Un día como hoy, pero hace 60 años, Atlanta estrenaba casa sobre la calle Humboldt. Ubicado en el barrio tanguero de Villa Crespo, es bien conocido como el club de la colectividad judía de Buenos Aires. En el partido inaugural la fiesta no fue completa, dado que cayó 1-3 ante Argentinos Juniors, su vecino de La Paternal. Pero eso no importó demasiado a la parcialidad del Bohemio, apelativo que se ganó por mudar sus instalaciones hacia distintos campos de juego desde que se fundó de manera oficial, a principios del siglo pasado. En el año 2000 el estadio fue bautizado "Don León Kolbowski", en honor a quien fuera presidente de la institución entre 1959 y 1969. Si bien el predio llegó a tener capacidad para 34.000 personas, fue clausurado en 2006 por deficiencias de infraestructura y reinaugurado tres años después con la construcción de dos nuevas tribunas populares de cemento. Crónica de un campo de juego que por sus reducidas dimensiones fue popularmente conocido como "El Cajoncito".

El Club Atlético Atlanta (CAA) fue fundado el 12 de octubre de 1904, el día que Manuel Pedro Quintana era investido como presidente de la Nación. El club tomó su nombre de un crucero de los Estados Unidos que recalaba en Buenos Aires porque varios de sus pasajeros acudían a la asunción del nuevo mandatario argentino.

Durante sus primeros 18 años de vida, Atlanta deambuló con frecuencia por diversos terrenos. De ahí proviene el mote de "Bohemios", que aún conserva. Cabe señalar que, a principios del siglo XX, dicho apelativo estaba vinculado con el pueblo gitano, de costumbres nómadas y que provenía de la región de Bohemia, actual República Checa.

Lo cierto fue que entre 1909 y 1918, Atlanta tuvo su cancha en el corazón del Parque Chacabuco. Al año siguiente hizo las veces de local en la sede de Ferro Carril Oeste, su rival de barrio en la época. Entre 1920 y 1921 jugó en la cancha de Banco Nación, ubicada en la calle Carrasco 250 del barrio de Floresta. Y un año más tarde alquiló un solar en Humboldt al 500, Villa Crespo, que contaba ya con una tribuna oficial techada.

Con sus representativos colores amarillo y azul, Atlanta fue uno de los 18 equipos que integraron la Liga Argentina de Football que dio inicio a la era profesional. En su primer encuentro, jugado curiosamente el último día del año 1931, perdió 1-0 ante River. 

Poco después ocurrió algo por demás extraño, ya que la Liga decidió arbitrariamente que Atlanta y Argentinos Juniors unieran sus equipos en 1934, con localía en Villa Crespo, el barrio que vio nacer al maestro Osvaldo Pugliese. Según la página Sentimiento Bohemio, la camiseta de este experimento futbolero era colorada, con solapa, bolsillo y puños auriazules. En ocasiones también usó una poco estética casaca roja con una V azul y amarilla en el frente. La campaña de este conjunto fusión devenido engendro fue pésima, y en la temporada siguiente ambos recuperaron su statu quo.

Un poco antes, Chacarita -rival deportivo del barrio- había construido un estadio de mayores dimensiones en el terreno lindero de Humboldt al 300. Las canchas de ambos clubes no estaban separadas siquiera por una calle. Una década más tarde, el Funebrero se encontraba con problemas para hacer frente al pago del alquiler del predio y la Compañía de Tierras de Villa Crespo lo adquirió con el propósito de cedérselo a Atlanta. 

Fue así que la dirigencia bohemia proyectó construir un gran estadio de cemento armado, aunque por años no logró el financiamiento para dar inicio a los trabajos. En el medio, el equipo descendió dos veces (en 1947 y 1952) y retornó otras dos a Primera (en 1949 y 1957).

Ya instalados en el terreno en el que se afincaría para siempre, tras el clásico contra Ferro que se disputó el 21 de junio de 1959 y terminó igualado 1-1, la Municipalidad de Buenos Aires clausuró "El Cajoncito", tal como se conocía entonces a la cancha de Atlanta, por condiciones no aptas de seguridad. 

El club no pudo levantar la clausura, pero la asamblea de socios decidió completar la construcción de la tribuna de cemento. Mientras sus abnegados afiliados se arremangaban para poner a punto el estadio, Atlanta obtuvo en abril de 1960 la Copa Suecia, un torneo oficial no regular disputado por equipos de Primera División.

Confortable y con amplios pasillos, el nuevo estadio finalmente se inauguró el 5 de junio de ese mismo año y hasta llegó a ser el plató de la película El centroforward murió al amanecer, dirigida por René Mugica. El predio se mantuvo entre los principales escenarios futbolísticos hasta bien entrada la década del '80, pero decayó a medida que Atlanta empeoró su situación deportiva, ya que volvió a descender en 1979 y no juega en la máxima categoría desde 1984. Además, el club enfrentó una quiebra judicial durante el menemato. 

El último encuentro disputado con tribunas de madera fue el 4 de febrero de 2006, tras igualar 2-2 con All Boys, por la Primera B Metropolitana. Entonces la cancha sufrió una nueva clausura. Pero los de Villa Crespo no se dieron por vencidos, desmontaron los tablones y tres años más tarde se reabrió el estadio con dos flamantes tribunas cabeceras de cemento armado.

La actualidad futbolera de Atlanta lo encuentra líder de la Zona 1 de la Primera Nacional; pero -pandemia mediante-, la AFA decidió definir los ascensos en cancha... y en paralelo suspendió los descensos. Igual que hace 86 años, cuando lo obligaron a fusionarse con el Bicho de La Paternal, el Bohemio se vio perjudicado con una nueva arbitrariedad. 

La rivalidad con Ferro Carril Oeste

Hacia 1910, tanto Ferro Carril Oeste como Atlanta tenían sus respectivas sedes en Caballito. Y había bastante pica entre ellos, pese a que los simpatizantes de ambos no eran numerosos. En un encuentro en el que el Verdolaga era local, iban 0-0 y el trámite se fue de cauce cuando en un ataque bohemio David Gallero buscó meter al inglés Edward Wickers con pelota y todo dentro del arco. Pero el grandote guardameta de Ferro lo primereó al tomar al jugador del cuello y arrojarlo luego con violencia contra la red. Enardecido, el público invadió el campo de juego y se entabló una batalla campal, que dio como resultado decenas de heridos. Luego de la trifulca, el partido se suspendió y, pese a que el marcador no se había abierto, el árbitro otorgó el triunfo al dueño de casa.