“Es rarísimo lo que está pasando. El disco salió a la venta el viernes de la semana pasada en las plataformas digitales, y al día y medio había 10 mil streamings, lo que equivale a 10 mil ventas o downloads. Imaginate, nos mirábamos con sorpresa porque nunca pensamos algo así. Hay gente de Latinoamérica que nos halaga, cuando nunca pusimos un pie fuera de Argentina y por los motivos que se conocen, por lo que pasó socialmente en ese momento y por el management que teníamos”, explica Eduardo Carbi ante el lanzamiento de Graffiti 3 (Branomedia).

La novedad es total. Con Carbi con vida en Londres desde hace años, y Ariel Pozzo con más de 20 en la banda de Miguel Mateos, Graffiti se reunía de vez en cuando a rememorar sus dos álbumes legendarios. Sin ir más lejos, hubo un show a mediados de 2019 en Lavardén, cuando Carbi, Pozzo y Claudio Falzone, presentaban también un disco de inéditos y rarezas. Ahora bien, lo cierto es que tras 25 años sin grabar, Graffiti vuelve, y lo hace con canciones enteramente compuestas por la dupla que conforman Carbi (voces, melodías y letras) y Pozzo (música, tracks armónicos, guitarras, bajos y algunos teclados). El disco, dice Carbi desde la ciudad inglesa, “es lo mejor que hemos hecho”.

“Nunca pretendimos grabarlo. Pero cuando Ariel y yo nos encontramos con un montón de tiempo libre, con todo cancelado, con él en Buenos Aires y yo en Londres, nos propusimos armar algunos temas. Como los dos tenemos un estudio en nuestras casas, pensamos en hacerlo con la intención de agregarlo al material, cando tuviéramos la posibilidad de tocar. Arrancamos con un temita, luego otro, y cuando nos dimos cuenta de que ya teníamos 7 u 8, quisimos que el momento de creatividad no se interrumpiera. Y se generó el concepto de armar un álbum. ¡Terminamos con 13 temas en dos meses y medio! Un imposible en cualquier otra circunstancia”, refiere Carbi a Rosario/12.

Componer a distancia no parece haber sido un inconveniente sino, antes bien, una solución al encierro. Y una manera fortuita de devolver continuidad a aquellos dos álbumes, clásicos, del grupo rosarino: Exhibición Condicionada (1987) y Sin Respirar (1988). La crisis económica obligó a la disolución de Graffiti. El destino de los músicos varió, pero con Graffiti 3 se resuelve un hiato significativo, porque el disco dialoga con los anteriores y abre una nueva puerta.

“Por supuesto que si no estás inspirado para escribir, podés tener todo el tiempo del mundo y no se te va a ocurrir nada. Creo que aquí hubo una combinación de factores. Por un lado, hacía mucho tiempo que no largábamos material nuevo; por el otro, la falta total de distracción, porque no se trataba de tener tiempo libre, sino de que no podíamos salir a ningún lado. Eso permitió un grado de concentración extremo. Y sin duda, la química entre Ariel y yo. No sabíamos si todavía la teníamos, por eso empezamos con unos pocos temas. Pero llegamos a los 13. Lo que significa que todavía existe, así como cuando compusimos nuestros dos primeros álbumes. También, no es un dato menor que no hayamos dependido de un estudio de grabación, donde vos tenés tiempo que cumplir y la hora de estudio te pesa en el presupuesto. Acá lo hicimos en nuestras casas. Luego, sí, incluimos a Gustavo Sachetti, quien nos hizo la mezcla y masterización en su estudio en Cancún, pero eso es algo que responde a otro nivel, cuando ya habíamos decidido armar el disco”, prosigue el músico.

El vínculo entre los integrantes de Graffiti es también el de un público que permanece. Algo de nostalgia inevitable los une en la música que sonaba décadas atrás. Pero el disco nuevo trae otra energía y da un paso adelante. “Hay una legión de gente que a lo largo de todos estos años se sintió siempre identificada con un período de sus vidas, como así también nosotros. Nos siguen, apoyan, y son quienes más flipan ahora, que está la posibilidad de tener todo este material nuevo y de golpe, cuando lo que se esperaba era que cada tanto nos juntásemos con un revival de los temas de siempre”.

Entre las novedades, figura la participación de Miguel Mateos en “Para mí”, canción aparecida casi como bonus track, y que ahora acompaña la difusión del disco. “Fue el último tema que hicimos. Ariel me dice ‘tengo una base, una idea’. ¿Otro tema más?, le digo. Me lo pasó, lo desarrollamos, y se lo hace escuchar casi por casualidad a Mateos. Le gustó y surgió la posibilidad de que lo cantara a dúo conmigo”.

-La participación de Mateos es también la de alguien que de alguna forma es parte de la historia del grupo.

-Es loco cómo se entrelazan las cosas a través del tiempo y la distancia, a veces por el destino, la suerte, o las dos cosas. Si bien no lo conozco personalmente a Miguel, aun cuando lo he ido a ver tocar junto con Ariel, no es un alguien que participe en otros discos, y eso es algo para remarcar. Él hace sus discos y ya está. Si pensás en algo diferente no te va a venir nada a la mente. Es muy halagador que haya escuchado el material y querido cantarlo. Nos enaltece. Siempre es un placer contar con alguien, así como cuando Juan Carlos Baglietto cantó “De a pedazos” (en el segundo disco).

Ahora, la vuelta de Graffiti espera por los escenarios. Según Carbi, “todo tomó unas proporciones increíbles, porque nunca nos propusimos esto ni pensamos que íbamos a poder hacerlo. Tampoco creímos que el resultado final iba a ser tan homogéneo, dada la disparidad ente tema y tema. Hay temas que son muy rockeros, otros son canciones, y un par de baladas que para mí son dos perlitas. Pero el hilo conductor, lo que las une a todas, me parece que está en lo escrito. Me quedé muy conforme, creo que es lo mejor que hicimos. El disco refleja los años pasados, la trayectoria y la madurez de cada uno”.