Le llaman “el gran termómetro de las vanguardias” al laurel que, cada dos años, entrega el Museo Guggenheim con evidente auspicio de cierta marca alemana de moda: hablamos, sí, sí del prestigioso Hugo Boss Art Prize, que desde su creación en 1996 ha ido a parar a manos de personajes tan incitantes de la escena como la inglesa Tacita Dean, la palestina Emily Jacir, la surcoreana Anicka Yi, entre muchos otros. Con la expresa intención de reconocer “significativas contribuciones estéticas y conceptuales al arte contemporáneo”, dicho sea de paso, y sin hacer distinción de nacionalidad o edad. Desembolsando además 100 mil billetes verdes a quien se haga de la anhelada estatuilla, que obtiene también la chance de exponer en solitario en el reputado museo neoyorkino. Pues, dicho lo dicho, acaba de anunciarse con gran pompa que, en la edición 2020, el premio ha ido a la estadounidense Deana Lawson, que se convierte así en la primera persona que trabaja en fotografía en hacerse de un galardón que, hasta ahora, se había enfocado en las expresiones multimedia y la escultura monumental.

Mama Goma, 2014

En sus obras, la descollante artista de 41 años -que vive y trabaja en Brooklyn- explora la composición de espacios aparentemente domésticos o naturalistas a los fines de abordar la memoria colectiva negra y la diáspora de la comunidad afro. En pos, dirá ella misma, de elevar experiencias cotidianas y presentarlas como “bellas y poderosas”. Lawson se refiere a sus modelos como “familia”: aunque en su mayoría sean personas desconocidas (no solo de Estados Unidos, también de Etiopía, Haití, Jamaica…), su ojo empático logra postales notablemente íntimas en escenarios que cranea de antemano, bosquejando en papel antes de gatillar. Le interesa especialmente “la capacidad del cuerpo para canalizar historias personales y sociales”, y sus piezas toman del registro documental, de la tradición del retrato y de las artes escénicas, para hablar de los tópicos que le quitan el sueño: identidad, comunidad, sexualidad, espiritualidad. Pues, dicho está: las imágenes de gran formato de DL han conquistado al benemérito jurado del Hugo Boss Art Prize, pronto a llamarlas “faros de impacto cultural” que “ejemplifican el espíritu de experimentación e innovación que siempre buscamos”.

Roxie and Raquel, 2010