Gremios, organismos de derechos humanos, funcionarios y legisladores repudiaron las declaraciones de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña. La funcionaria del PRO fue denunciada ante el INADI por los maestros de UTE-Ctera, quienes consideraron a sus dichos como "discriminatorios". Por su parte, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, calificó de "injustas" e incoherentes" las declaraciones en las que descalificó a los docentes.

Acá las contribuciones más destacadas del debate entre las y los soci@s de Página/12:

No fue por haber fracasado, Soledad Acuña, Ministra de Educación en CABA, fue porque a los 12 años de edad laburaba de peón de albañil. No fue porque pasé por tres o cuatro "carreras" hasta elegir la docencia, Soledad, fue porque a los 18 años, andaba de provincia en provincia haciendo changas. No fue por comodidad, Soledad, fue porque recién a los 25 años de edad pude entrar a una EEMPA (Escuela de Enseñanza Media Para Adultos). No fue porque cada vez era "más grande", Soledad, fue porque cuando terminé el secundario nocturno (mientras a la par laburaba de peón, lavacopas o vendiendo pororó) que decidí y pude ingresar a un instituto de formación docente. No fue porque cada "vez era de los sectores socioeconómicos más bajo", Soledad, que ingresé a estudiar profesorado de lengua y literatura, fue porque laburaba de mozo en un bar durante 5 años, Soledad, para costearme los estudios y tuve 2 faltas, Soledad, leía entre bandeja y bandeja y me recibí con el mejor promedio, Soledad, la noche que me entregaron el título salí del instituto directo al comedor en el que laburaba. No fue por nada de lo que vos decís con desprecio, Soledad, fue porque no tuve oportunidades antes y ahora, hace 21 años que doy clases, que soy docente, Soledad, me paro cada día ante el aula (ahora de modo virtual) con esas convicciones, Soledad. Dando todo de mí para que todas y todos tengan las herramientas fundamentales y que con ellas puedan abrirse camino entre gente como vos, Soledad.
Silvio Alcoba Rosa

Desde mi experiencia docente de más de 30 años formando futur@s docentes, me atrevo a señalar que no se puede dejar pasar el "diagnóstico" falaz que hace Acuña... ya que se corre el riesgo de aceptar o dar por sentado:

- NO es verdad que"personas cada vez más grandes de edad que eligen la carrera docente (...) luego de haber fracasado en otras carreras" sean o serán por ello malos docentes.
Al contrario. Mi experiencia de formador me muestra que (en líneas generales, siempre habrá obvias excepciones) mis mejores alumnes de cada curso casi siempre eran aquelles de más edad y que tenían alguna experiencia previa de estudios superiores (aún no terminados, y que para Acuña representarían un fracaso), en general que combinaban el estudio con el trabajo y/o el cuidado de sus hijes.
Se solían destacar por su dedicación, su esfuerzo, su capacidad de volcar su experiencia previa de vida hacia la docencia, pero también (y no es dato menor) porque estoy convencido de que quienes experimentaron algún "fracaso" en sus propios aprendizajes tienen mucha mayor capacidad y empatía para comprender las dificultades de aprendizaje de sus estudiantes (y ayudarles a superarlas).
De hecho mi propia historia tiene bastantes puntos de contacto con las que Acuña desprecia: la docencia no fue mi primera elección profesional, seguí estudiando formalmente (carreras, especializaciones, maestría inacabada -oh, otro fracasado!) hasta los 55, soy primera generación de estudiante secundario y universitario en mi familia...

- NO es verdad que"el nivel socioeconómico, o en términos de capital cultural, al momento de aportar para el aula, la verdad es que son de los sectores más bajos socioeconómicos los que eligen estudiar la carrera docente" y eso los inhabilitaría para dicha tarea.
La suposición de que quien pertenece a sectores sociales "bajos" (!) carece de "capital cultural" (Ay, Bourdieu, ¡cómo sufrirías si la escucharas!) o de experiencias válidas para aportar a la enseñanza es una falacia absoluta, además de una clara expresión de prejuicio y discriminación. La educación popular latinoamericana, desde Simón Rodríguez o Belgrano a Paulo Freire -si tal vez Acuña alguna vez hubiera frecuentado sus teorías y sus experiencias educativas- es el más claro y cercano ejemplo de la mentira en que incurre alguien que (afortunadamente!!) no eligió la carrera docente... pero se dedica a denigrarla con sus palabras y su ¿gestión?

- NO es verdad que "La raíz sobre la militancia política en las aulas está en la formación docente, en lo que se define como perfil de un docente en un instituto de formación" , ya que afirmar esto es no comprender de que se trata la docencia (bueno, sería obvio para alguien que NO es docente). Pero lo peor es que la suposición tecnocrática de que la docencia no fuera una tarea "política" (en el más amplio sentido de la palabra, que incluye variadas formas de militancia, no necesariamente partidaria, como es obvio) resulta lamentable e incomprensible... en una Licenciada en Ciencias Políticas (!!) como es Acuña. Será, quizás, que así pretende ocultar el sentido político de sus propias posturas, como si ella no fuera también una "militante" (la derecha neoliberal se caracteriza justamente por negarse como posición política y camuflarse bajo un naturalismo cientificista y tecnocrático). 
Me disculparán los prejuicios (sus declaraciones me los hacen brotar a flor de piel) pero creo que, en síntesis, Acuña no parece poder salir de su quintita de colegio privado elitista de Bariloche (el Primo Capraro, cuyo director fue el nazi genocida Erich Priebke!!) y de su conchetaje de Barrio Parque o Recoleta (estilo la ex vicepresidenta lapridense) que (como muches ya expresaron en este foro) NO es lo mismo que ser porteño. 
En sus manos está la Educación de mis hermanes porteñes.
Los acompaño en la indignación.
gustavods

Ataca lo que odia su supuesta clase social, lo que ignora y no tiene ninguna posibilidad de conocer, ataca lo que considera bajo, despreciable, como la educación pública lo es para les hijes de les acomodados, de les planeres ricachones que viven del Estado, los que consiguen cargos de ministres solo por tener vínculos de cócctels. Lo que está clarísimo es que no tiene experiencia enriquecedora alguna más que tardes de country.
cronopia 

Un "influencer" que amenaza de muerte a la vicepresidenta, muñecos colgados, autos pintados con el nombre de Videla. Ya había aparecido un político cordobés de Juntos por el Cambio que manifestó su deseo de que la pandemia matara a unos millones de "negros". Disfraces del Ku Kux Klan en un banderazo de Mar del Plata. Ahora esta parejita maravillosa que invoca no sólo a Videla, sino también a Adolfo Hitler. Pero nadie hubiera imaginado que una ministra de Educación en ejercicio fuera capaz de acusar a los docentes de pertenecer a un sector socioeconómico "bajo" lo que, según esta asombrosa pedagoga, explicaría sus falencias. También - siguiendo a su referente nacional - aconseja espiarlos. Parecía imposible pero vemos que si se puede. Puede que las restricciones que ha impuesto la larga pandemia sacudan a algunas mentes débiles. Pero pareciera mas bien que está sacando a flote lo más negro y criminal de los prejuicios gorilas. Vuelven a reproducirse en la Argentina las conductas históricas de los grandes "propietarios" cuando la raíz de su "derecho a la propiedad" es cuestionada o simplemente analizada. Sería bueno que se averiguara quienes financiaron un audio que circula en las redes con una voz femenina (seguramente una buena actriz) gimiendo de indignación porque se "cuestiona ese derecho" y amenazando con un "levantamiento del país".  
edu17

Estos docentes! Gente que encontró el atajo perfecto para hacerse millonarios porque no caben dudas que se metieron en eso por la plata. Entran a un cuarto con una jauría de pequeños, medianos y grandes predadores dispuestos a comerse un maestro y salir vivos es otra curiosa vocación para terminar con los nervios destrozados y, a pesar de eso, al día siguiente vuelven para repetir la experiencia. ¡Están locos, por cierto! Lidiar con las aspiraciones y consecuentes frustraciones que los padres trasladan a sus hijos y bancarse a ambos es transitar por el purgatorio. Además, se empeñan en convertir ladrillos con pelos en personas con algún sentido comunitario, informados, menos egoístas, que sepan cuál es la capital de Dinamarca y, a su vez, que sepan que patearle la cabeza a alguien en el piso está mal. Tarea ciclópea, si las hay. Soledad Acuña tiene razón: cuidado con los docentes, no vaya a ser que los alumnos salgan mejor de las escuelas que como entraron y, a futuro, se den cuenta que ¡la Ministra es una @#$!
LlamaleH

En la India existe un río sagrado, el Ganges, que purifica los pecados de quien se baña. Esta señora debe ir seguido por allí porque desde 1997 vive de la función pública, y ha estado varias veces a cargo de educación, y si uno analiza su gestión salta a la vista que ha fracasado con todo éxito. Sin embargo, reaparece como el ave fénix (o más bien el gato félix como dijera cierto primer mandatario) siempre limpia, sin ninguna culpa de ser una de las principales responsables de la fuerte decadencia de la educación porteña, de haber trabajado en la eliminación de materias de formación general que derivaron en la toma de colegios durante casi un año, de haber estado en los convenios que compraron viandas en mal estado para las escuelas con menos recursos y ahora se me escapan unas cuantas. Solo me queda una duda: si, según María Eugenia los pobres no llegan a la universidad, pero los docentes -la gran mayoría universitarios vienen de los sectores de bajos recursos- ¿quién miente? Los docentes rinden concursos o son valorados por juntas de clasificación para ser designados en cargos; el día que hagan eso para los ministerios, vos Soledad, no vas a figurar ni en el segundo o tercer listado.
danyzapa

Hay aspectos gravísimos que podrían impulsar un juicio político, ya que propiciar el espionaje desde las clases virtuales (si bien, cierto es, que cuando existen injusticias hacia el alumnado -sea presencial o a distancia- debe ser denunciado) apuntando a la persecución política, hasta el clasismo que vincula origen humilde con fracaso (y después hablan de meritocracia cuando per sé hacen un determinismo con la clase social). Realmente tiene que haber alguna forma más, además de la lucha gremial, donde se le pueda poner un límite al abuso de autoridad.
Sarmand

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