En medio de una intensa sensación de ciclo cumplido y con la Selección Argentina en zona de repechaje a cuatro fechas del final de las Eliminatorias, tal vez haya que anticipar el calendario y encarar una renovación profunda del plantel que, en principio, Edgardo Bauza (¿seguirá en su cargo?) preveía hacer una vez lograda la clasificación para el Mundial de Rusia.

Es obvio que Lionel Messi queda fuera de cualquier decisión al respecto. Lo mismo vale para el cordobés Paulo Dybala. Pero de ahí para abajo todo está puesto en tela de juicio. Incluso en el caso de Gonzalo Higuaín, Javier Mascherano, Sergio Agüero y Angel Di María: indiscutidos por lo que producen partido a partido en sus clubes. Pero bloqueados futbolística y mentalmente cada vez que se calzan la casaca albiceleste. Por eso, son los jugadores más resistidos por el público y por la cátedra futbolera.

Más allá del hipermediático Mauro Icardi, hay una camada de jugadores que vienen siendo titulares en sus equipos y que tal vez merezcan ahora la oportunidad que podía llegarles luego del Mundial. A los 25 años, Gerónimo Rulli está firme en el arco de la Real Sociedad de España y en la próxima temporada se incorporará al Manchester City, donde competirá mano a mano con Wilfredo Caballero (35 años), otro arquero que podría tener su oportunidad. Federico Fazio (30 años) juega siempre en la Roma y podría ser una alternativa en la zaga central. 

También en la Roma se ha afirmado como volante interno creativo Leandro Paredes, el ex Boca que, con frescos 22 años, ha jugado 35 partidos esta temporada y es muy tenido en cuenta por el técnico Luciano Spalletti. Y a los 24 años, Manuel Lanzini está teniendo una excelente temporada en el West Ham de Inglaterra con 7 goles en 30 partidos y una titularidad fuera de discusión.

Si se quisiera abrir la selección a los hombres del medio local, acaso haya llegado el momento para que José Luis Gómez, Iván Marcone, Lautaro Acosta (Lanús), Jonatan Maidana (River), Nicolás Tagliafico (Independiente),  Ezequiel Cerutti (San Lorenzo) y Santiago Ascacíbar (Estudiantes) tengan su oportunidad. Queda claro que no se trata de jugadores indiscutidos o que puedan resolver la crisis por mero acto de presencia. Pero todos tienen algo a favor: no están desgastados y no cargan con la mochila de las tres finales perdidas que, hoy por hoy, parece pesarles demasiado a muchos de los actuales futbolistas.