“En el Gran Buenos Aires seguimos igual que como veníamos”, planteó el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, al hablar en la Quinta de Olivos, donde el presidente Alberto Fernández anunció la extensión del aislamiento social  hasta al 16 de agosto. Kicillof dijo que la provincia de Buenos Aires continuará “con el mismo grado de apertura cuidada” decidida con anterioridad. Se mantendrán todas las actividades esenciales, los comercios de proximidad con sus respectivos protocolos y las industrias habilitadas con transporte propio para sus trabajadores, mientras se mantendrán las restricciones para el transporte público, exclusivo para los trabajadores esenciales. En tanto, los otros 100 municipios del interior de la provincia seguirán con el distanciamiento social, en un esquema de cinco fases, donde la mayoría mantiene “una situación con muy baja circulación” del coronavirus y “con mucha apertura” de su actividad económica.

Al anunciar cómo continúa la cuarentena en el AMBA para afrontar la emergencia sanitaria, junto al presidente Alberto Fernández y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, Kicillof agradeció “el esfuerzo y la solidaridad” de los bonaerenses “en un momento de dificultades y de muchísima incertidumbre”.

Pero también se refirió a que “las noticias que llegan del mundo son desalentadoras” respecto de la pandemia. Recordó que hasta ahora hay “17 millones de infectados y estamos cerca de los 700 mil muertos en todo el planeta”, describió los rebrotes en países y ciudades en los que se consideraba que habían superado la pandemia, y las consecuencias económicas a escala mundial.  

“Hay quienes ‘venden’ que la pandemia ya pasó”, dijo Kiciloff en ese tramo de su discurso y remarcó que “de la misma manera que ayer nos enteramos que la economía norteamericana sufrió una caída de su PBI del 33 por ciento, es la caída más grande en los últimos 70 años”. Continuó: “Y es gracioso a veces, o podíamos decir trágico, ver cómo titulan algunos medios de comunicación. Cuando la economía cae en un país extranjero, es culpa de la pandemia. Cuando hay problemas económicos en Argentina, es culpa de la cuarentena. Se nota mucho. Lamentablemente no se pueden aceptar esas mentiras y esas manipulaciones. Lo que está dañando la salud y la economía internacional es pura y simplemente un virus, antes desconocido, que no tiene cura ni tiene vacuna”, dijo. Esa parte de su discurso luego fue destacada por la vicepresidenta Cristina Kirchner .

“Quiero mostrar de nuevo cuánto sirvió lo que hicimos. Tenemos que valorar las vidas que se salvaron al día de hoy”, continuó el gobernador. Tras repasar en cifras cómo el virus desbordó los sistemas sanitarios de los países más desarrollados del mundo, volvió a valorar la temprana decisión de imponer el aislamiento social para reforzar el precario sistema de salud bonaerense heredado.

En diciembre del año pasado teníamos 883 camas de terapia intensiva de adultos en el sistema público de la provincia, hoy tenemos 1979 camas, más que duplicamos. Hoy hay 1130 internados. Ya estaríamos desbordados y lo evitamos por el esfuerzo que hicimos”, describió Kicillof con crudeza.

“Abrir camas, más de mil respiradores, ya distribuimos más de 10 millones de barbijos quirúrgicos. Todo esto era imposible si no contábamos con tiempo”, agregó para luego describir el aporte de los que lo hicieron posible: “Fue también por el trabajo que hicimos con los 135 intendentes, porque el oficialismo y la oposición pudimos trabajar unidos y fue principalmente por lo que hicieron los 17 millones de bonaerenses, el enorme sacrificio y la enorme conciencia”.

En la misma línea, agradeció al Presidente la creación del espacio conjunto para coordinar la lucha contra la pandemia y defendió el trabajo en el AMBA con el gobierno porteño. “Le agradezco a Horacio que a pesar de las diferencias que nos separan en lo partidario hemos podido avanzar con políticas y nos hemos podido dedicar a cuidar a la gente y su salud. No traten de politizar la pandemia porque estamos mostrando que ese es el camino equivocado. Estamos trabajando para que de uno y otro lado de la General Paz no se generen problemas gravísimos”, ponderó el gobernador.

Kiciloff también quiso dejar plasmado en números que la expansión de la pandemia en la Ciudad es mayor que el GBA, y que el aumento de casos en la provincia también afecta a todos lo que integran el Area Metropolitana. “El AMBA es una sola región sanitaria, por eso no hay forma de que nos dividan o nos hagan pelear, el virus cruza la General Paz cuando quiere. Donde hay mayor densidad poblacional la enfermedad crece. Por eso tenemos un tercer cordón del conurbano que tiene 1 positivo cada 200 personas, un segundo cordón con un contagiado registrado cada 130, un primer cordón con 1 cada 100 y una CABA con 1 cada 50. Si hoy tuviéramos la misma densidad de contagios que la CABA, tendríamos en el conurbano 250 mil contagios y eso tiende a igualarse y es lo que estamos tratando de evitar a toda costa”, advirtió.

“Estamos delante de la pandemia más grande y la crisis económica más grande de la historia reciente. La esperanza está en la vacuna, en los remedios, y se ha trabajado contrarreloj", dijo y destacó el apoyo del Gobierno a la comunidad científica para buscar herramientas para enfrentar al coronavirus.

“Si los números no bajan, va a haber que ir a una cuarentena mucho más dura. Las camas se van llenando y no podemos permitir que nadie se quede sin la atención que merece como un derecho”, insistió Kiciloff. “Hoy no podemos elegir si tener o no la pandemia, lo que sí podemos elegir es si la dejamos hacer o si, como sociedad y Estado, vamos a hacer algo contra la pandemia, y así venimos haciendo en el país y en la provincia. Falta menos --concluyó el gobernador--. No bajemos los brazos ahora. Sigamos cuidándonos.”