“Lo único bueno de esta pandemia es que no queda otra que reinventarse para sobrevivir”, sostiene la actriz Iride Mockert, que subirá al escenario del Teatro Picadero este domingo 20, a las 21, para explorar el deseo que abraza desde siempre: ser cantante. Pensado y dirigido por Edgardo Kawior, Pretextos es el ciclo que combina la música con la palabra y que también contará con las presentaciones de Viviana Saccone (27/9) y Georgina Barbarossa (4/10). Las entradas pueden adquirirse por Plateanet.

Creado en junio de 2018, Pretextos para piano y voz tuvo la participación de grandes escritores, músicos y artistas de diversas disciplinas: Pedro Saborido, Graciela Borges, Hernán Casciari y Reynaldo Sietecase, entre otros. Y en esta ocasión aparece con la propuesta renovada de sumar “actrices que cantan”. Así, en vivo por streaming, y acompañada por Pablo Citarella en piano y Daniel Bugallo en batería, Mockert se prepara para ofrecer un concierto de repertorio variado, con rock nacional, cumbia, cuarteto, flamenco y boleros.

“Yo soy muy ecléctica musicalmente”, dice entre risas, justificando la elección de temas que realizó y que interpretará sin descuidar su gran versatilidad actoral. “Pienso que la gente necesita conectarse con cosas lindas y olvidarse un poco de las noticias, entonces elegí temas que son más sensibles pero también hay una parte más divertida y de juego”, adelanta la actriz de Turba, su último éxito del off donde ofreció una mirada potente sobre la trata de personas, y que también podrá verse online, y a la gorra, desde el 25 al 28 de septiembre por Alternativa Teatral.-

¿Cómo apareció la posibilidad de esta presentación?

-Siempre quise actuar en el Picadero, porque es un teatro emblemático por la historia que tiene, e iba a debutar ahí con una obra comercial en octubre, pero no se pudo. En lugar de eso, surgió la idea de hacer esta prueba, entendiendo que este contexto no es auspicioso, ni siquiera para el streaming, porque hay una saturación de información por redes y además la situación económica es mala, así que todo es un riesgo. Por otro lado, yo ya había participado junto con varias artistas en este ciclo que organiza Edgardo Kawior, y que se había hecho en el Borges el año pasado. Y con Pablo Citarella nos conocemos desde antes, y nos re contra entendemos. Así que estoy feliz con esta posibilidad porque también pude elegir lo que quería cantar.

-¿Este concierto podría pensarse como un camino que se abre hacia el oficio de cantante, o el canto es un complemento de la actuación?

-Mi sueño es tener una banda y ser cantante de cumbia. Por eso, uno de los personajes de mi último unipersonal, Turba, canta cumbia. Eso es algo que me encantaría. Nunca hice un recital, pero siempre para actuar tengo presente lo musical todo el tiempo, porque soy música, toco el oboe y vengo de familia de músicos. Por eso compongo, y para Turba hice las melodías de las canciones.

-A propósito, la obra fue nominada recientemente como Mejor espectáculo musical para un solo intérprete en los Premios Hugo 2020. ¿Qué significó este reconocimiento en estos tiempos?

-En un contexto así, de desierto artístico, estas son cosas que te alimentan para seguir adelante, porque no sabemos cuándo vamos a volver a actuar. Yo nunca en mi vida estuve tanto tiempo sin actuar, porque la actuación es como una droga (risas).

-¿Y de qué manera atravesás este momento?

-En mi individualidad, por suerte, la estoy llevando bien, pero tengo un montón de colegas que la están pasando muy mal. Es preocupante, porque no sabemos cuándo vamos a volver a trabajar. Y con esto que pasa nos damos cuenta lo frágil que es nuestra profesión. Tengo amigos que tienen salas, y con ellos hablamos de que hay que repensar la forma de producción, porque no puede ser que porque haya una pandemia vivamos al día.

-¿Habías trabajado antes con este formato de streaming?

-Esta va a ser la primera vez. Lo que hice hace tres semanas fue grabar un radioteatro para la AM 750, y fui feliz porque para eso me subí de vuelta a un escenario y me volvió el alma al cuerpo de sentir que estaba actuando otra vez. Y en esta ocasión será distinto, porque voy a estar haciendo una actuación para una cámara. Pero imagino que será como actuar en televisión, e inevitablemente va a ser fuerte porque una en el teatro se alimenta de lo que pasa con la gente, y no va a haber aplausos. Va a ser rarísimo.

-¿Creés que este tipo de formatos llegaron para quedarse?

-No los juzgo, porque entiendo que son cosas que permiten que nos reinventemos. Porque no nos queda otra que adaptarnos y reinventarnos. Y está bueno cuando podés ver una obra como las que sube, por ejemplo, el Teatro San Martín, donde podés volver a ver a Alfredo Alcón. Pero el público necesita el teatro en vivo, porque eso es lo que hace que no se compare con el cine ni con la televisión. Y si volvemos nuevamente a una suerte de normalidad, me parece que van a seguir circulando materiales filmados, pero no creo que sea algo que haya llegado para quedarse. Esto es un salvavidas para este momento.