que esto impactó en las decisiones empresarias de contratación de personal”, indica el informe del Ministerio de Trabajo. El documento detalla que la retracción del empleo no se explica por el crecimiento de los despidos sino por un freno en las incorporaciones. De hecho, la tasa de incorporación de personal fue la más baja desde 2002. Para los próximos meses, las perspectivas en el empleo formal son muy malas, como consecuencia de la ruptura de la cadena de pagos a lo largo y ancho del sector privado, exceptuando algunos pocos sectores que siguieron produciendo.

“La incipiente recuperación del mercado de trabajo que se había visualizado en febrero se vio rápidamente afectada por los efectos de la pandemia, principalmente en las actividades limitadas a trabajar de forma remota, como la construcción, el comercio, hoteles y restaurantes y la actividad industrial”, informó el Ministerio de Trabajo. El empleo formal tuvo una baja mensual de 0,5 por ciento y acumula en los últimos doce meses una merma de 2,8 por ciento. En marzo, la tasa de salida del empleo (reducción de puestos) se ubicó en el 1,9 por ciento, similar a los valores de los últimos meses del año pasado y por debajo de la etapa más dura de la crisis cambiaria, mientras que la tasa de entrada fue de 1,4, que es el peor valor desde 2002. El mínimo de la serie de tasa de entrada que elabora la cartera laboral corresponde a junio de 2002, con el 1 por ciento. Cabe resaltar que desde abril rige la prohibición de los despidos por ley.

Los sectores de actividad que explicaron la caída del empleo de marzo fueron fundamentalmente la construcción, la industria y el comercio. El rubro con mayor caída fue construcción, que tuvo una reducción del 3,1 por ciento en relación al mes anterior y del 19,7 por ciento en la comparación interanual. El comercio, que mostraba cierta mejora en los últimos meses, también se vio fuertemente afectado, con un descenso de 0,8 por ciento mensual y de 3,1 por ciento en términos interanuales. En tanto, la industria manufacturera, que en los últimos tres meses había dejado de caer, volvió a presentar una variación negativa de 0,5 por ciento mensual y 3,1 por ciento en términos anuales. Sólo los servicios comunales, que incluyen salud y educación, tuvieron un aumento del empleo respecto del mes anterior, del 0,2 por ciento.

La comparación anual arroja una merma del 3 por ciento del empleo en las empresas de 200 o más ocupados, del 2,8 por ciento para las firmas de 50 a 199 empleados, y del 2,5 por ciento para las pymes de 10 a 49 empleados.

En el desagregado regional, el empleo en el Gran Buenos Aires mostró una variación negativa de 0,4 por ciento, mientras que los aglomerados del interior, en su conjunto, presentaron una reducción de 0,6 por ciento. En términos interanuales, se registró una contracción del empleo registrado en empresas privadas, que alcanzó al 2,9 por ciento en el GBA y 3 por ciento en los aglomerados del interior. Las caídas más pronunciadas en la comparación mensual se registraron en Gran Mar del Plata (-2,2), Gran Jujuy (-1,6), Gran Bahía Blanca (-1,2) y Gran Mendoza (-1,1).

"Las expectativas netas de aumento de personal, reflejadas en la diferencia entre la proporción de empresas que esperan aumentar sus dotaciones y aquellas que esperan disminuirlas, resultaron altamente negativas, ubicándose en el valor más bajo de la serie, con una merma del 6,5 por ciento", informó la cartera laboral.