PáginaI12 En Brasil

Desde Brasilia

Justicia fuera de la ley. El Tribunal Superior Electoral brasileño acordó postergar sin plazo el proceso contra el presidente Michel Temer que, si hubiera enfrentado una corte independiente probablemente sería separado del cargo antes de concluir el mandato que expira el 31 de diciembre del año que viene. Pero eso no ocurrirá.

El titular del Tribunal Superior Electoral, Gilmar Mendes, abrió las deliberaciones a las 9.30 horas en medio de una gran expectativa, ya que al menos 90 medios nacionales y extranjeros solicitaron su acreditación para cubrir el evento, que algunos jueces denominaron como “el más importante de la historia” de esa corte, donde por primera vez desde su creación, en 1932 , está en juego la eventual separación destitución de un mandatario.

Pero finalmente el proceso más esperado en lo que va del año acabó en un  simulacro conducido con su toga por Gilmar Mendes, el magistrado más identificado con el actual régimen. Después de 110 minutos de sesión los siete integrantes del cuerpo pactaron dejar para más adelante, sin fijar fecha, la causa en la que Temer fue denunciado por varios ejecutivos de Odebrecht como el beneficiario de millones de dólares aportados ilegalmente en 2014, una parte de los cuales seguramente destinada a financiar la estrategia destituyente de 2016 que terminó con la salida de Dilma Rousseff. “Para el gobierno la postergación del Tribunal Superior Electoral fue mejor de lo esperado” conmemoró el sitio del diario O Globo en la noche del martes.

Horas antes Temer había expresado, y reforzado con una sonrisa contenida, su “tranquilidad” cuando algunos periodistas lo indagaron sobre la decisión de diferir el proceso hasta quien sabe cuando. Lo declaró en San Pablo después de encontrarse con inversores a los que prometió reformar la previsión social a pesar de ser el proyecto más repudiado en las marchas opositoras y también rechazado en una reciente concentración de los grupos neocons.

La postergación también benefició a Rousseff que encabezó la fórmula presidencial que se presentó hace tres años en la que estuvo secundada por su hoy enemigo Temer. El abogado defensor de la expresidenta fue quien ayer solicitó a los siete jueces que le concedan más tiempo para tomar conocimiento de las delaciones de Odebrecht. “Yo tengo la impresión de que el señor Marcelo Odebrecht sufrió muchos tipos de presión” que puede ser comparable a una “tortura” psíquica, declaró Rousseff, al reiterar su inocencia en el financiamiento irregular de la campaña que la llevó a la reelección.

Los miembros del Tribunal decidieron ampliar la instrucción en la que serán indagados el ex ministro de Hacienda de Dilma y Lula, Guido Mantega y el marquetinero Joao Santana, responsable de la imagen de la presidenta entre 2010 y 2015.

Según informaciones extraoficiales parte del dinero entregado por Odebrecht al Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del cual Temer era presidente en 2014, costeó las campañas de congresistas subordinados al también “pemedebista” Eduardo Cunha, recientemente condenado a 15 años de prisión por esconder coimas en Suiza.

A Eduardo Cunha, socio fundamental de Temer, le cupo la tarea de organizar la tropa parlamentaria que derribó al gobierno constitucional. Ese dinero se pactó en una cena servida en 2014 en el Palacio Jaburú, residencia oficial del Vicepresidente, que tuvo como comensales principales al entonces dueño de casa  Temer y Marcelo Odebrecht. El encuentro fue confirmado por ambos.

Esa cita fue uno de los asuntos indagados por el juez instructor de la causa Herman Benjamin,en el interrogatorio realizado al empresario como parte de este proceso en el Tribunal Superior Electoral que de momento quedó trunco. Si la causa se no avanza tampoco se conocerán los pormenores de la cofradía que volteó a Dilma.

Este año Temer mantuvo otras cenas intrigantes. Fueron por lo menos tres y las compartió con el juez Gilmar Mendes. Todas ellas ocurrieron al margen de la agenda oficial, y aparentemente ligadas al plan para garantizar la impunidad del gobierno.

Para no dejar dudas de su solidaridad con el ocupante del Palacio del Planalto, Mendes anunció que ya tiene agendados cuatro viajes al exterior en las próximas semanas, circunstancia que obligará a dejar sin efecto los trabajos del tribunal.