Pese al marketing de mano dura y a la cobertura de los grandes medios, las estadísticas oficiales demuestran que el delito aumentó de 2018 a 2019 en un 12,6 por ciento, sumado el total de hechos reportados al Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC). Pero además, la cifra de delitos por cada 100.000 habitantes fue mayor en 2019 que en 2015, el último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Una excepción de esa tendencia creciente de 2019 se produce en el delito más grave, los homicidios dolosos, que vienen bajando desde 2014 y sólo registraron una leve suba en 2018. Pero la tendencia a incrementos en robos, violaciones, agresiones a mujeres se verificó en 2019, desmintiendo el discurso de la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En aras de mostrar eficiencia en la cuestión del narcotráfico, Cambiemos aumentó de forma notoria los procedimientos por violación a la ley de drogas: pero casi el 90 por ciento de las personas involucradas fueron imputadas en tenencia simple para consumo personal.

Los datos divulgados este martes por el Ministerio de Seguridad, a cargo de Sabina Frederic, fueron sistematizados por el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC), que tiene calificación A (la mejor) otorgada por el Centro de Excelencia para la Información Estadística de Naciones Unidas. Ese proceso de validación es el que explica que se tarde más de medio año en trabajar las cifras del año anterior.

Lo que se observa a primera vista es una tendencia que engloba a la totalidad de los delitos y que marca un crecimiento entre 2018 y 2019. Cuando la oposición hace tanto hincapié en la cuestión de la inseguridad -una jugada política que realiza la derecha en casi todos los países- esconde que bajo su administración la cantidad de delitos terminaron creciendo, seguramente porque el caldo de cultivo es la desigualdad. La catástrofe económica que produjo el macrismo, con los más altos niveles de desocupación y marginalidad, repercutieron sobre todo en los delitos contra la propiedad, en especial los robos.

Totales

Si se habla de la totalidad de los delitos reportados, el SNIC registra que después de 2015 hubo una leve baja del 5,1 por ciento en 2016, se mantuvo casi igual en 2017 y empezó a subir, con la crisis, en 2018. El salto de magnitud se dio en 2019, cuando pasó de 3.489 delitos cada 100.000 habitantes a 3.929 cada 100.000 habitantes, un 12,6 por ciento de aumento. Eso llevó a que el dúo Macri-Bullrich terminara con números en un ocho por ciento peores que los que heredó de CFK. Es decir que pese a los discursos, a la doctrina Chocobar y a utilizar la cuestión de la inseguridad como punta de lanza política, la gestión del macrismo produjo un aumento de la inseguridad, no una disminución.

Homicidios

En los datos del SNIC se verifica una tendencia existente desde hace años: los índices de homicidios de la Argentina (5,1 cada 100.000 habitantes) están muy por debajo del promedio de América Latina (17 homicidios cada 100.000 habitantes), es un sexto de Brasil (30 cada 100.000 habitantes), algo mejor que Estados Unidos o Uruguay (6) y lejos del promedio de los países europeos, que suelen tener menos de un homicidio por cada 100.000 habitantes. Los especialistas opinan que tiene que ver con que, en términos relativos, los argentinos tienen poca tradición de tener armas en sus casas. Sucede que la mayoría de los homicidios dolosos no son en ocasión de robo, sino que se producen entre personas conocidas, peleas, borracheras, odios familiares, femicidios, tendencia que aumenta cuando hay un arma a mano.

Propiedad

El delito más frecuente es el robo o el hurto, principalmente motochorros, robos de celulares, entraderas, salideras, robo de carteras, de autos, de motos, ardides contra los jubilados. Los asaltos de grandes bandas son infrecuentes y es público que bajó en forma notoria el robo en bancos.

En esta materia, también Cambiemos terminó con números de delitos contra la propiedad por encima de los que dejó la administración de CFK. El aumento de 2019 fue de proporción gigantesca, con peso absoluto de la Provincia de Buenos Aires, administrada por María Eugenia Vidal, que pasó de 196.100 delitos contra la propiedad a 286.300, nada menos que un aumento del 46 por ciento. Eso abarcó robos y hurtos y es un crecimiento muy por encima del total nacional.

Género

Lo que viene en permanente aumento son los delitos contra la integridad sexual y, en general, la violencia contra las mujeres. El ministerio de Frederic junto al de Género, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta, están trabajando en políticas de prevención porque el cuadro de aumento es alarmante.

Las violaciones pasaron de 8,7 cada 100.000 habitantes en 2015 a 12,3 en 2019, con un salto brutal entre 2018 y 2019. En otros delitos contra la integridad sexual (acosos, por ejemplo) se llegó a 36,9 por 100.000 habitantes el año pasado.

El propio informe del Ministerio de Seguridad aclara que se trata de delitos con cuotas grandes de subregistros, es decir con mujeres que son víctimas y que todavía no se animan a denunciar.

La tendencia también se nota en las lesiones dolosas. Son mucho más las mujeres, 74.082, que son víctimas de golpes o palizas, que los hombres, 65.975.

El texto de Seguridad anticipa que en las próximas semanas habrá un detallado informe sobre femicidios, con metodología acordada por la Corte Suprema y el Ministerio Público Fiscal.

Drogas

Uno de los datos más llamativos del SNIC tiene que ver con los delitos relacionados con estupefacientes. Lo que se verifica es que entre 2018 y 2019 hubo un crecimiento del 58,8 por ciento, pero sustentado en un aumento de la tenencia simple, para consumo personal, del 84 por ciento. Esto está directamente relacionado con el marketing de Cambiemos, que presionaba a policías y fiscales para hacer estadísticas en este terreno.

El informe indica que el 53 por ciento de los delitos reportados por violación a la ley de drogas es la tenencia simple para consumo personal, o sea nada que ver con bandas de narcotraficante y ni siquiera con dealers. Mientras hubo 87.000 casos de personas imputadas por consumo personal u otros delitos leves, los reportados por venta o entrega de estupefacientes fueron, en 2019, algo más de 6.500 en todo el país. Fiscales del Gran Buenos Aires cuentan que los policías durante el fin de semana detenían personas, por ejemplo, por ser encontradas fumando un cigarrillo de marihuana en una esquina y entonces los funcionarios afrontaban la situación de dejarlos en libertad o mantenerlos presos el lunes, con lo que faltarían a sus trabajos, creando un problema aún mayor.

Como se sabe, durante 2020 hubo una fuerte baja de los delitos en los primeros meses de la cuarentena, entre marzo y junio, con disminución en todos los rubros, principalmente homicidios dolosos, culposos por accidentes de autos y robos. A partir de junio los números empezaron otra vez en aumento, pero ni remotamente se llegó a las cifras y porcentajes de 2019. Seguramente el desafío ahora será revertir la catastrófica gestión de Cambiemos en todos los terrenos, incluso -pese al marketing- en el terreno del delito.