Jared Kushner, el yerno y asesor del presidente Donald Trump, será indagado por el Senado en el marco de la investigación del FBI que busca determinar el rol de Rusia en los resultados de las elecciones de noviembre. Es la primera vez que alguien del círculo familiar del republicano es investigado por haber tenido reuniones con altos miembros del gobierno ruso, después de que su ex jefe de campaña, Paul Manfort y el Jefe del Consejo de Seguridad, Michel Flynn, junto con otros consejeros, hayan estado bajo la lupa del FBI. 

Los vínculos de Trump con el gobierno de Vladimir Putin ya le ocasionaron más de un dolor de cabeza, pero ahora las sospechas rodean incluso a la familia del republicano, porque el FBI asegura que durante el gobierno de Barack Obama, el esposo de Ivanka Trump se reunió con el embajador Sergey Kislyak.

La investigación sobre las relaciones de Kushner con el embajador puede complicar aún más los esfuerzos de Trump para superar la situación de Rusia, después de que la semana pasada, James B. Comey, director del FBI, confirmara en el Congreso que su agencia había iniciado una investigación de contraespionaje para determinar si existió la interferencia rusa en las elecciones y para establecer si algunos asesores de Trump actuaron en connivencia con el gobierno ruso.

Kushner, quien tiene un rol importantísimo como asesor de Trump, lo aconseja sobre política exterior- sobre todo en el conflicto palestino-israelí- y es el jefe de la Oficina de Innovación Americana, un departamento creado por el presidente para incorporar la “mentalidad empresarial” y promover la privatización de algunas funciones del gobierno. Su esposa Ivanka, la hija predilecta de Trump también tiene su despacho en Washington cerca de la de Kushner. 

Kushner se ofreció a brindar su testimonio antes de que se lo reclamara el Senado, después de que la Casa Blanca confirmara que el yerno del presidente se reunió en diciembre con Kislyak en la Torrre Trump para establecer una línea de comunicación entre la futura administración y el Kremlin en un encuentro del que también participó Flynn, quien dos meses después tuvo que abandonar su puesto por haber ocultado contenido de sus conversaciones con el embajador. 

Pero el FBI cree que Kislyak volvió a pedir una reunión con el yerno de Trump y que Kusher envió a un diputado en su lugar, aunque más tarde aceptó reunirse con Sergey N. Gorkov, el jefe de Vnesheconombank. Casualmente, este banco ruso era parte de la lista de órganos sancionados por Obama, después de que Putin anexara Crimea y comenzara su disputa con Ucrania. 

En ese preciso momento en que ocurrieron las reuniones, las agencias de inteligencia estadounidenses empezaban a investigar si espías rusos habían influido en las elecciones atacando al Partido Demócrata y enviando mails robados a Wikileaks. Kushner, por su parte, seguía con su puesto de director ejecutivo de Kushner Companies, el imperio inmobiliario de su familia, mientras intentaba atraer inversiones para la campaña de su suegro.