El mercado cambiario no oficial tuvo mucha volatilidad en mayo. El contado con liquidación y el dólar MEP junto con la cotización del tipo de cambio paralelo alcanzaron picos en la primera mitad del mes. A partir de ese momento empezó a descomprimirse la presión cambiaria y las cotizaciones que se habían acercado a los 125 pesos en la bolsa (y a 140 pesos en la venta ilegal) cayeron más de 10 pesos en los últimos días.

La pregunta que se hacen economistas de distintas corrientes es qué pasara con el dólar en las próximas semanas. Entre los distintos informes que circularon en el mercado estos días se destaca el panorama del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas.

El documento platea que el movimiento del dólar Bolsa se moverá en función de tres factores: el internacional (vinculado con los flujos de capitales a emergentes), la deuda (asociada con el avance de la oferta del Gobierno y el acuerdo con los bonistas) y la política interna (atada a las medidas del Banco Central y otros organismos para contener la dolarización).

“El resultado de la reestructuración, las condiciones financieras globales y las respuestas de la política monetaria son las tres dimensiones que determinarán en el corto plazo los movimientos en los mercados paralelos de divisas”. Agregaron que las dos primeras están cargadas de incertidumbre mientras que la tercera depende de las prioridades del equipo económico. “Es una decisión de política legítima tolerar estos niveles de brecha hasta por lo menos terminar el proceso de reestructuración”, plantean.

El punto es que si la renegociación de la deuda termina siendo exitosa y descomprime con fuerza las presiones cambiarias en el mercado cambiario será una lección para los especuladores. Una muestra de este efecto fue lo que ocurrió la semana pasada cuando la baja del tipo de cambio implícito en la Bolsa generó fuertes pérdidas a los que habían comprado por encima de 120 pesos. El dólar MEP cerró el viernes por debajo de los 110 pesos.

Esto no implica que el equipo económico no haya tomado medidas para intentar contener la volatilidad de la divisa en el mercado paralelo y la presión de los arbitrajes con el dólar comercial. El documento de la Ocepp lo resume en cuatro puntos. El Banco Central y la Comisión Nacional de Valores implementaron una serie de medidas que apuntan a:

1. Prohibir que las entidades financieras realicen operaciones de caución bursátil tomadoras ni colocadoras.

2. Reglamentar que los FCI en pesos deben invertir al menos el 75 por ciento de su patrimonio en activos domésticos en pesos.

3. Limitar al 25 por ciento la tenencia de dólares por los FCI en pesos y los fondos en dólares que se suscriban en pesos (medida que no afecta a los fondos en dólares que se suscriben en dólares),

4. Restringir el acceso al dólar oficial a aquellos que hayan operado recientemente en el CCL.

A estas regulaciones se sumaron además incentivos de tasas de interés para estimular inversiones en moneda local y otras normativas que impiden que el acceso al crédito subsidiado en moneda local termine presionando el tipo de cambio.

La lógica es que el timming para reducir la brecha no tiene que ser necesariamente antes de que se termine la reestructuración de la deuda. Pero sí que será importante para la política económica moderar las diferencias entre las cotizaciones financieras y las comerciales. “Reducir la brecha es crucial si se quiere aliviar las presiones en el mercado de divisas cuidando el tipo de cambio oficial, y por lo tanto la inflación, la actividad y las Reservas Internacionales”.