Hoy almorcé una hamburguesa y agradecí a los cuatro vientos su existencia. Imaginate el placer de comer una buena hamburguesa. Su sabor ahumado danzando en mi paladar con el queso derretido. El perfecto crujir de la lechuga, los jugos del tomate que se desprenden cuando muerdo y la suavidad del pan perfecto de hamburguesa con semillas. Sin dudas, uno de los placeres de la vida. Sí, ya sé que debería comer menos carne y eso es una historia para otro día. “Pero ¿qué tiene que ver tu hamburguesa con el chalchalero? ¿Cómo vas a pensar en hamburguesas cuando tenemos problemas como la pandemia, la pobreza, la pérdida de bosques y el consecuente cambio climático?" Aguantame y vas a ver que el chalchalero es la clave de todo.

Veamos mi hamburguesa con los ojos del “efecto mariposa” –todo tiene que ver con todo- y sigamos su cadena de elaboración. La carne de mi hamburguesa viene de un frigorífico que cría sus vacas en la región chaqueña de la provincia de Salta. El trigo del pan crece también en esta región y las verduras vienen de la zona de la provincia donde llueve un poco más que en la región chaqueña. La producción de todos estos elementos de mi hamburguesa depende de las condiciones climáticas de sus respectivas zonas. Por ejemplo, si no llueve lo suficiente o las lluvias de un año se concentran en unos pocos días, mi hamburguesa corre peligro de extinción. Mi hamburguesa no es la única en riesgo. Cientos de puestos de trabajo también dependen de esa hamburguesa. Pensemos en cuantas personas trabajan en los campos de esas fincas, las personas que transportan los productos, las que los comercializan y las mentes brillantes que convierten esos insumos en mi idílica hamburguesa. Gracias, gente. ¡Muchas gracias por la hamburguesa!

Y ahora entra el otro personaje de nuestra historia: el chalchalero. Este pajarito vive en el bosque chaqueño y se alimenta de frutos del bosque. Algunas personas lo conocen como zorzal chalchalero y otras como sabiá común. Muchas veces, cuando el chalchalero come, traga las semillas y luego caen en el suelo. Cuando esto pasa, crece una nueva planta. Y si pasa muchas veces, junto con otros animales que polinizan las flores y dispersan las semillas, el bosque se regenera. “Todo muy lindo, pero no sé qué tiene que ver el chalchalero con tu hamburguesa”. Aguantame que ahí vuelvo.

El chalchalero ayuda a mantener el bosque chaqueño que a su vez asegura que yo hoy pueda disfrutar de mi hamburguesa. “¡¿Guat?!” Sí, mirá. El bosque facilita que el suelo sea permeable al agua y cuando llueve, el agua puede escurrir lentamente hacia las napas subterráneas y los ríos. Además, la vegetación absorbe el agua del suelo para su propio sustento y la libera en forma de vapor. Así, el bosque contribuye al delicado balance hídrico de nuestra atmósfera y ayuda a regular el clima de toda nuestra región. Entonces, sin darnos cuenta, el chalchalero junto a sus amigos (ponele) ayudan a mantener el bosque. Y éste, a su vez, es responsable de que llueva lo justo para que las vacas engorden cuando el pasto crezca, la lechuga sea crujiente y el pan, esponjoso. Sin el chalchalero y sin la biodiversidad del Chaco, no hay hamburguesa.

¿Es una exageración? No, no lo es. Varios estudios científicos recientes demuestran como la biodiversidad es responsable del mantenimiento de los bosques que a su vez ayudan a regular el clima que determina qué cultivos se pueden producir y cuáles no. Nuestra existencia como la conocemos depende de que los bosques sigan funcionando. Si rompemos esta máquina ecosistémica, las fincas producen menos, se pierden trabajos en la cadena de producción y transporte y yo me quedo sin hamburguesas. Por suerte el problema tiene solución. Si cuidamos al chalchalero y a todos esos elementos del bosque que sustentan nuestra vida, entonces podemos seguir produciendo alimento, generando trabajo y protegernos contra el cambio climático. Así que la próxima vez que te sientes a disfrutar de una hamburguesa, ¿de quién te vas a acordar? Ahora que lo pienso mejor, no es tan sorprendente la relación entre mi hamburguesa y el chalchalero.

*Licenciado en Ciencias Biológicas, magister en Ecología y Conservación de Vida Silvestre y doctor en Ecología Interdisciplinaria especializado en Economía de Recursos Naturales. Es investigador en el CONICET en el Instituto de Bio y Geociencias del NOA (CONICET-Universidad Nacional de Salta) y docente de Ecología y Ambiente en la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica de Salta. Twitter: @NunezRegueiroM