Seguramente escucharon la canción "Dance Monkey" de fondo. Involuntariamente, haciendo alguna compra embarbijades en el chino. O tal vez de pasada, saliendo del equipo de audio de algún local, cuando abandonaron esta vida de encierro para estirar un poco las piernas. La flamante veinteañera que firma este pegajoso hit hace sonar su voz como si fuera una especie de James Brown domesticado por un fino efecto autotune, bien de esta época. A primera escucha nos queda clarísima su filiación compositiva respecto a su compatriota, la australiana Sia. Pero, veamos: lo que más nos interesa en este suplemento es el video que la acompaña. En una entrevista de fines del año pasado, la compositora e intérprete Toni Watson declaró que se imaginaba interpretando a ese viejito entre cascarrabias y alegre que protagoniza el video mucho antes de escribir la canción. La primera imagen del video no podría ser más actual: un anciano chiquitito mira por la ventana del geriátrico que habita y se saca el barbijo transparente con el que se está nebulizando al recibir de un enfermero su dosis de pastillas. Pero en lugar de tomarlas se pone a cantar el hit en cuestión. Y la mirada en la ventana hace volar esa mente. Para cuando ese irresistible bajo disco de la canción se nos meta en el cuerpo, nuestro viejo ya estará moviendo la cabeza, de parranda en auto con otros dos viejos reales. Impresiona lo convincente del maquillaje y la interpretación, realmente la canción parece haber sido pensada para que la cante el geronte al que esta chica le da vida en el video.

No conforme con esta primera locura audiovisual, hace poco Toni nos sorprendió con otro hit para ver y oir: Ur so f**king cool. Algo así como: "Mierda que sos cool", tal cual repite en el estribillo. En este video vuelve a interpretar magistralmente a dos masculinidades: un hipster que lee libros en papel haciéndose el inspirado y un hippón pelilargo con guitarra colgada. Pero no fueron sólo los hombres las víctimas esta vez. En una suerte de Juana y sus hermanas contemporánea interpreta a un par de estereotipos femeninos también de manera muy convincente y divertida. Una youtuber histérica con un set de filmación montado en su propio cuarto. Una señora adicta a las cirugías y a los peelings, de riguroso animal print. Una manager con anteojos de sol gigantes, monologante y con campera de cuero. Y el casting femenino se completa con la propia Toni interpretándose a sí misma. El pre-estribillo de la canción dice: Entro a una fiesta / Me siento fuera de lugar / Todos son tan cool / Todos son tan falsos / Trato de empezar una conversación / Pero parece que no puedo relacionarme. La ironía con la que juega en el video es reforzada en dos intervenciones que Toni hace justo antes de cada estribillo. En la primera dice: "Sí, estoy por tomarme un Uber", en la segunda directamente bosteza. Ver (y oír) para creer a esta nueva abanderada queer de la generación Z como rezan algunos de los miles de comentarios que tienen sus videos.