En abril de 2017, Odín Schwartz le reveló al NO que haber viajado con Juana Molina a Texas para hacer Halo, último álbum de estudio de la monarca del indie argentino, lo estimuló para componer las canciones del que sería su primer trabajo solista. Si bien adelantó que lo iba a grabar muy pronto, no se supo más nada. Hasta los días previos al anuncio del aislamiento social, cuando se le ocurrió, a manera de despedida del mundo como lo conocíamos, subir a las plataformas digitales El iceberg completo.

Aunque hoy disfruta con alivio que haya visto la luz, su debut discográfico estuvo cajoneado un año. "¿Sabés lo que pasó? El año pasado era electoral, y yo estaba en otra. No era un buen momento para mí", reconoce el artista. "Pero antes de que se declarara la cuarentena, lo saqué de la manera que pude", afirma el músico de 34 años.

"A pesar de que me quedaron canciones fuera, sabía que iba a terminar siendo así. Tardé en grabarlo, pero no fueron tantas jornadas. Tampoco hice demasiados planes. Dejé que el proceso fluyera. Me demoré porque estuve de gira con Juana, por lo que cada sesión tuvo mucha distancia con respecto a la otra. Luego de un año de ir y venir al estudio, dije 'basta'. Es media hora de canciones compuestas especialmente para la ocasión."

De Juana Molina a Simón Poxyran

A diferencia de lo que suele mostrar con Juana Molina en sus shows en vivo o en los procesos de composición, en los que incluso se permite generar un reggaetón lisérgico, en El iceberg completo el artista ofrece su perfil más rockero. Desde el más progresivo hasta el taciturno, pasando por la psicodelia.

"Dejé que fuese lo que tuviera que ser", explica Odín Schwartz. "Casi todos los músicos tenemos un portfolio de temas que fuimos haciendo a lo largo de nuestras vidas, y en un primer disco lo sacás. Sin embargo, esta vez quise hacer todo de cero y terminó siendo más catártico y rockero. Y eso tiene mucho sentido para mí."

Al momento de tomar la dirección estética de su propuesta unipersonal, el multiinstrumentista evoca: "Desde 2013, Juana pasó a ser mi prioridad laboral y musical. Con ella produje un EP y un disco, y me genera muchas satisfacciones artísticas. Hay una exigencia con ella que te hace tocar distinto a lo que estás acostumbrado. Pero me di cuenta de que extrañaba el rock".

Aunque no es el único género musical por el que transitó este músico, quien le debe su nombre a la compañía danesa de teatro Odin Teatret: "Antes de trabajar con Juana, que es toda una montaña rusa de emociones, estaba con ocho proyectos musicales. El que más me dolió dejar fue Cumbia hasta el lunes."

Además de Jorge Drexler, el otro invitado de El iceberg completo es Doppel Gangs (álter ego de Simón Poxyran), quien prestó su voz para uno de los temas más melancólicos del álbum: Giya, inspirado en la pareja de Schwartz. "Conecté con él para este tema porque, en algún punto, cuando lo escucho hablar de su pareja, Camincolors, hay algo que reconozco de mi relación con Giya. Por eso se me ocurrió llamarlo, por más que me gusta lo que hizo con Perras on the Beach o como solista. Al momento de cantar, Simón tiene una transparencia que no miente ni un poquito."

Terapia, academia y libertad

Al mismo tiempo que el novel cantautor promociona los siete temas de su álbum, los miércoles y domingo ameniza en su perfil de Instagram uno de los ejercicios más consecuentes de la pandemia: la Oditerapia. "Es catarsis absoluta, es sentirme acompañado", manifiesta emocionado el artista. "Es mi salvavidas en esta cuarentena. Y encima, como es a la gorra, es un pequeño alivio para mi vida. No somos un montón, pero la gente que entra se re copa. Semana a semana, un poquito va creciendo."

El iceberg completo, donde se rodeó de Mario Agustín de Jesús González en batería y Andrés Cortes en guitarras y se ocupó del resto de los instrumentos, lo posiciona en la actual escena musical argentina; y Odín espera que su bautismo de fuego suceda una vez que vuelvan los recitales con público en las salas. "Cuando se levante la cuarentena, voy a estar muerto de ganas de tocar este disco", comparte el cantautor, que también se hizo cargo de la banda de sonido de la película Far From Us (2019).

"Lo que estuvo pasando con la escena musical local en los últimos años es impresionante. Es algo así como ser parte de la psicodelia del '67. Hay mucha actitud. No recuerdo que haya habido otro momento como éste", señala Odín, cuyo estreno recitalero sucedió a los dos años, cuando sus padres lo llevaron a ver la presentación de Parte de la religión, de Charly García.

#QuedateEnCasa como Odín Schwartz, que sueña con la vuelta de los shows en vivo | Foto: Cecilia Salas

¿Por qué sos músico?

--Tengo la suerte de haberlo tenido muy claro de muy chiquito. Hice música siempre, y mis padres, que son artistas, supieron contenerme. Tanto es así que toda la secundaria la hice en (la escuela de música) Juan Pedro Esnaola –Ca7riel también se formó ahí–, y salí maestro de música.

A propósito de eso, ¿es mejor un músico formado a uno autodidacta?

--Juana Molina es autodidacta, y mirá el universo musical que tiene. En el arte no hay sólo un camino. Es súper interesante lo que le pasa a alguien que nunca estudio académicamente. Yo lo aprecio, y por alguna razón siempre me rodeé de ese tipo de artistas.