Según un informe publicado por la ONU, se proyecta que la tasa de pobreza de las mujeres en 2021 aumente un 9,1 por ciento, como consecuencia de los efectos de la crisis del coronavirus. Si bien se estimaba que este indicador se iba a reducir un 2,7 por ciento entre 2019 y 2021, el panorama cambió radicalmente.

Las cifras indican que el impacto regresivo a nivel global se da en forma desproporcionada, particularmente en aquellas mujeres en edad reproductiva: para 2021, por cada 100 hombres de 25 a 34 años que vivan con menos de un 1,90 dólares habrá 118 mujeres en esa condición. 

Las perspectivas a futuro no son alentadoras, esta brecha podría aumentar a 121 mujeres por cada 100 hombres para 2030.

"El aumento de la pobreza extrema de las mujeres, en particular en esa etapa de sus vidas, es una dura muestra de los profundos defectos en la forma en que hemos construido nuestras sociedades y economías", afirmó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

Esta desigualdad de género se explica porque las mujeres asumen la mayor parte de la responsabilidad del cuidado de la familia, ganan menos, ahorran menos y tienen trabajos mucho menos seguros.

"En general, el empleo de las mujeres corre un mayor riesgo que el de los hombres, en un 19 por ciento. Las pruebas que tenemos aquí de múltiples desigualdades es fundamental para impulsar una acción política rápida y reconstructiva que sitúe a las mujeres en el centro de la recuperación de la pandemia", agregó.

El informe detalla que como consecuencia del coronavirus, 96 millones de personas serán arrastradas a la pobreza extrema para 2021, entre ellas 47 millones de mujeres y niñas.

De esta forma, 435 millones de mujeres y niñas vivirán en esta situación, y las estimaciones muestran que este número no volverá a los niveles anteriores a la pandemia por lo menos hasta 2030.

Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aseguró que "más de 100 millones de mujeres y niñas podrían salir de la pobreza si los gobiernos implementaran una estrategia integral dirigida a mejorar el acceso a la educación y la planificación familiar, salarios justos e iguales y expandir las transferencias sociales".

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para junio de 2020, se estima que el 72 por ciento de las trabajadoras domésticas en todo el mundo habían perdido sus trabajos como resultado de la Covid-19.