La organización Greenpeace denunció que el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren y el ex secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, otorgaron permisos a la empresa noruega TGS para “exploración sísmica de hidrocarburos”  en más de un millón de kilómetros cuadrados del Mar Argentino con vigencia hasta 2025, “sin consulta pública ni tratamiento parlamentario a pesar de su extenso alcance”, según indicaron voceros de la organización a Página/12. Este tipo de exploración, que consiste en un bombardeo sonoro subacuático de la magnitud de una bomba atómica, tiene consecuencia severas en la fauna marina, en especial en los grandes mamíferos, y es la primera etapa para comenzar la extracción de hidrocarburos que implica otros graves riesgos para el medio ambiente, como posibles derrames de petróleo.

El otorgamiento de los permisos se inició en febrero de 2017 a través de la Resolución N° 19-E/2017 del Ministerio de Energía y Minería -conducido entonces por Aranguren-, por el plazo de dos años y en una superficie de 444.700 kilómetros cuadrados. Luego el permiso se extendió en marzo de 2019, mediante la Resolución N° 94/2019 de la Secretaría de Gobierno de Energía, dirigida entonces por Lopetegui, en un período que concluye el 7 de febrero de 2025. En total fueron ocho las resoluciones a través de las cuales se otorgaron concesiones a la empresa noruega, que consiguió el aval para operar en gran parte del Mar Argentino.

“El proceso por medio del cual se entregaron estos permisos, con una simple resolución ministerial, no es suficiente para resguardar la integridad y protección del Mar Argentino. Debemos resaltar que la Constitución Nacional en su artículo 41 dicta que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, y tienen el deber de preservarlo. Consideramos que estos permisos se entregaron en contra de estos principios de justicia social y ecológica”, dijo a este diario Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino de Greenpeace.

Los permisos habilitan a TGS a realizar exploraciones sísmicas, pero no a la explotación de hidrocarburos. La empresa noruega se dedica a hacer relevamientos del fondo marino para luego vender la información a las empresas que se instalan para la extracción. Las ondas sonoras provocadas por los bombardeos se extienden en un radio de 4 mil kilómetros desde la fuente y producen cambios en el comportamiento de la fauna marina, “como disminución de la búsqueda de alimento, evitación del ruido y cambios en las vocalizaciones a través del desplazamiento de hábitats importantes, estrés, disminución de la viabilidad y crecimiento del huevo y disminución de las tasas de captura, hasta discapacidad auditiva, lesiones masivas e incluso la muerte por ahogamiento o varamientos”, indicó Vueso. “El ruido provocado por la exploración sísmica debe considerarse un contaminante ambiental marino grave”, afirmó la activista.

Entre las áreas habilitadas para la exploración de TGS se incluyen zonas identificadas como “futuras áreas marinas protegidas”, dada la importancia de sus ecosistemas, en los que viven especies como el delfín franciscana, la ballena franca austral, donde se destacan zonas de forrajeo del pingüino de Magallanes, zonas de reproducción de anchoíta, merluza, calamar, entre otras. Las áreas protegidas fueron propuestas por el Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas (SNAMP), destinado a proteger y conservar espacios marinos representativos de hábitats. En la actualidad hay solo tres efectivas: Yaganes y Namuncurá - Banco Burwood I y II, en el sur del Mar Argentino.

“Los polígonos habilitados para la exploración sísmica se solapan con éstas áreas propuestas en el SNAMP e incluso son adyacentes a Reservas Naturales costeras. Además, los bloques licitados en abril de 2019 para la explotación petrolera incluyen a dos de las áreas mencionadas previamente (las ya efectivas). Éstas son: Frente Talud y Talud Austral”, explicó Vueso. La activista advirtió, además, que ya están en marcha “planes para realizar una segunda ronda de licitación, donde los bloques se solapan con tres áreas: Rincón, Frente Plataforma y Sistema Marino del Río de la Plata”.

Greenpeace advirtió que TGS empezó la exploración sísmica a fines de marzo en el Mar Argentino, primero en el trayecto que va desde el Río de La Plata hasta Península Valdés. Hacia fines de abril había dos buques activos frente a la costa de Tierra del Fuego, y la exploración siguió hasta el 22 de mayo. Según indicó Vueso, en suma, “ha habido movimientos de contratación de empresas prestadoras como para retomar la actividad en el último cuatrimestre de este año”.

Más allá del bombardeo sonoro que implica la exploración sísmica, la organización ambientalista manifestó su preocupación por la siguiente etapa del proceso extractivista, es decir, la explotación petrolífera en el Mar Argentino. “Existen riesgos por la modificación del hábitat, pero además por posibles derrames, con todo lo que eso implicaría. Como agravante, estamos viviendo contexto de crisis climática, con lo cual no se deberían abrir nuevas fronteras de explotación sino que se debería reducir drásticamente nuestra dependencia de los combustibles fósiles y hacer la transición a energías limpias”, señaló Vueso.