Durante las últimas décadas nuestro país experimentó la expansión explosiva de la oferta de carreras de posgrado en la mayoría de las distintas áreas de conocimiento. Un requerimiento ineludible de esas carreras, en especial para Maestrías y Doctorados, es la presentación de la tesis para titularse.

La elaboración de la tesis es, tal vez, el escollo insalvable con que se enfrentan todos los que aspiran a culminar sus carreras de posgrado. Esto obedece a que este género textual pertenece a una serie de textos académicos caracterizados por su marcada complejidad, tanto conceptual como discursiva.

Aunque existen otras varias razones para este débil rendimiento terminal, la mayoría están relacionadas con la elaboración de la tesis final.

En algunas ocasiones los estudiantes proceden de carreras de grado que poco tienen que ver con la cultura académica dominante en el posgrado y encuentran dificultades para insertarse en una nueva comunidad discursiva.

Otro de los motivos de esta morosidad académica reside en la poca dedicación de tiempo exclusivo para la elaboración de la tesis. Esta deficiente administración del tiempo, asociada a dificultades para coordinar diferentes ocupaciones laborales o familiares, tiene fuerte incidencia en el reducido porcentaje de graduados.

Por otra parte, un considerable número de estudiantes atribuye las tesis inconclusas a la falta de experiencia investigativa y a la falta de vinculación con proyectos de investigación. Sin duda, la falta de confianza propia en las habilidades para realizar esta tarea aumenta la probabilidad de demorarla indefinidamente.

También se ha señalado que la relación director-tesista es decisiva en la culminación de los trabajos de tesis. Un director especialmente dedicado, que genere un clima de confianza, alienta y motoriza la producción. Un director indiferente no conduce a una buena experiencia.

Escribir una tesis significa planificar el texto, establecer las ideas generales, definir el esquema global de distribución de la información, pensar en el lector potencial, seleccionar la información pertinente, producir un texto autónomo, coherente y cohesivo a partir de las palabras de otros investigadores y de nuestros propios hallazgos.

Pretendo ofrecer algunas reflexiones y consideraciones sobre cómo abordar la organización y la escritura de una tesis, partiendo de cuatro interrogantes básicos que son los que, en general, se formulan quienes se enfrentan a este desafío: ¿Qué es una tesis? ¿Qué debe contener? ¿Cómo se debe elaborar? ¿Cómo se debe escribir?

Otras dos cuestiones de las que me ocuparé, pues deben ser encaradas con debido cuidado para que la experiencia sea verdaderamente enriquecedora, son: ¿Cómo elegir director? y ¿Cómo encarar la defensa de la tesis?

Este libro brinda orientaciones para salvar los problemas de inicio, organización y composición del texto, se incluye una estructura sugerida y una guía de lo que debe contener cada sección de la tesis, qué se espera de la escritura académica y, además, aporta consejos simples y prácticos para elegir director y defenderla.

Si bien es una empresa difícil, según expuse, de ninguna manera la podemos considerar imposible. Desde este libro trato de brindar aquellas informaciones y sugerencias necesarias para encarar el trabajo.

 

Los invito a aceptar este desafío que los llenará de satisfacciones una vez que se enfrenten a él con decisión.

Prólogo de su libro "Animarse a la tesis", que este jueves 20, a las 18, su autor presentará, a modo de diálogo en vivo por Facebook Live de Homo Sapiens Ediciones, junto a Mónica Báez, Susana Copertari y el Decano de la Facultad de Humanidades, profesor Alejandro Vila.