A la euforia con la que River amaneció este miércoles, luego de su despampanante victoria por 6 a 0 sobre Binacional en la Copa Libertadores, se le sumó una buena noticia: el lateral Milton Casco espera los resultados de su nuevo hisopado -tras haber dado positivo de coronavirus- para volver a sumarse al plantel y a los entrenamientos antes del fin de semana, de cara al partido ante San Pablo, el miércoles próximo.

Más allá de la alegría, el entrenador Marcelo Gallardo se mostró siempre cauto en sus declaraciones sobre la victoria en Lima, la máxima goleada histórica como visitante que consiguió River en su extensa trayectoria en la Libertadores. "Me gustó que jugamos con muchísima seriedad y el equipo funcionó de la manera que buscábamos. Más allá del nivel de estos dos partidos, habla del gran compromiso de parte de todos los futbolistas. No es fácil volver a competir después de tanto tiempo. Hablamos de un equipo que entiende cuáles son las ideas e intenta llevarlas a cabo con mucha determinación”, explicó el DT.

Aunque la vuelta del fútbol en la máxima cita continental hace olvidar por momentos la angustiante pandemia de coronavirus, Gallardo se mostró molesto en la conferencia de prensa con las complicaciones que supone "la nueva normalidad", luego de que un representante de la Conmebol le leyera dos veces la pregunta de un periodista y él no llegara a oírla. "Es una situación bastante incómoda para mí", dijo el conductor millonario, sensiblemente disgustado.

La buena noticia, para Gallardo, sería la vuelta de Casco: al cumplirse los 10 días del aislamiento, el defensor se realizó estudios complementarios que dieron buenos resultados, por lo que no tendrá problemas en volver a entrenar con normalidad. La preocupación estaba puesta en los estudios cardiológicos, esos que evidencian secuelas en algunos pacientes que atraviesan la enfermedad. Al juvenil Ezequiel Centurión, por ejemplo, lo obligaron a estar cerca de dos meses parado, tras la miocarditis que le generó el virus que le detectaron el 9 de agosto y que lo dejó fuera de la lista para la Libertadores.

El plantel, por lo pronto, se vuelve a entrenar este jueves en turno matinal en el River Camp, de cara al partido ante San Pablo, que se disputará el miércoles 30 de septiembre en el estadio de Independiente. La idea de Gallardo es repetir los mismos 11 que jugaron ante San Pablo y Binacional, aunque van a evaluar a Casco, quien podría recuperar su lugar en el equipo por Fabricio Angileri, su reemplazante con buenos rendimientos.

El entrenador tendrá una semana completa de trabajo, tras jugar los primeros dos encuentros con una diferencia de apenas cinco días, y luego no volverá a competir hasta el 20 de octubre, cuando cierre el Grupo D con la Liga de Quito.

River puede lograr el pase a cuartos de final una fecha antes del final si logra ganarle a San Pablo; incluso un empate lo deja virtualmente clasificado, ya que mantendría la diferencia de tres puntos con los paulistas aunque con una importante diferencia de gol de + 11. Y, sin embargo, más allá de la euforia de los hinchas, Gallardo mantiene la cautela: "Decir que estamos bien posicionados en el Grupo es muy prematuro después de estos dos partidos. Esperamos ganar los dos partidos que nos quedan con San Pablo y Liga de Quito (tercero y primero respectivamente, ya que River está segundo) para asegurar la clasificación y después sí, con la llegada a octavos de final empieza otro campeonato".