Siempre me gustó y así traté de enseñarlo, que mis nadadores tuvieran una buena técnica de nado. Es claro que si bien hay que tener condiciones y habilidad motriz, en natación, ante la ausencia de oposición e imprevistos como los que tiene el fútbol, es más fácil de lograr o factible al menos de mejorar .

Así es que me gusta que en crawl, el nadador mantenga en la fase aérea de su brazada y al entrar al agua el codo elevado en ambos brazos, lo que hará su acción subacuática más efectiva y la fuerza de los músculos del brazo y torso estará mejor aplicada.

Sin embargo, esto es así sólo si se nada o compite en una pileta con las aguas en calma: si la acción se traslada a las aguas abiertas, mar, río, etc, con la preponderancia variable de vientos y corrientes, el movimiento del agua no permitirá una técnica del todo ortodoxa al chocar continuamente el agua con los brazos del nadador, por lo que éste deberá nadar con los brazos más estirados y altos en su fase aérea para estar más cómodo y ser más efectivo. Es decir que una circunstancia externa, el oleaje, puede y debe hacer cambiar la técnica o estrategia del momento sin abjurar de lo adquirido en el proceso técnico anterior .

En fútbol, esto puede ocurrir por la acción del rival y debieran considerarse variables técnicas o estratégicas alternativas a las usuales , ejemplo, salir jugando siempre en cualquier situación y a cualquier costo. En este caso ,el Barcelona, además de otras posibles consideraciones, no lo entendió así.

* Ex Director Nacional de Deportes.