El intendente de Cambiemos en Olavarría, Ezequiel Galli, comenzó ayer a responder las 324 preguntas en que consiste su interpelación, solicitada por el Concejo Deliberante en pleno, luego de la participación de la municipalidad en el dislate que significó la organización del recital del Indio Solari, el 11 de marzo pasado. Galli leyó las respuestas a las preguntas enviadas la semana anterior, apelando a un sistema que lo habilitó a saltear preguntas y estrés: las fue agrupando por similitud temática (a su criterio) lo que le permitió, al menos, superar un tercio del problema burocrático de tener que leer en voz alta durante horas. Por lo general, sus respuestas fueron evasivas, cargó la responsabilidad en la policía y en su secretario de Seguridad, Eduardo Simón, y las soluciones en la investigación judicial. Al cierre de esta edición, seguía agrupando preguntas. Al llegar a la 1 de la madrugada, si no se llegó antes al final, se definía si se proseguía la interpelación o si se pasaba a un cuarto intermedio.

El panorama del 27 de marzo en Olavarría fue bien diferente al del pasado 11, cuando se realizó el show del Indio Solari, durante el que la presencia preventiva policial fue inexistente. Ayer, desde temprano la Bonaerense se hizo presente con dos camiones de infantería, 30 policías de palote y escopeta, 15 de la comisaría, un camión de traslado de detenidos, un número impreciso de uniformados de Policía Local y más uniformados. Las medidas de seguridad rodeaban el acceso al Palacio San Martín, sede de la municipalidad, donde anoche el Concejo Deliberante en pleno comenzó a interpelar al intendente de Cambiemos, Ezequiel Galli. El desusado despliegue policial respondía no a miles de personas que inundarían la ciudad como ocurrió durante el show del Indio Solari, sino a las 150 personas que colmaron el Salón Rivadavia de la intendencia, donde anoche se realizaba la interpelación. Capacidad para convocar apoyo de huestes de Ritondo, tiene.

La sesión formalmente inició a las 20.33. Galli, sentado solo, frente a la presidencia y de espaldas a los concejales y al público. El intendente se tomó varios minutos leyendo un texto en el que pidió dio sus condolencias a los familiares de Juan Bulacio y Javier León, los dos hombres que murieron mientras se desa- rrollaba el espectáculo. Aseguró que estaba dispuesto a dar la cara y felicitó a los concejales por “no hacer un aprovechamiento político” (sic) de la interpelación, en definitiva, un instrumento político.

En su texto, anticipó de algún modo alguna respuesta a las 324 preguntas, cuando dijo que el objetivo de que se realizara el show era “generar posibilidades a los vecinos de Olavarría”, y sostuvo que “los hoteles, locales comerciales, los propios vecinos, la mayoría vendió como nunca en su vida”.

“Iba a ser un evento cultural único en la historia de la ciudad, pero las cosas no salieron como esperábamos. Estaba pensado para 150 mil personas, 150 mil eran las entradas autorizadas, 150 mil era la capacidad del lugar”, y sostuvo que la investigación judicial determinará cuántas entradas se vendieron y cuánta gente sobrepasó la capacidad de las instalaciones.

Aseguró también que tomando el ejemplo de Tandil (“nosotros ya sabíamos y podíamos anticipar”) fueron preparados once colectivos para trasladar fuera de la ciudad al remanente de simpatizantes que se pudieran perder, como había ocurrido en el concierto anterior, en Tandil. También que habían colocado “vallas para guiar”, y remarcó el beneficio económico que habían recibido muchos vecinos.

También sostuvo que se presentó como fiador ante la justicia para que se pudiera realizar el espectáculo, para garantizar “que se pagara el alquiler convenido” y para que “se devolviera el predio en las mismas condiciones en que se había entregado”. La aclaración de Galli, de todos modos, no figura en el contrato.

En un momento, desde el público le gritaron “¡mentiroso!” Fue cuando en el listado de preguntas le recordaban que el comisario Mario Busto (jefe de la Policía Distrital) sostuvo en un informe del 17 de marzo que “no participaron en ninguna clase de cacheo, pero en el listado de efectivos que trabajaron en cada sector indica que trabajaron 30 agentes policiales para el cacheo”, y se le preguntó “¿cuál es el informe real?” Galli respondió que le preguntaran a Busto.

Al cierre de esta edición, Galli seguía con sus respuestas estudiadas minuciosamente. Una planificación que estuvo ausente el día del recital.

El procedimiento pautado anoche consistía en que si a la 1 de la mañana continuaba con el cuestionario, en ese momento la presidencia de la sesión podía optar por continuar o por pasar a un cuarto intermedio para hoy.

Dada la extensión del cuestionario, también estaba pautado que no habría espacio para hacer repreguntas, al menos en esta sesión, lo que le dio al intendente un amplio control para evitar todo tipo de situaciones imprevisibles, preguntas incómodas y ambiente caldeado. Las respuestas monótonas, monocordes y preparadas con equipos de asesores permitieron al intendente reducir los efectos de imagen de la primera parte de la interpelación. En términos coloquiales, dormir el tema.