"Sólo hay un relato posible de los hechos, desde la lógica y la razón: fue un fusilamiento, no un enfrentamiento", expresó la querella en la segunda audiencia del juicio por el doble crimen de David Campos y Emanuel Medina, cometido en junio de 2017, tras una persecución policial. Son 19 los agentes que están sentados en el banquillo, aunque el fiscal Adrián Spelta mencionó que podrían haber sido solo tres --los que dispararon--, si el resto no se hubiera "invitado solo" al poner en marcha un "protocolo de encubrimiento" con el cual simular que los pibes estaban armados y así justificar los más de una docena de disparos que se produjeron en dos secuencias. Tres familiares fueron los primeros testigos del debate que se extenderá alrededor de tres semanas, antes de conocer el veredicto.

Después de algunos incidentes planteados en la primera jornada y tras cambios en las defensas de varios de los imputados, este viernes se realizaron los alegatos de apertura del juicio. El fiscal dividió su acusación en tres bloques: la persecución, el homicidio y el encubrimiento. "Todo se inició en Gutiérrez y Grandoli, cuando dos agentes vieron que pasaron un semáforo en rojo. Hasta ahí era una sola moto siguiéndolos, después se sumaron más móviles y más de veinte minutos después, todo termina en Callao y Arijón, donde las víctimas chocan contra un árbol, estallan los airbag del VW Up, y bajan Alejandro Bustos y Marcelo Escalante que realizan disparos, en una primera secuencia. Minutos después, aparece Leonel Mendoza y se da una segunda secuencia de disparos", relató sobre el ataque a los jóvenes que estaban dentro del auto. "Los chicos no tenían nada para esconder", aseguró Spelta. Entonces habló del tercer bloque en el que "se puso en marcha el protocolo de encubrimiento, donde no necesitan decirse nada, pero todos sabemos cómo actúan los policías en este tipo de casos: inventan un enfrentamiento, una excusa", dijo a este diario. Incluso, señaló que entre las dos fuerzas que intervinieron (Policía de Acción Táctica y Comando Radioeléctrico) hicieron un acta en común, cuando normalmente "cada fuerza hace el propio". Ello tuvo que ver con que "se insertaron datos falsos. Lo dijo la misma defensa de dos de las imputadas, porque sus clientas así lo manifestaron". 

Spelta también planteó que faltaron vainas del lugar del hecho y recordó que un video filmado por vecinos da cuenta de las dos secuencias de disparos. En el mismo se puede escuchar la voz de alguien que grita: "Los quemaron, los quemaron", y luego se oyen más detonaciones. Emanuel recibió 9 disparos; y David, 3.

La querella, a cargo de los abogados Santiago Bereciartúa y Santiago Garat, planteó que lo primero que tuvieron que hacer las familias de las víctimas fue salir a negar el enfrentamiento que se había querido instalar; "y se convirtió en una bandera de lucha tanto para ellos como para cientos de personas que los acompañaron, junto a la Multisectorial contra la Violencia Institucional". En ese sentido, hablaron del trabajo que apuntó a "romper con la versión de la policía" que buscaba "justificar" el hecho.

En tanto, le dijeron al tribunal compuesto por María Chiabrera, Gonzalo López Quintana y Román Lanzón quiénes eran las víctimas: "David Campos tenía 28 años y era trabajador metalúrgico; Emanuel Medina, de 32, era comerciante y padre de familia. Fueron fusilados dentro de su auto luego de chocar contra un árbol, con los airbags estallados, inmóviles. Fueron ejecutados por policías de la provincia, con sus armas reglamentarias, las provistas por el Estado para proteger principalmente la vida. Las usaron para fusilar a Emanuel y David", reprocharon.

Además, los querellantes recordaron que aquel 23 de junio por la mañana, los jóvenes venían de festejar el campeonato de Boca, con otros amigos. "Mientras iban en el auto comenzó una persecución por toda la zona sur, que duró cerca de media hora, e incluyó innumerables disparos por parte de numerosos policías". También advirtieron que las defensas van a juzgar a las víctimas "como suelen hacer en estos casos. Nos van a hablar del deber actuar de un ciudadano ejemplar, y demás juicios de valor que les sirve a ellos en una estrategia defensista deleznable, que jerarquiza algunas vidas por sobre otras".

La fiscalía y la querella pidieron penas de prisión perpetua para los dos agentes acusados de homicidio, mientras que el resto de los policías enfrenta pedidos de pena que van de los 4 a los 8 años de prisión, por parte de la fiscalía; y de los 6 a los 16 años, por pedido de la querella.