Una historia de éxito es valiosa, ya que actúa como un punto de referencia para la evaluación de otros. El éxito de la guerra de China contra la pandemia de Covid-19 puede ayudar a América Latina a comprender lo realizado en China.

En comparación con otras partes del mundo, el Coronavirus golpeó a América Latina relativamente tarde. En Brasil, por ejemplo, el primer caso se reportó en la ciudad de San Pablo ya a finales de febrero. Ahora Brasil se ha convertido en el segundo país más afectado del mundo, después de Estados Unidos, y muchos países latinoamericanos continúan sufriendo por la pandemia. Nadie sabe cuándo aparecerá la luz al final del túnel en América latina.

La experiencia de China demuestra que, al menos son necesarias cuatro condiciones en los esfuerzos para contener la pandemia: la fuerza general de la nación; una estrategia anti-Covid-19 correcta y eficaz; recursos médicos adecuados; y el respeto por las regulaciones gubernamentales de la cuarentena. Además, estas cuatro condiciones deben existir al mismo tiempo.

En Wuhan, provincia de Hubei, China, dos hospitales, Huoshenshan y Leishenshan, y más de diez hospitales móviles fueron construidos en un período muy corto de tiempo. Increíblemente, Huoshenshan fue construido en diez días. Al mismo tiempo, muchos médicos y enfermeras fueron enviados a Wuhan y otros lugares de la provincia de Hubei. En ambos casos, se mostró la fortaleza nacional de China.

En muchos países de América latina la autoridad sanitaria ha emitido repetidamente advertencias sobre la falta de camas de hospital, máscaras, dispositivos de prueba y personal capacitado en la Nación. Se han construido algunos hospitales móviles, pero la escasez histórica sigue ahí.

A diferencia del ébola y el zika, el coronavirus se transmite por el aire. Por lo tanto, cortar o reducir el contacto entre humanos es una medida preventiva extremadamente importante. En China, además del encierro en Wuhan, el gobierno central implementó una serie de otras estrictas medidas de cuarentena en todo el país, a pesar de que la actividad económica se vio muy afectada. En América latina, no muchos lugares han impuesto el cierre y otras medidas difíciles.

De hecho, el liderazgo al más alto nivel de gobierno es crucial para hacer frente a la pandemia. Sin embargo, al igual que el presidente Trump de Estados Unidos, el presidente Bolsonaro de Brasil también cree que la Covid-19 es "una pequeña gripe". Está en contra del bloqueo, temiendo que la economía sufrirá. Se informó que comentaba que los sistemas inmunes del pueblo brasileño son tan fuertes que pueden nadar en aguas residuales crudas y "no contaminarse nada". Por lo tanto, casi todos los observadores han señalado que la estrategia equivocada del presidente Bolsonaro de lidiar con la pandemia es la culpable. Como dice el Financial Times (25 de mayo de 2020), el presidente Bolsonaro ha adoptado un enfoque sorprendentemente similar al del presidente Trump, "pero aún más irresponsable y peligroso". Un comentario publicado por The Lancet (9 de mayo de 2020) concluye que la mayor amenaza para la respuesta brasileña al Covid-19 es el presidente Bolsonaro y otro del Huffpost (24 de abril de 2020) incluso utiliza este título: "El virus real es Bolsonaro".

La autoridad sanitaria de América latina, junto con expertos científicos, ha propuesto repetidamente que algunas medidas de cuarentena estrictas deben ser tomadas para prevenir la propagación de la enfermedad. Sin embargo, cae en los oídos sordos de personas como el presidente Bolsonaro. En Brasil, hasta ahora, dos ministros de Salud han dejado el cargo: uno fue despedido y el otro dimitió.

Es fácil entender por qué algunos países latinoamericanos están en contra del bloqueo y otras medidas de cuarentena. Se cree que la economía es más importante que la vida. Pero en China, el gobierno cree al revés. Como dice un proverbio chino, “si mantenemos la montaña allí, nunca tendremos miedo de que no haya madera para cocinar las comidas”.

Al igual que en el campo de batalla militar, la munición adecuada es una de las condiciones necesarias para derrotar al enemigo. En el campo de batalla médico de la lucha contra la epidemia, los recursos médicos suficientes son igualmente importantes. China puede movilizar la capacidad de fabricación industrial del país en tiempo extremo para producir suficientes medicamentos, reactivos para pruebas, equipos de protección, ventiladores y todos los demás equipos médicos. China puede incluso exportar estos artículos que salvan vidas a otros países.

En América latina muchos países no pueden depender de su propia capacidad de fabricación para producir todos los suministros médicos. Si bien las importaciones pueden compensar esta deficiencia, el problema del retraso temporal es difícil de resolver. En América latina hay pacientes que mueren por falta de medicamentos y/o equipo médico.

En China, cuando los cuernos de la lucha contra la epidemia fueron soplados, todo el país sigue las recomendaciones políticas del gobierno y la autoridad sanitaria. Desde usar máscaras hasta mantener la distancia social, y desde observar las reglas de cuarentena hasta reportar la temperatura corporal, todos los chinos reaccionan de manera cooperativa.

Pero en América latina parece que muchas personas no tienen miedo del coronavirus y la muerte. Siguen saliendo y se dedican a todo tipo de actividades sociales tal y como de costumbre. Hay personas que incluso toman las calles para exigir el levantamiento de las restricciones y la reanudación de la actividad económica.

Hay dos factores principales que pueden explicar por qué un bloqueo es tan difícil de aplicar en América latina. Culturalmente hablando, los latinoamericanos son sociables. Disfrutan de actividades e interacciones sociales. Económicamente, el sector informal es muy grande en América Latina. En este sector, todos los trabajadores se ganan la vida haciendo cualquier tipo de trabajo por cuenta propia. A diferencia de los empleados del sector formal no están protegidos por la seguridad social. Sin un ingreso fijo, deben salir a ganar dinero. De lo contrario, no podrán alimentarse a sí mismos y a sus familias. Hay una fuerte tensión entre la vida y el sustento.

La dura realidad de la pandemia en América Latina, quizás, obligará a numerosos líderes en América latina a cambiar su percepción equivocada y corregir las incorrectas estrategias tan pronto como sea posible.

En comparación con países vecinos como Brasil, Perú y Chile; Argentina se ha caracterizado por su excelente labor en el control de la pandemia, resultado del mantenimiento de medidas sanitarias como el bloqueo y la cuarentena. Incluso el propio presidente Alberto Fernández se sometió a un aislamiento voluntario durante algunos días en el mes de junio, dando un buen ejemplo al pueblo de Argentina.

A principios de abril y principios de julio se produjo un intercambio de mensajes entre el presidente chino Xi Jinping y el presidente Alberto Fernández, en el cual el presidente Xi expresó sus más sinceras simpatías al gobierno y al pueblo argentino y manifestó que China apoya los esfuerzos realizados y las medidas implementadas por Argentina en su lucha contra el COVID-19 y que desea compartir los conocimientos y experiencias alcanzadas por China en materia de prevención y tratamiento de la enfermedad, así como también prometió el envío de materiales médicos a Argentina.

En su mensaje al presidente Xi, el presidente Fernández agradeció el apoyo proporcionado por China y manifestó que China actualmente posee la experiencia profesional más amplia del mundo en materia de prevención y control epidémico, experiencia de la cual Argentina espera aprender valiosas lecciones. También supo manifestar su creencia de que la cooperación bilateral en la lucha contra la epidemia profundizará aún más la armoniosa y mutuamente beneficiosa relación entre ambos pueblos.

*Profesor, director del Centro de Estudios Latinoamericanos, Universidad de Shanghái (SHU) y vinculado al CIMI Globalización y Sociedad CEIL/CONICET-SHU.