La vuelta del tenis en pleno auge del coronavirus en Estados Unidos no deja de encender las alarmas. Suspendido Washington, que iniciaba el 14 de agosto, este lunes se cancelaron dos Challengers que iban a disputarse en simultáneo con el Masters de Cincinnati y el US Open, los dos grandes torneos que se jugarán en Nueva York y siguen en pie más allá de las dudas crecientes. “Las condiciones son una locura”, disparó días atrás Diego Schwartzman, quien de todos modos fue el primero en tomarse un avión y ya se entrena en Bahamas con vistas al reinicio del circuito, pautado ahora para el 22 del mes próximo con Cincinnati.

Horacio Zeballos, el doblista número cuatro del mundo, eligió ser más cauteloso y todavía no sabe si actuará en Norteamérica. “Yo opino igual que el Peque, por eso tengo todavía tengo dudas de ir. Me parece un poco apresurado arrancar en el US Open por la cantidad de casos y el peligro que hay en Estados Unidos; me gustaría que no se jugara y pudiéramos empezar un poco más tarde”, analizó el marplatense en diálogo con Página/12.

El zurdo de 35 años, finalista del último US Open junto con su compañero Marcel Granollers, sigue en Buenos Aires con su mujer Sofía Menconi y sus hijos Emma y Fausto. Mientras tanto se entrena en la cancha dura de El Abierto, en Saavedra, con el permiso pertinente como potencial deportista olímpico. “Me quedo acá hasta tener la fecha lo más cerca posible. No tengo pensado ir a ninguna parte. El protocolo dice que hay que estar cuatro o cinco días antes del inicio del torneo”, reflexiona el hombre surgido en el Edison Lawn Tenis de Mar del Plata.

-¿Volviste a los entrenamientos con naturalidad?

-Volví a hace un mes y por suerte no me costó, me siento muy bien. Me mantuve bastante bien durante la cuarentena obligatoria: hice físico y un poco de voleas contra la pared para mantener los callos. Ahora estoy con un turno de físico y uno de tenis; hago todo lo posible como para volver en la gira del US Open, aunque todavía tengamos dudas de jugar en Estados Unidos.

-¿Por qué te genera dudas?

- Aún no sé qué voy a hacer; ganas no tengo de ir a Estados Unidos. La verdad es que prefiero arrancar en septiembre directo en Europa, con un panorama más claro y un poco más de tranquilidad. Aunque no jugar la gira de Estados Unidos implicaría dejar de lado muchos puntos para el Masters de fin de año; además perderíamos el prize money y es importante, porque en definitiva el tenis es nuestro trabajo y hace cinco meses que no tenemos ingresos. Por eso hay tantas dudas: por un lado son pocas las ganas de ir, pero también debería ir.

El catalán Gronllers y el marplatense llegaron a la final del último US Open. (NA)

-¿Qué tiene de positivo y de negativo el protocolo?

-Lo bueno es que van a armar una especie de burbuja, como hicieron en Orlando con la NBA, donde todavía no hubo casos. Otra cosa positiva es que se va a jugar sin gente y todo el predio quedaría a disposición de los jugadores; así vamos a tener muchos más espacios. Lo negativo es que si aparece un caso supongo que van a aparecer cientos de casos más; todos vamos a estar en las mismas condiciones dentro de la burbuja. Y otra tema es viajar hasta allá: el aeropuerto, los aviones, llegar a Estados Unidos, la aduana, el camino al hotel.

-¿Y qué piensa Granollers al respecto?

-Marcel está en la misma situación que yo: no tiene muchas ganas de ir al US Open, más que nada por el miedo y las preocupaciones que vamos a tener por mantener la salud. Pero por otro lado el deber llama…

-¿Qué opinás sobre la medida de achicar el cuadro de dobles de 64 a 32 parejas?

-No debe haber sido una situación fácil pero supongo que si lo decidieron es para poder realizar el doble y a la vez cuidar la salud de los participantes. Es como un punto medio, porque en su momento se habló de suspender el doble y se luchó muchísimo para que al menos hubiera un cuadro de 32. Me hubiese gustado que se hiciera de 64 porque tengo amigos que no van a poder jugar, pero por suerte la ATP tomó la buena medida de mantener los puntos para que no haya desventajas en ese sentido.

-¿Sentís que los organizadores protegen a los jugadores?

-En primera instancia creo que los organizadores están cuidando sus intereses y después, dentro de lo que se puede y una vez tomada la decisión de hacer los torneos, tratan de proteger a los jugadores. Pienso que la ATP no tuvo mucho poder de decisión con respecto al US Open. El problema con el tenis es que cada Grand Slam tiene muchísimo peso y la ATP va detrás de lo que quieren hacer esas federaciones. Y eso pasó con Roland Garros, por ejemplo, que en su momento canceló su fecha original, la pasó sin avisar, y la ATP no pudo hacer nada.

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