Armenia y Azerbaiyán se acusaron mutuamente de haber violado la nueva tregua humanitaria en Nagorno Karabaj un día después de haber llegado al acuerdo. El fin de semana pasado, los dos países firmaron un alto al fuego que jamás llegó a respetarse.

En un comunicado, el Ministerio de Defensa azerbaiyano afirmó que las fuerzas armenias "violaron de manera grosera" el nuevo acuerdo. El texto menciona disparos con artillería y morteros y ataques en el frente de batalla.

Más temprano, la portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia, Sushan Stepanyan, denunció disparos de artillería y cohetes azerbaiyanos en el norte y sur del frente durante las tres horas posteriores a la entrada en vigor del alto el fuego.

El gobierno de Bakú se adjudicó la destrucción de un cazabombardero armenio, pero esto fue negado por las autoridades de Ereván.

El sábado, ambas partes acordaron una tregua humanitaria en la zona del conflicto en Nagorno Karabaj que debía regir desde los primeros minutos del domingo.

La decisión fue tomada a raíz de los acuerdos logrados en las negociaciones del 10 de octubre en Moscú y tras las reuniones de los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) del 1 y del 5 de octubre.

Sin embargo, el ejército separatista de Nagorno Karabaj informó este domingo a través de un comunicado haber sido objeto de un ataque azerí en el sur, con "pérdidas y heridos de ambos bandos". "Las infraestructuras civiles y las viviendas no fueron blanco de los disparos", precisaron los servicios de rescate en el territorio.

Nagorno Karabaj es una república autoproclamada que no ha sido reconocida por la comunidad de naciones. En el territorio viven 150 mil habitantes de mayoría armenia, a pesar de que se ubica dentro de las fronteras de Azerbaiyán. Este país lo reclama como propio porque Stalin se lo cedió en 1923 a pesar de tener lazos históricos con Armenia.

En 1991, Nagorno Karabaj declaró su independencia, lo que causó un enfrentamiento armado que dejó 30 mil muertos. Desde entonces, Bakú acusa a Armenia de ocupar su territorio y ambos países se han enfrentado en distintas ocasiones. Los combates actuales, que empezaron el 27 de septiembre, son los más graves desde 1994.

La reanudación de los combates hace tres semanas dejó cientos de muertos, aunque las cifras exactas se desconocen ya que cada bando afirma haber matado a miles de enemigos y la ayuda humanitaria hasta ahora no pudo tener un acceso a la zona.

Hace una semana se logró acordar un alto el fuego, gracias a la mediación de Moscú, pero ese cese de hostilidades nunca se cumplió y, por el contrario, el conflicto se intensificó.

Azerbaiyán juró este sábado "vengar" la muerte de 13 civiles, incluidos niños, que fallecieron en un bombardeo nocturno en Ganyá, segunda ciudad más importante del país.

Numerosas viviendas fueron destruidas por el misil, que dejó igualmente más de 45 heridos, según el fiscal general. La ciudad de Ganyá alberga una base aérea, centro de operaciones de la defensa azerbaiyana, almacenes de carburantes y fábricas de municiones.

Antes del bombardeo en Ganyá, se registraron ataques azerbaiyanos contra la capital de Nagorno Karabaj, Stepanakert, y la ciudad de Chucha.

Turquía, principal aliado de Azerbaiyán y opositor a Rusia -mediador en el conflicto-, acusó a Armenia de "crímenes de guerra". La Unión Europea (UE), por su parte, lamentó estos ataques y llamó una vez más a "todas las partes a dejar de atacar a los civiles".

Además de una posible crisis humanitaria, la comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice: Turquía apoya a Azerbaiyán y Armenia, que respalda financieramente a los separatistas, forma parte de una alianza militar con Rusia.

El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó que las partes del conflicto ignoren constantemente los llamamientos de la comunidad internacional de cumplir la tregua, declaró el portavoz del jefe de Naciones Unidas, Stephane Dujarric, en un comunicado.

"El Secretario general lamenta profundamente que las partes ignoren de forma permanente los reiterados llamamientos de la comunidad internacional para lograr un cese inmediato las hostilidades", señaló Dujarric.

El portavoz destacó que en los últimos contactos con los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán se hizo hincapié en que ambas partes están obligadas, de acuerdo con el derecho internacional humanitario, a proteger a los civiles y la infraestructura civil.