La geografía del pensar de Julio Maier, desarrollada partir de sus estudios de posgrado en Filosofía, Derecho penal y Procesal penal como becario de la Deutscher Akademischer Austauschdienst a principios de la década del '60, estuvo signada por momentos que, en su tono dialéctico, también expresaban sus constantes planteo de dudas y contradicciones. Pensar que supo exponer a partir de un creciente e inclaudicable compromiso por sumarse a las “causas nobles” y aportar desde su lugar, en tono de humildad, a la construcción de un orden social más justo.

En el marco de su extenso currículum, quiero referir dos momentos compartidos con ese hombre que solía recurrir a una máscara de facciones duras que, sin embargo, no le alcanzaba para disimular la profunda ternura y picardía de su mirada.

* Retorno a la Facultad. Luego de caída la dictadura y al asumir el nuevo gobierno constitucional, se hizo posible retornar a la universidad pública. Maier, vuelto del exilio en 1984, junto con Righi, Baigún, Zaffaroni, Lucila Larrandart, Jaime Malamud Gotti, Andrés D'Alessio, Hendler y otras/os docentes de la Facultad de Derecho de la UBA, pasó a integrar un núcleo de producción académica que contribuyó a formar a toda una generación dedicada a los estudios en torno al derecho penal, el derecho procesal penal y la criminología. De esos tiempos, recuerdo en especial una conversación en la sala de profesores con David Baigún y Maier donde discutimos acerca de la vigencia de una frase de Sartre. Aquella donde el filósofo francés sostiene que el marxismo es la única filosofía viva de nuestros tiempos toda vez que no han cambiado las situaciones históricas que le dieron origen. Cuestión esta que dio paso a largas y fructífera discusiones.

* Juicio de apropiación de menores. Julio formó parte del equipo de abogados que integramos con Baigún, Pedronicini, Torres Molina, Pastor y Mónaco para promover e impulsar la causa donde se investigó el delito de apropiación de menores iniciado a partir del año 1976. Juicio este que terminó hace veinte años y donde el Tribunal dio por probado la existencia de un plan organizado y sistemático de apropiación de menores por parte de miembros de la dictadura cívico-económico-militar iniciada el 24 de marzo de 1976.

* Presencia. Julio Maier forma parte de ese grupo heterogéneo de personas, acontecimientos e ideas que contribuyen a construir nuestras subjetividades -en términos de ética, estética y épica- y que nos acompañan, la mayoría de las veces a la distancia de tiempos y espacios, pero que sabemos que están ahí y el saber eso nos brinda una suerte de compañía, seguridad y alegría en el devenir de la vida.

Julio seguramente estará con Tute, recorriendo otros caminos, discutiendo cuestiones sociales o disfrutando un vaso de cerveza “de barril” en medio de una guitarreada folklórica en los bajos de Olivos. Pero también está presente en sus libros y publicaciones, que nos esperan e invitan al reencuentro para poder dialogar con él una vez más.

*Profesor Consulto Derecho Penal Económico - UBA.