Un clásico de una época pasada se hace presente en esta nueva realidad. El autocine, convertido en una alternativa a los cines convencionales que no pueden abrir debido a las restricciones que impone el aislamiento, ahora volvió a funcionar. Y no sólo en el mundo sino también a nivel local. Este es el caso del partido de San Isidro que, en medio de la pandemia, se convirtió en el primero del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en autorizar esta actividad. “Autocine al río”, es el nombre de la propuesta que desde este viernes tendrá lugar en el predio del restaurante Malloy's, a orillas del Río de la Plata y la bajada de la calle Alvear.

A partir de la iniciativa de los empresarios a cargo del restaurante, quienes le acercaron el proyecto al intendente del municipio, la posibilidad de volver a ver una película en pantalla grande se concretó. En el marco de liberación de actividades y bajo estrictos protocolos de seguridad, la propuesta se propone ser una salida "gastronómica, cultural y recreativa”.

Con espacio para 60 autos y el río como telón de fondo, se podrán ver películas tales como Barry Seal: solo en América; 1917; Cómo entrenar a tu dragón 3; Un amigo abominable; Rápido y furioso: Hobbs vs Shaw; Guerra mundial Z; Obvlivion: el tiempo del olvido; Yesterday; Rocketman; Doctor Dolittle; y Jurassic World: Mundo Jurásico, entre otras.

Con funciones de martes a domingos, las películas se proyectarán en pantallas ubicadas en un camión gigante y en camiones más pequeños a los costados. Mientras que, el sonido, será sincronizado a través de las radios de cada uno de los autos en una frecuencia indicada por los organizadores. También se podrá ingresar una hora antes de que comience la película y, según el protocolo de la intendencia de San Isidro, el vehículo sólo podrá ser ocupado de acuerdo a su capacidad reglamentaria. Todos deberán llevar tapabocas, incluso dentro del auto, y su propio alcohol en gel.

Mientras en otras provincias argentinas el autocine ya es un hecho, Buenos Aires vuelve a incursionar en una revisitada experiencia. Aunque limitada por las condiciones materiales que imposibilitan que todos puedan acceder, “Autocine al río” pareciera configurarse como una nueva forma de recreación dentro del marco que posibilita la pandemia. Una propuesta que podría ser, por ahora, lo más cercana (pero a la vez lejana) a aquel cine en butaca, codo a codo y con el tradicional “shh” antes de empezar. ¿Habrá llegado para quedarse?