Time                                7 Puntos

E.E.U.U., 2020

Dirección: Garrett Bradley.

Duración: 81 minutos

Con Fox Rich, Rob Rich, Freedom Rich, Justus Rich

Estreno en Amazon Primer Video.

Algunos documentales que investigan el funcionamiento del sistema judicial y carcelario lo hacen ingresando a la prisión y estableciendo un diálogo directo con los condenados, como Werner Herzog en la serie On Death Row. Otros filman el juicio en directo. El caso de De nens, del catalán Joaquim Jordà, o Los cuerpos dóciles, de Diego Gachassin. O revisan el caso que tratan a través de imágenes de archivo y declaraciones de testigos, allegados del o los acusados y representantes de la Justicia y la policía, como sucede en Making a Murderer o Paradise Lost: The Child Murders at Robin Hood Hills. Dirigida por la realizadora Garrett Bradley, Time no pisa ni una vez un juzgado o una cárcel. No aborda el encarcelamiento del ciudadano negro Rob Rich desde el lugar de éste sino fuera de prisión, desde el punto de vista de su esposa Fox y sus mellizos Freedom y Justus. “Es como en tiempos de la esclavitud”, dice Fox Rich en referencia a la insólita condena (60 años por haber intentado robar una cooperativa de crédito, contra 13 años en promedio para violadores y 25 años por asesinato en primer grado en algunos estados de Estados Unidos). Time es, entonces, un documental sobre la discrecionalidad judicial en Estados Unidos, sobre la discriminación legal y, en particular, sobre el modo en que una familia sobrelleva una ausencia que puede ser de por vida.

En 1997, Fox y Rob Rich, recién casados, abrieron un negocio de ropa hip-hop en el estado de Luisiana. “Creíamos en el sueño americano”, dice Fox. No pudieron despegar, y ante las deudas ilevantables tomaron la infrecuente decisión de cometer un robo. Rob y un sobrino empuñaron las armas, Fox condujo el auto del escape. Fueron atrapados. Fox, que había dado a luz a gemelos, salió de prisión tras cumplir tres años y medio. A Rob el juez le cayó encima. De eso al presente pasaron veinte años, a Rob le quedan cuarenta por cumplir. Combinando películas familiares grabadas en video con la captura en directo del presente de Fox y sus hijos, Bradley muestra la historia previa y posterior al encarcelamiento. La realizadora hace foco en la madre y sus dos gemelos. Se ve la maduración de la mujer, desde que es una veinteañera de sonrisa esperanzada, esposa enamorada y madre gozosa, hasta la casi cincuentona de hoy, tan paciente como resiliente. Los mellizos casi parece que saltaran desde la edad escolar (Freedom alardea de ser buen estudiante, achacándole a Justus ser un vago) hasta la universitaria, con uno de ellos recibiéndose de odontólogo y el otro a punto de hacerlo en Politología.

Coproducida por The New York Times --lo cual es inusual-- y grabada en un blanco y negro cristalino (parecería que la bicoloración vuelve a usarse, como sugiere Rapera a los 40, otra película flamante), lo que sigue Time es el curso de lo que su título indica. Título polisémico: to get time es, en inglés, la expresión equivalente a “pasar tiempo en prisión”. Y el tiempo de Time es también el de la espera, por parte de una mujer que no deja de tener esperanza. Las escenas más fuertes son dos que podrían ser consideradas, erróneamente, “tiempos muertos”. En ambas Fox Rich aguarda largamente al teléfono, con serenidad infinita y estratégica, que el juez de la causa se digne a atenderla. Luego de cortar sonríe irónicamente y prosigue con sus tareas, una de las cuales es conseguir la reducción de pena para su marido.