No pasó ni una semana de su más reciente dardo a la NBA que Donald Trump volvió a disparar este martes contra la liga de básquet estadounidense, que recientemente se sumó a las protestas por la violencia racista y policial en el país del norte con una huelga de tres días.

"La gente está cansada de ver a la ultra politizada NBA. Los ratings del básquet están muy bajos, y no van a volver a subir. Espero que el fútbol (americano) y el béisbol estén viendo ésto y aprendan, porque lo mismo les va pasar a ellos. Parémonos bien alto ante nuestro país y nuestra bandera", tuiteó el presidente estadounidense, sin necesidad alguna de disfrazar sus amenazas a los otros deportes de su país.

La referencia patriótica de Trump se debe a la modalidad originada por el mariscal de campo de la NFL Colin Kaepernick de arrodillarse cuando suena el himno en la previa de cada encuentro. Tal metodología fue adoptada por los jugadores de la NBA en el reinicio de la temporada de básquet en la "burbuja" de Disney.


Como la NBA se reanudó en un momento muy álgido de la política estadounidense -las negociaciones para la vuelta se llevaron a cabo al mismo tiempo que el afroamericano George Floyd fue asesinado violentamente por un oficial de policía-, el regreso estuvo repleto de mensajes en torno a la cuestión, principalmente en la camiseta de cada uno de los jugadores, quien llevaron en sus espaldas diferentes lemas con reclamos políticos, desde igualdad racial, el "Black Lives Matter" hasta reformas educativas.

Pero el ataque policial de hace dos semanas al afroamericano Jacob Blake, quien recibió siete disparos por la espalda y quedó internado, obligó a los jugadores a dejar las consignas de lado y reclamar de manera comprometida. El puntapié lo dio el equipo de Milwaukee Bucks, perteneciente al Estado donde atacaron a Blake, no presentándose a jugar su partido el miércoles pasado ante Orlando Magic, que luego se sumó a la medida. La NBA optó por cancelar los partidos de esa jornada y las dos siguientes mientras los jugadores de todos los equipos presentes en Disney llevaron a cabo diferentes reuniones para ver qué sucedía de ahí en más.


Finalmente, intermediación de los dueños de los equipos mediante, la medida no pasó de las 72 horas y el sábado el torneo se reanudó, dejando con gusto a poco a varios de los jugadores más comprometidos con la causa, como LeBron James, quien en su momento votó por suspender la temporada, según trascendió.

La iniciativa de los Bucks llegó hasta otras ligas, como la de la WNBA de básquet femenino, que también suspendió sus partidos, a algunos equipos de béisbol y hasta la tenista japonesa Naomi Osaka, que renunció a jugar las semifinales en el Abierto de Cincinnati la semana pasada.

En el US Open que se está disputando actualmente, la jugadora nipona apareció con barbijos con diferentes inscripciones, como la del nombre de Breonna Taylor, mujer afroestadounidense que fue asesinada por ocho disparos policiales cuando quería entrar a su departamento.