El confinamiento provocado por el COVID-19 no sólo invitó a los músicos a producir material nuevo, ante la carencia de recitales, sino que igualmente inspiró un sinnúmero de canciones en los últimos meses. Para muestra están “Let Your Love Be Known”, de Bono (líder de U2), “Codo a codo”, de Jorge Drexler, o “La cumbia del coronavirus”, del mexicano Míster Cumbia (está entre los 50 temas más “virales” de Spotify). Aunque también están las coincidencias. Tal es el caso de Todo Aparenta Normal, que lanzó a comienzos de octubre su nuevo álbum, El último abrazo analógico, cuyo título, por más que pareciera aludir a esta época, apunta hacia otra lectura de la distopía. “El nombre del disco ya venía dando vueltas”, asegura Nicolás Alfieri, cantante y guitarrista del cuarteto de rock alternativo de Tigre. “Trata sobre el contacto meramente digital, a partir de ese instante en que dos personas se den el último abrazo físico. Esa imagen me llevó a escribir bastante acerca del tacto, la revalorización de lo natural y la vida fuera de la pantalla”.

-La realidad terminó superando a la ficción…

-Algunas canciones estaban de antes, y la últimas las terminamos en febrero. Luego pasó todo lo que pasó, lo que aceleró los tiempos y le dio una carga muy distinta al disco. Si bien estamos hablando de lo mismo, el título cobró un sentido muy fuerte. Pero en ese instante, era algo imaginario. Cuando uno está más permeable o atento a cosas que quizá en la cotidianidad quedan en un plano secundario, aparecen esas ideas. Me sucedió con discos anteriores. Son momentos en los que hay que apostar a la quiniela.

-Esta vez jugaron a ganador, porque el abrazo y el beso fueron sustituidos por el choque de codos.

-Sí, es una locura. Partí de la escena de estar sentado en una mesa, y ver que los demás interactuaban con otras personas que no tenían enfrente. Lo planteo desde la velocidad en la que vivimos, la demanda de los tiempos y cómo nos cuesta estar conectados con el ahora. Ya no nos vemos a los ojos, sino al celular o la pantalla. Aunque está la crítica, no viene de un lado negativo. Sólo pretendíamos revalorizar el abrazo y el amor.

-Si bien hoy se comporta como un álbum rebelde, ¿tenían planeado sacarlo? 

-El disco lo venimos laburando desde hace un año y medio, pero se terminó de mezclar en plena pandemia. Buscamos que cada canción tenga su impronta porque entendemos la realidad en la que vivimos, la forma en la que se escucha el single. Como componemos pensando en el tema que sigue, siempre existe un hilo conductor. A raíz de eso diría que nuestros trabajos son conceptuales. Nos gusta brindarle a la gente la posibilidad de que sienta que hay una historia detrás.

-El título cierra incluso en lo musical porque el repertorio tiene una gran presencia de herramientas electrónicas. ¿Eso también formaba parte del concepto original?

-Compartimos muchos momentos juntos, y nos pasamos música a medida que vamos componiendo. Eso genera un gusto grupal que nos lleva a seguir experimentando. Pero siempre estamos pegando el volantazo. De hecho, la búsqueda de este disco fue profundizar en nuestra identidad musical. Aunque esta vez, como sugiere el título, hay un diálogo entre lo analógico y lo virtual, lo climático con lo viajero, lo electrónico y lo rítmico. Nos sale por los poros.

Bajo el título El Abrazo Digital, Todo Aparenta Normal presentará El último abrazo analógico este jueves a las 22, desde los estudios Buona Nota y por streaming (las entradas se adquieren en el sitio Passline), formato que convirtió a la Argentina en un ejemplo a seguir en ambas orillas del Atlántico. Las escenas musicales de otros países se resisten a adaptarse a la nueva normalidad. Al punto de que en el Reino Unido, según una encuesta compartida a fines de setiembre por el Sindicato de Músicos, un tercio de los músicos británicos está considerando renunciar a sus carreras en medio de la pandemia. “Para nosotros lo que va a pasar es una gran incógnita”, se sincera el frontman de la banda de la zona norte del Gran Buenos Aires, semillero de algunos de los artistas más importantes de la actual movida musical argentina. “A pesar de que en América latina es algo muy a pulmón, hacer música nos motiva. Tenemos 10 años en esto, y un montón de experiencias hermosas. Somos optimistas en cuanto a que ese abrazo analógico va a volver. Mientras eso sucede, hoy estamos con todas esas sensaciones de generar un disco nuevo. Yo creo que haremos música unos años más”.

-Este año hubo una gran cantidad de artistas argentinos nominados para los Grammy Latinos. Tomando en cuenta que ustedes ya lo estuvieron en 2019, ¿realmente sirve de algo esa distinción?

-En lo personal, ese reconocimiento es hermoso. Lo considero un halago. Vivo con felicidad que haya muchos artistas argentinos nominados en esta ocasión, porque algunos de ellos la vienen peleando desde hace un montón. Fui a Las Vegas a ver la ceremonia. Aunque no ganamos, llegamos a mucha gente. Eso es bastante para nosotros. Pero no lo buscamos, así como en su momento nos pasó con los Gardel.

-Una de las constantes de la generación de músicos argentinos surgida en la última década es que piensa dos veces antes de firmar con una discográfica. Ustedes están en una, ¿cuáles son los pros y contras de esa decisión?

-Son decisiones que uno va tomando. Si bien no nos gusta que se metan en lo que hacemos, nuestro sello nos dio mucha confianza. A nivel planeamiento, uno puede proyectar cosas más grandes a través de una disquera. Cuando sacamos el segundo disco, se acercaron a laburar con nosotros. Desde ahí, ha sido positivo.

-El año pasado, celebraron su primera década de existencia con un show en vivo en Vorterix, que quedó registrado en un EP. ¿Por qué lo hicieron tan cortito?

-Salimos de Vorterix, y empezamos a grabar el nuevo disco. Quisimos apretar, acelerar y dejar una pequeña muestra de lo que fue la celebración de esos 10 años. Está todo el recital registrado, y es probable que le sigamos dando vueltas a ese material.