El fútbol argentino comienza a dejar atrás la inactividad por la pandemia de coronavirus, y esta semana se producirá el retorno a los entrenamientos con nuevas modalidades. Los datos que emiten las autoridades sanitarias diariamente en relación a la covid-19 no son alentadores en estas horas, sin embargo, se dispuso que los equipos regresen al trabajo de manera paulatina.

La incógnita será dilucidar si la presión que ejerció la Conmebol, imponiendo la fecha de mediados de septiembre para que se reinicie la Copa Libertadores, afecta el accionar de cada nación de Sudamérica sobre el futuro de la enfermedad.

La entidad con sede en Paraguay tiene una urgencia extrema para que haya fútbol, a partir de las pérdidas económicas que le está ocasionando la cuarentena. Si bien son cinco participantes locales en ese certamen (Boca Juniors, River Plate, Racing Club, Defensa y Justicia y Tigre), el resto de los equipos del campeonato argentino también retomarán las tareas, para jugar un torneo que todavía no tiene fecha de inicio.

Los testeos que se fueron realizando los futbolistas desde el viernes último también marcó un indicio de la situación: muchos planteles han confirmado casos positivos (ver aparte) entre sus protagonistas, y se esperan aún más resultados para el comienzo de la semana.

El tiempo de inactividad fue de casi cinco meses, y el proceso de puesta a punto puede ser largo. El preparador físico de Arsenal, Javier Carnero, le explicó a Líbero el plan que tiene para llevar adelante: “La verdad, nosotros no dejamos de entrenar nunca, sino que lo hicimos a través de la plataforma Zoom. Sólo paramos diez días antes del 30 de junio, que era cuando se les terminaba el contrato a muchos, y llevamos más de 90 entrenamientos por esa vía, siempre en vivo”.

“A la mañana -continúa Carnero- los jugadores hacían un trabajo individual, y a la tarde se hacía un trabajo grupal. No es el hábitat natural entrenar en una casa o en un departamento, y entonces seguramente ahora encontraremos muchas falencias, debido a que hace cinco meses que no juegan, que no se enfrentan entre ellos”.

Los conjuntos volverán a entrenar de manera presencial, y para ello deberán respetar el protocolo, que habla de seis jugadores manteniendo la distancia. Lo curioso es que los equipos no saben aún cuál será la segunda parte del mismo, para la semana del 17 de agosto. Se especula que los entrenamientos podrían continuar con grupos de seis o que podría extenderse a diez.

El punto principal a recuperar en los jugadores será “la parte aeróbica”, aclara Carnero. Y amplía: “Sobre todo lo cardiovascular, que todo el plantel lo ha perdido. Y luego empezaremos a hacer trabajos de fuerza, con distancias de carreras de alta intensidad en 20 o 30 metros”.

La obligación de entrenar con grupos reducidos será un obstáculo más que tendrán los cuerpos técnicos, y en ese sentido tendrán que apelar a la creatividad para realizar los ejercicios. “Este va a ser un período de adaptación más largo, que cuando habitualmente se vuelve de unas vacaciones. La gran diferencia es que el jugador trabajará en un sector delimitado por cintas. No habrá una interrelación constante como era lo normal, y al jugador lo vamos a ver de lejos. Los profesores estaremos en la mitad de la cancha dando las órdenes, y ellos estarán cada uno en su sector específico”, describe la situación Carnero.

El tiempo que necesitarán los equipos para alcanzar su mejor estado lo sabrán a medida que pasen las semanas, pero Carnero estima que serán entre siete y ocho para estar en plenitud. “Esto es nuevo para todos. Con la Asociación de preparadores físicos elevamos un pedido a la AFA en junio, donde se requiere que el 50 por ciento del tiempo que el jugador esté sin entrenar, lo tuviéramos después para ponerlo en condiciones. Lo ideal sería tener algunos partidos amistosos, pero es complicado por el traslado”.

El contacto con la pelota será otro aspecto fundamental, y se proyecta que entre el tercer y cuarto día de práctica se podrían incorporar a la rutina. De todas maneras, lo más difícil en esta etapa de confinamiento, según Carnero, fue “mantener el entusiasmo en los jugadores, porque en un momento no se sabía para qué se estaban entrenando. Si habría de nuevo competencia o no”.

Las pruebas se harán con ciertas similitudes a lo que ocurrió en Europa, donde se está jugando en pleno verano. La alarma la encendió la Secretaria de Deportes de la Nación, Inés Arrondo, quien expresó que si la situación se va de control “habrá que volver a parar los entrenamientos en el fútbol, y lo mismo ocurrirá para otros deportes”. Como para agregar más incertidumbre, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, admitió que existe la posibilidad de retrotraer la medida del regreso al trabajo en caso de que los casos sigan aumentando. “Sí, es algo hablado con la gente de la AFA”, dijo el funcionario en una entrevista con la Radio La Red.

 

La actividad tendrá que acomodarse para poder salir de su letargo, y desandará lentamente por un camino novedoso.

 

La lista de los contagiados

Argentinos Juniors: Gabriel Florentín y Daniel Saggiomo. 

Newell's: Manuel Guanini.

Patronato: anunció el positivo un jugador de la Quinta División, pero no informó el nombre del futbolista afectado.

Godoy Cruz: Valentín Burgoa, Agustín Alvarez, Marcelo Freites, Agustín Manzur.

Defensa y Justicia: Mauricio Duarte.

Boca: Agustín Almendra.

River: Ezequiel Centurión.

Independiente: Fabricio Bustos y Mauro Molina.

Vélez: Ricardo Alvarez y Thiago Almada.

Banfield: Federico Torres, Franco Quinteros, Nicolás Linares.

Tigre: Diego Morales y Iván Bolaño.

En el caso de Racing, Estudiantes, Gimnasia y Huracán ya se realizaron los hisopados a todos los jugadores y cuerpos técnicos, pero aún no se conocen los resultados.