Como si a un pato criollo se le colocara un traje espacial. Así es Space Force (dispuesta en Netflix desde el último viernes). A su protagonista le encomiendan que los Estados Unidos vuelva a brillar más allá de la estratósfera. El temita es que para lograrlo deberá enfrentarse a astronautas negligentes, científicos desorbitados, diputados terraplanistas y su propia obsesión por colocar láseres, fusiles de asalto y explosivos a cualquier objeto volador. La entrega, compuesta por diez episodios de media hora, fue desarrollada por Greg Daniels y Steve Carell (el mismísimo team de The Office).

“Poner las botas en la luna”, repite incansablemente el general Mark Naird (interpretado por el propio Carell). Ni él confía demasiado en el proyecto pero se instalará con su familia en Colorado para intentarlo. Su personaje es terco, estricto, almidonado y está más preocupado por la limpieza de sus zapatos que por lo que pasa allá arriba. ¿Pulverizar cohetes? ¿Naranjas de 10 mil dólares? ¿Conflictos con China? La seguidilla de traspiés no le van a impedir discrepar con todos los que pisen su base. Sea el equipo de científicos comandado por el Dr. Adrian Mallory (John Malkovich en piloto automático), el insoportable community manager (Ben Schwartz) o su propio secretario (Don Lake en plan roba escenas). La ficción tampoco se limita al día a día laboral de Naird sino que explora sus conflictos en casa. La esposa está encarcelada por algún motivo a descubrir (una desaprovechada Lisa Kudrow) y su problemática hija adolescente (Diana Silvers) anda de novia con un espía ruso. Cada episodio, entonces, presenta un nuevo problema para el altanero oficial de cuatro estrellas.

Space Force implica la vuelta de Carell a la comedia en pantalla chica tras varios proyectos en cine y el drama seriado. Lo hace en una propuesta que juega con un humor a varias bandas: la burla permanente a la jerga militar (al estilo M.A.S.H. y Dr. Strangelove), los diálogos picantes, algún que otro gag físico, el absurdo como norma, referencias metatextuales y una –muy lavada- sátira política. El resultado no llega “al infinito y más allá”, más bien vuelta bajito. Tan innegable como que Carell le confiere a su personaje una dureza y estupidez sobresalientes. Puede rumiar sin sentido, insultar a un mono porque se comió a un perro astronauta o declararse como “lo que antes en Estados Unidos se conocía como hombre”.

Sus involucrados han sugerido que la idea para la ficción devino de la orden de Donald Trump por crear una rama militar para actividades extraterrestres. En cierto sentido, la serie tiene la intención de figurar esa ridiculez del que está al mando (y particularmente de los que lo hacen en la actualidad). En cuanto al formato y al tono, Space Force está en otra galaxia que The Office. Aquel era un falso documental que explotaba al máximo las reglas laborales constreñidas a un solo espacio. Esta creación juega con el maximalismo de la puesta en escena, los ambientes de Washington y el gigantismo de la base militar. La semejanza pasa por el encargado de componer al protagónico. Éste es un Michael Scott de fajina, con más poder pero la misma incapacidad para ganarse el respeto de los demás. Un manojo de nervios al que lo calma cantar y bailar “Kokomo” de los Beach Boys en su despacho. Sin lugar a dudas, el highlight carrelesco de la serie.


Programados

* Netflix estrenará el 3 de julio la última temporada de Las Chicas del Cable, uno de los emblemas de la ficción española actual. Otra serie que retorna es Aquí en la Tierra. El thriller político podrá verse por Fox Premium Series desde el 17 de julio. “Sucede en México pero podría pasar en cualquier parte de Latinoamérica”, aseguró Gael García Bernal, quien además de actuar, produce la entrega.

* FX confirmó una tercera temporada para la genial What we do in the shadows. El mockumentary creado por Taika Waititi y Jemaine Clement sigue la noche a noche de un grupo de vampiros. Mark Hammill, Tilda Swinton, Evan Rachel Wood y Danny Trejo son algunos de los que ya le echaron una mordida y participaron como invitados.

* Nueva vida para Lisbeth Salander. Amazon Prime Studios hará una serie inspirada en la saga de novelas Millennium. Vale apuntar que no será una secuela ni una continuación del policial sino que estará inspirado en los personajes y tramas de Stieg Larsson adaptándolas a la actualidad. El icónico personaje ya fue interpretado en la gran pantalla por Noomi Rapace, Rooney Maray Claire Foy.

 

El personaje:

Neal Caffrey de White Collar (Matt Bomer). Notable estafador de ojos azules para quien “a veces es bueno ser un poco malo”. Vaya que sabía cómo lookearse y robar sin dejar rastro hasta que terminó colaborando para el FBI por esos temitas de la legalidad. Ladrón de cuello blanco, sí, pero con una tobillera negra para ser localizado.