El PBI acumuló un retroceso de 2,3 por ciento durante 2016, luego de registrar una merma de 2,1 por ciento interanual en el cuarto trimestre impulsada por caídas en el consumo, en la actividad industrial y en la construcción. El retroceso no pudo ser compensado por el mayor nivel de movimiento del sector agropecuario y el comercio internacional.

Además, a pesar de que el Indec no informó la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 2016 con la excusa de la “emergencia estadística”, la medición del PBI publicada hoy reportó una inflación de 40,9 por ciento durante el año pasado.

La economía argentina lleva tres trimestres consecutivos de bajadas interanuales y como “brote verde” apenas mostró una leve suba de 0,5 por ciento en términos desestacionalizados entre el tercer y cuatro trimestre. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aseguró en los últimos días que “estamos empezando a crecer. Los números lo ratifican" y sostuvo que los números del cuarto trimestre mostraron "una recuperación muy clara respecto al tercero".

La caída en los últimos tres meses del año pasado estuvo impulsada por la construcción, que bajó 7,8 por ciento durante diciembre y acumuló una disminución de 12,7 en el 2016, y la actividad industrial, que retrocedió 2,3 por ciento interanual y acumuló una pérdida del 4,6 por ciento durante el año pasado. Por el lado del consumo, la facturación por las ventas aumentó 21,6 por ciento los shoppings y 24,4 por ciento en los supermercados, muy por debajo del promedio de la inflación que rondó el 40 por ciento.

En 2015 el PBI había crecido 2,1 por ciento, tras haber sufrido una caída del 2,6 por ciento en 2014. Para 2017 el Gobierno incluyó en la Ley de Presupuesto un crecimiento de 3,5 por ciento, del que desconfían la mayoría de los analistas y hasta el propio Fondo Monetario Internacional.