En la jornada de ayer se registraron 5 nuevos casos de covid-19: 3 de ellos en Bombal, 1 en Venado Tuerto y 1 en Carreras, donde el foco pasó los 50 positivos y aparece ahora como un "cluster cerrado". En Rosario, una vez más, no se contabilizaron nuevos contagios, y tampoco en la capital provincial. Sin embargo, el panorama no parece despejado ni mucho menos. El gobernador Omar Perotti dio firmes instrucciones a sus colaboradores intensificar los mensajes y tareas tendientes a garantizar el distanciamiento social y las normas de higiene. 

El viernes pasado, el propio Perotti se hizo presente en diferentes controles en las rutas hacia Buenos Aires, Córdoba y Chaco, y suspendió su encuentro con el intendente de Rosario Pablo javkin al momento de confirmarse el deceso de Hermes Binner. Hasta ese momento, había prevista una reunión entre los mandatarios, pero semejante noticia modificó la agenda, ya que la atención de la opinión pública se desvió decididamente hacia esa información. "No era momento de hacer anuncios, ni siquiera de hablar del tema, la conmoción por la muerte de Hermes cambió el día y creemos que fue oportuno dejar pasar el momento y sumarse al duelo", dijo a Rosario/12 un alto funcionario provincial. A su vez agregó que "tampoco teníamos casos ni una situación que se agravara". 

Otro elemento que se sumó a la "postergación" del posible endurecimiento de algunas situaciones y actividades lo dio el hecho que hasta el cierre de esta edición no había trascendido el decreto presidencial que reestructuró la nueva etapa de cuarentena para el AMBA a partir del 1° de julio. En ese sentido, "el gobernador quiere leer detenidamente las disposiciones, ver de qué manera se instrumenta y luego adaptar o modificar algunas de las pautas para la provincia. Luego hará lo propio cada jefe comunal", destacó el funcionario.

En las ultimas horas, en Rosario, no sólo el mensaje del intendente Javkin hizo eje en reforzar las medidas de distanciamiento –ante un evidente relajamiento de prácticas y conductas– sino que dispuso un control más estricto del cumplimiento de los protocolos, especialmente en bares y restaurantes. Eso explica que el fin de semana una decena de locales fueran clausurados, y otros tantos advertidos por no cubrir la normas exigidas. 

"Era previsible que alguien transgrediera. El frío metió a la gente en los bares y algunos no respetaron el distanciamiento, la idea es que con esto se tome conciencia y podamos evitar que se junte mucha gente donde no se debe", dijo un funcionario municipal del área de control, que remarcó que "en Pichincha la semana pasada estuvo más tranquilo porque no hacía frío, pero este fin de semana con las bajas temperaturas la gente se metió adentro", describió y pronosticó que "seguiremos con las recorridas porque el frío recién llega".

El otro punto a tratarse a partir de mañana –y que está en la cabeza del gobernador desde hace más de una semana– es la restricción en los encuentros afectivos y reuniones familiares. En ese sentido la imposibilidad de controlar la cantidad de gente y distanciamiento en hogares particulares es el mayor argumento para retornar al sistema inicial de encuentros los fines de semana. Perotti está convencido de que es el momento de hacerlo. Lo mismo el intendente Javkin. Y al parecer, después de algunos casos en esto días –tras 75 días sin contagios– el intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, no ofrecería resistencia.

Habrá que esperar entonces la evolución de la situación y el encuentro que mantendrá Perotti con ambos intendentes entre hoy y mañana. También la publicación del decreto nacional con las nuevas pautas de este tramo de la cuarentena.