El expresidente de Bolivia, Evo Morales, es consciente de que su país se encuentra, una vez más, frente a una disyuntiva histórica. También cree que la derecha, que ya orquestó un golpe de Estado que lo alejó del poder en noviembre de 2019, hará todo lo posible para que el Movimiento al Socialismo (MAS), favorito en todas las encuestas, no pueda imponerse en los comicios del 18 de octubre. "Saben que vamos a ganar las elecciones y la oposición buscará evitar el triunfo de Luis Arce por golpe o fraude. Por eso hay que ganar por amplia diferencia", aseguró Morales, quien considera que el voto en el exterior es fundamental, y que por eso mismo la embajada boliviana en Argentina intentará "sabotear el voto" de la comunidad más grande de residentes bolivianos en el exterior. Además, como cuenta pendiente para evitar una peligrosa segunda vuelta que significaría la alianza de los sectores más reaccionarios y conservadores del país, el exlíder cocalero entiende que el MAS debe mejorar su campaña en las ciudades


Morales participó del "Desayuno Latinoamericano" organizado por la agrupación Simón Bolívar, donde habló en modo virtual ante más de 300 militantes, dirigentes sociales y periodistas.

"En la última parte de la década del 80 un grupo de jóvenes del movimiento campesino indígena y originario nos hemos preguntado: ¿Hasta cuándo desde arriba y afuera nos van a gobernar? ¿Cuándo nosotros mismos nos vamos a gobernar?", planteó Morales al inicio del debate. Para el mandatario derrocado por un golpe de Estado, la semilla que terminó germinando en el MAS constituye una experiencia única en el mundo: "Es un movimiento que hemos construido para la liberación. Por eso, el golpe que sufrimos el año pasado fue no solamente al indio sino también al modelo económico".

De elecciones y encuestas

Metido de lleno en la recta final de la campaña, Morales se preguntó: "¿Por qué el gobierno de facto posterga tres veces las elecciones? Porque sabían que íbamos a ganar en primera vuelta y por amplia mayoría. Nos obligaron a movilizarnos. Y con las movilizaciones de agosto nos hemos desgastado en las ciudades". El expresidente boliviano se refirió de esa forma a las manifestaciones que se replicaron en distintos puntos del país, organizadas por la Central Obrera Boliviana (COB) y la militancia de base del MAS. Por ellas el propio Evo Morales, quien permanece asilado en Argentina, fue acusado de "genocidio" y "terrorismo".

Las últimas encuestas de intención de voto para las elecciones del próximo 18 de octubre siguen dando como favorito al candidato del MAS, Luis Arce. El exministro de Economía de Morales obtendría el 44,4 por ciento de los votos frente al 34 por ciento de Carlos Mesa, el candidato de Comunidad Ciudadana, de acuerdo a un sondeo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag). En tercer lugar Luis Fernando Camacho de la alianza Creemos aparece con el 15,2 por ciento. Una encuesta anterior difundida por el canal Unitel le atribuye a Arce el 41,2 por ciento de intención de voto y a Mesa un apoyo del 33,5 por ciento. En cualquier caso la diferencia de Arce sobre el resto se mantiene, aunque nada asegura un triunfo en primera vuelta.

La importancia del voto en el exterior

Morales entiende que las encuestas son correctas y necesarias, aunque omiten un elemento fundamental: "No se toma en cuenta el voto del exterior. Miembros de la embajada de Bolivia en Argentina y consulados van a sabotear porque saben que arrasamos". De acuerdo a información del Tribunal Supremo Electoral, el padrón electoral contempla 7.332.925 personas habilitadas para votar. De ese total 301.631 viven fuera de Bolivia: esto representa poco más del 4 por ciento del padrón. En Argentina, país del exterior con más residentes bolivianos, están habilitados para emitir el sufragio 142.568 ciudadanos, una cifra que constituye casi el doble que, por ejemplo, los habilitados en el departamento de Pando (72.136).

Otro factor que define la importancia del voto en Argentina es que en las elecciones presidenciales de 2014 el MAS sacó más del 92 por ciento de los votos y en 2019 fue superior al 82 por ciento. "El año pasado algunos no han ido a sufragar porque nos hemos confiado. Ahora no hay que confiarse. Leí una nota de miembros de la embajada argentina respondiéndome, diciendo que es falso lo que dice Evo. Pero en los hechos van a intentar sabotear. La meta es ganar ampliamente para que no digan que hubo fraude y lo vamos a conseguir", aseguró Morales, y por eso llamó a los bolivianos residentes en Argentina a votar y a custodiar el sufragio. "Nos están provocando. Quieren hacer renunciar al fiscal general Juan Lanchipa, provocar convulsión para suspender elecciones y realizar una nueva convocatoria. Ahí quieren unirse Jeanine Áñez, Tuto Quiroga y Fernando Camacho, y a nosotros dividirnos", planteó.

Volver a una Latinoamérica unida

Morales también le dedicó unos minutos a una necesaria y urgente alianza regional. "Quisiera que vuelvan los tiempos de Chávez, Lula, Kirchner, Correa... Volver a la Unasur y a la Celac que acabaron con las doctrinas de seguridad nacional de aquellos tiempos. ¿Qué hizo Donald Trump? Organizar el Grupo de Lima para atacar a Nicolás Maduro. Hay que fortalecer esos espacios que construimos, tenemos que recuperar la integración latinoamericana", expresó, al tiempo que comparó al "imperio norteamericano" con un perro de raza pitbull: "muerde y no suelta, y ese soltar va a costar".

El mandatario depuesto por un golpe también aseguro tener "lindos recuerdos" del "compañero" Néstor Kirchner: "Por ejemplo cuando nacionalizamos el petróleo y las compañías decían que iban a irse, era todo un escándalo. Dijimos que si quieren ser socios se quedan, pero el 82 por ciento es de los bolivianos. En ese momento me llamó Kirchner y me dijo: -Dígale a las petroleras que si no invierten, yo invierto en Bolivia. De pronto se callaron las trasnacionales".

La defensa de los recursos naturales es una cuestión central para Morales. "Estoy convencido de que en Occidente solo nos quieren para que América latina garantice materia prima". Recordó en ese sentido al senador republicano Richard Black, quien confesó que Estados Unidos promovió un golpe de Estado en Bolivia por el litio. O las palabras del dueño de Tesla, el multimillonario Elon Musk, quien "Dijo textual el 24 de julio: -Vamos a hacer el golpe donde querramos, lidien con eso". Por eso, para Morales hoy más que nunca la lucha es por quien controla y administra los recursos naturales. Para el expresidente sería maravilloso poder industrializar el litio y que "Bolivia, Argentina y Chile, puedan fijar el precio para todo el mundo".

Morales también destacó que los latinoamericanos deben replantearse el rol de las fuerzas armadas. "Recuerdo que unos años después de que llegamos a la presidencia, un comandante me sorprendió al decirme: -Nosotros somos antiimperialistas. Y es cierto, durante la lucha por la independencia en 1810 los mestizos se organizaron y sumaron a la lucha del movimiento indígena. Las fuerzas armadas nacieron en Bolivia anticolonialistas y hay que recuperarlas", manifestó. Desde Buenos Aires, el expresidente conoce a la perfección los desafíos y obstáculos que se le presentan al MAS si quiere estar a la altura de las circunstancias. Sin embargo, jamás pierde el optimismo: "Con la unidad y la participación del pueblo, el 18 de octubre volveremos millones y le devolveremos la libertad y a la dignidad al pueblo boliviano".