Paw Depp tiene 26 años y es K-Poper desde la adolescencia. Además de conducir algunos de los eventos de pop coreano más importantes de Argentina, todos los lunes realiza un segmento dedicado a ese estilo musical en el programa Generación Perdida de Radio Vorterix. Reconocida como una de las máximas conocedores de la cultura K-Pop en el país, Página/12 conversó con ella para conocer detalles de este particular estilo y las razones de su influencia en algunos sectores de la juventud: "Para mí el K-Pop es liberación, me hizo darme cuenta de talentos que no sabía que tenía. Yo siempre pensaba que no podía comunicarme o interactuar, pero a través del K-Pop conocí otras personas y eso cambió".

--¿Este aspecto es el que resulta tan atractivo para algunos jóvenes?

--Sí, se genera una comunidad. Pero el estilo musical en sí mismo es muy atractivo. El K-Pop es una combinación de diferentes ritmos: jazz, hip hop, electrónica, pop y otros se mezclan para formar un ritmo llamativo. Las canciones tienen una estructura básica similar, con un inicio, un preestribillo, un estribillo, después una parte más lenta o de rap y un final explosivo, generalmente de electrónica, para bailar. Eso por el lado de la música en sí, pero después están las coreografías que también son muy atractivas a nivel visual, con diferentes figuras coordinadas a la perfección, en forma de V o en forma diagonal, por ejemplo, y mucha gente las quiere imitar. A mí en particular me atrae la explosión de color y el baile, la estructura de la coreografía.

--¿Se hacen competencias de baile K-Pop en Argentina?

--Se hacen muchos eventos, previo a la cuarentena había casi todos los fines de semana porque hay muchas productoras acá que se encargan de eso. Ahí se hacen juegos, concursos de baile y de canto con jurados y premios. Todo acompañado con shows de artistas nacionales o internacionales. A veces también vienen youtubers de distintas partes del mundo.

--¿Y hace cuánto que se estableció la cultura K-Poper acá?

--No hay una fecha exacta, pero hacia 2009 ya se había conformado un grupo de seguidores. Los primeros fans estaban muy ligados a la cultura japonesa. La gente interesada en el animé, por ejemplo, empezó a gustar del K-Pop y a hacer las primeras juntadas. Después en 2012 hubo un boom cuando PSY lanzó el Gangnam Style, el famoso baile del caballo, que se volvió muy popular acá. A los que escuchábamos K-Pop nos sirvió de referencia para contarle a la gente lo que era el pop coreano. Después llegó BTS, que fue otro boom. Cuando hicieron sus primeros lanzamientos en radios argentinas el K-Pop ya empezó a ser más popular. Desde entonces ya es más común escuchar frases como “yo escucho K-Pop” o “yo bailo K-Pop”. Hoy en día mucha gente sabe de qué se trata.

--¿Te parece que es posible que en Argentina se den fenómenos de incursión en la política como sucedió en Estados Unidos o no ves ese interés acá?

--No creo que nos podamos organizar de esa manera, tal vez sí, pero no creo que hoy en día ese sea el interés de los K-Popers. Ha habido casos en que algún famoso salió a criticar al género y hubo respuestas en las redes pero no es que armaron una campaña con un hashtag, por ejemplo. No creo que en Argentina se pueda replicar algo así en términos políticos.

--¿Y por qué creés que en Estados Unidos sí se dio así?

--Supongo que eso tiene que ver con el contexto cultural particular de allá y lo que se estaba viviendo. Sí creo que empezaron a hacer esas acciones porque se dieron cuenta de que tienen una gran fuerza a través de las redes, un gran poder de comunicación. Cualquier acción o hashtag que hacen lo impulsan en seguida, pueden hacer viral algo en un segundo. Es un grupo que tiene una comunicación muy desarrollada. Por mi parte, siempre que la acción sea positiva socialmente me parece genial.

Informe: Santiago Brunetto.