La experiencia para el actor argentino es merecedora de un documental. Residente de Munro, con un currículum variopinto entre producciones europeas y locales, recibió a finales del año pasado un mail con la propuesta para el casting de esta producción. ¿El papel a conseguir? La pareja de una mujer cuyo hijo redescubre su identidad de género a los nueve años (tal es el quid de El vestido de Oscar que cuenta con la actuación de una niña trans). Pruebas de cámara remotas en alemán, bailar tango, utilizar a su perra como partenaire, el viaje sin garantías totales a Múnich, probar química con el elenco, conocer al director, estudiar los guiones, quedar varado a quince mil kilómetros de distancia, hasta la confirmación de que volverían a filmar. “La organización es complejísima pero el protocolo influyó positivamente. Entre la cantidad de tiempo que hubo para prepararnos y el riesgo asumido para encararlo, hubo un nivel de concentración que terminó siendo fundamental. Todos están cuidando la salud y al final el foco, y el tono y la toma se potencia. Se nota mucho el trabajo en equipo. Y todo es más espaciado. Cuando ves a uno de otro sector es todo un acontecimiento”, cuenta el intérprete de 35 años. Lo Sasso recalca que para los actores la situación era diferente a la del resto del equipo calificándola de “cuasicuarentena”.

La industria cinematográfica frente al Coronavirus

La respuesta del cine alemán a la pandemia

La película "El vestido de Oscar" se rodó íntegramente en medio del parate mundial por la Covid-19. Para lograrlo, diseñaron un protocolo sanitario y de producción especial que también se utiliza en producciones a gran escala como "Matrix 4", que reanudó el rodaje en Berlín.

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