La meritocracia suele plantear que "las desigualdades socioeconómicas están justificadas sólo si surgen del mérito que hizo cada uno en su vida, y no de factores tales como el trasfondo familiar o social", señaló Ezequiel Spector en una columna de opinión publicada en Clarín

Quienes critican la meritocracia sostienen que es un ideal tan fantasioso que resulta peligroso, porque para que funcione es necesario que todas las personas arranquen en el mismo punto de partida y en igualdad de condiciones, lo que no ocurre en Argentina, donde la mitad de los niños son pobres”, indicó el investigador de la Di Tella. 

En cambio, “quienes defienden la meritocracia argumentan que… ...debemos trabajar para que Argentina sea una sociedad más meritocrática, de modo que todos empiecen en la misma línea de largada”, apuntó el doctor en Abogacía. 

Frente a este debate, Ezequiel planteó una nueva posición: “ambas partes están equivocadas, porque descansan en una premisa falsa: que la vida en sociedad es necesariamente como una carrera”.

Spector señaló que no hay que preocuparsers de las desigualdad de oportunidad que tiene en su vida, por ejemplo, el hijo de un cosechero con las que afrontará el niño de la familia propietaria de la estancia ya que “el éxito personal no ocurre por hacer perder a otros, sino por interactuar constantemente con otros para llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos”. 

Cuando el hijo del cosechero ve que el escaso jornal que le pagan a su padre no le alcanza para que le compren el cuatriciclo que le trajeron los Reyes al hijo del patrón, Spector explicó que la clave es que “una economía de mercado facilite el ahorro y la iniciativa privada, donde el Estado se abstenga de otorgar privilegios y facultades monopólicas a empresarios amigos del poder, y de aplastar con impuestos y regulaciones a pequeños y medianos empresarios”. 

“Esa idea innovadora que se le ocurrió a un emprendedor será imposible de implementar sin ayudar a otros; por ejemplo, empleando gente que busca trabajo”, afirmó Ezequiel. 

Sin embargo, ¿qué sucede cuando es la propia iniciativa privada y las ideas innovadoras las que generan la exclusión social? Por ejemplo, cuando la automatización de la producción agropecuaria dejó sin empleo a cosecheros que tuvieron que migrar con su hijo a una villa de la ciudad y reclamar un plan social financiado con los impuestos que indignan al profesor de la Di Tella.

“Así funcionan las economías modernas, y el resultado es bastante bueno, en comparación con socialismos como el de Venezuela, donde la vida en sociedad sí es una carrera, porque la gente de a pie tiene que correr al supermercado para tomar lo poco que queda”, sentenció Spector. 

El ex cosechero ya no le presta atención y sale apurado con su hijo para llegar a la puerta del supermercado no a comprar “lo mucho que queda”, sino a juntar las cajas vacías tiradas en la puerta para hacerse unos pesos vendiendo cartón.

@AndresAsiain