Omitir para ir al contenido principal

Opinión

Diego, y el mordisco del hambre

Los paraísos deseados son siempre paraísos perdidos. No urge cambiar de sitio, sino de mirada. Es la realidad de un mundo torturado, mordido por el hambre, condenado a la noche perpetua.

Diego Maradona, en su regreso el balcón de la Casa Rosada.
Diego Maradona, en su regreso el balcón de la Casa Rosada.