¿Cómo nace la obra?

La obra nace a partir de la propuesta del 1er Festival competitivo Damas en coche que organizan la Fundación La Mar en Coche (una fundación teatral/cultural con grupo y sala propios) en conjunto con la Fundación Damas de Hierro, una organización de mujere trans. Para el evento invitaron a 10 directores/as a realizar una propuesta escénica en base a un testimonio de una chica trans. Fui invitado y me enviaron el video del testimonio de Alejandra Durán. Cuando empece a trabajar me apoyé en los integrantes del grupo que dirijo (A.D.N. - Arte De Nosotros); sobre todo en Mauricio Escalante y Emanuel Urzagasti, que al igual que yo forman parte del colectivo LGBTIQ+. En las bases del concurso, una de las condiciones era que los artistas en escena fueran noveles. Allí es donde entra Rodrigo Quiroga.

¿Por qué un varón cis?

Primero surgió la idea de convocar a la propia Alejandra, pero el tiempo era breve para construir la propuesta. Y como la decisión también era poder mostrar este proceso de construcción de identidad, decidí poner la confianza en Rodrigo. Luego, en el proceso de transformación nos parecía que su imagen transfemenina lo dotaba de una belleza que queríamos poner en la escena, como sostener que las chicas trans se saben bellas y lo son. Poner al actor en un estado de vulnerabilidad, de fragilidad en la escena y que con sutilezas vaya construyendo la femeneidad del personaje fue el desafío, que permita desde lo emocional una conexión empática con les espectadores.

¿Cómo fue el proceso de ensayos?

Desde que nos invitaron a ser parte del festival hasta la primera presentación en ese marco, el tiempo era muy limitado. Un mes, quizá menos. Luego de la instancia del festival trabajamos definiendo y delineando lo que queríamos como propuesta más allá. Si la intención de la organización era dar visibilidad al colectivo trans a través de la producción escénica, no podíamos quedarnos solo con aquella función. El formato breve nos permitía completar la jornada con una charla, reflexión y debate con el público. Decidimos también que no era prioridad estar en una sala teatral, sino poder movernos por diversos espacios, salones escolares, centros vecinales, etc. El público que buscamos no es el que está habituado a ir al teatro.

¿Los teatros están abiertos?

En Jujuy se aprobó hace unas semanas el protocolo de apertura de teatros y espacios culturales. Y el primero en abrir fue el Teatro Mitre. Con el 30% de su capacidad. Somos la primera obra de teatro en subir a escena. En el marco del mes de la diversidad y en el día de la memoria trans, con el apoyo del Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Géneros y la Secretaría de Cultura de la Provincia de Jujuy. Para nosotros es importante esta función por lo que significa como comunidad LGBTIQ+, pero somos conscientes que es una función en un teatro que abre porque es sostenido por el Estado. Las salas independientes se ven aún muy complicadas, si reducir su capacidad significa un máximo de 30 espectadores, conviene mas tenerlo cerrado que ir a pérdida. Al igual que la producción independiente, que deberá adaptar las propuestas respetando la distancia social y todo eso, resignando poéticas y todo lo que ello implica. La lucha del Teatro Independiente es aún compleja.

¿Qué opiniones aparecen cuando se abre a la charla?

Las opiniones son diversas, tanto como los públicos a los que llegamos. En general son muy positivas, alentadoras y respetuosas. Y sobre todo la construcción en el diálogo es muy rica. Claro que no es lo mismo hacer una función en un barrio humilde que en la Facultad de Ciencias Sociales o en el Colegio de Psicólogos. Tampoco es lo mismo hacerla para jóvenes en recuperación de adicciones que para estudiantes de la Universidad Católica de Santiago del Estero. Hay miradas disímiles, puntos de análisis de distinto tipo. Pero hay cosas que nos quedan. Una de las mejores cosas que nos pasaron fue una espectadora que nos dijo algo así como: "Mi vecina es así, y yo no la saludo. Y ahora tengo ganas de salir y abrazarla." Entonces nos da la sensación de que algo hemos hecho. En la función del 20 estarán Lourdes Ibarra (la presidenta de Damas de hierro) estará en el debate.

¿La vio Alejandra Durán? ¿Qué dijo? ¿Qué piensa?

Sí, la vio. La primera vez le gustó mucho, se sacó fotos y estaba muy contenta. Luego, en otra función a la que fue, no le gustó, nos dijo que esa no era ella. Y luego fue una tercera vez y estaba mucho más tranquila. Creo que finalmente entendió la propuesta. Por eso siempre aclaramos que es inspirada en su testimonio, que no es su vida.

¿Te considerás un artivista?

Siento que el aporte que yo puedo hacer desde el arte o el teatro va sin estridencias. Y creo que tiene que ver con el como yo viví mi sexualidad. Nunca necesité gritarlo y tampoco sentí como que eso fuera un obstáculo o que me discriminaran. Pero soy consciente de que "que no me pase a mí no significa que no exista". La violencia ejercida sobre la comunidad LGTBIQ+ es histórica y no cesa. Mejoraron las cosas pero hay que estar con el radar puesto para no dar pasos atrás. Tenemos leyes que nos legitiman. Busco construir un discurso con una mirada amplia, generosa y plural. Es como ser un artivista sin estridencia.

¿Cómo nace ADN? ¿Cuándo? ¿Qué pasó con las primeras producciones del grupo?

A.D.N. nace del amor. Junto a Charlee Espinosa fuimos pareja y juntos creamos el grupo. Con una idea de generar algo nuestro, algo propio desde el teatro pero en relación a las demás artes también. De ahí la sigla A.D.N. = ARTE DE NOSOTROS. En esa dupla encontramos el equilibrio. Charlee era el desparpajo, la irreverencia, la rebeldía y la militancia. Y yo tenía la "seriedad", lo estructurado. Juntos funcionamos muy bien. Creamos en Jujuy un ciclo de muestras multidisciplinarias para hablar de temas diversos, incluso que eran tabú en Jujuy. Fue un gran cruce de artistas y de públicos. Y bueno, después de 5 años la ruptura. La separación. Fue fuerte. Era como bajarse de la cresta de la ola y seguir ya sin el otro. Ahora seguimos buscando, probando cada uno por su lado.

Además sos docente, contame un poco sobre dar clases y tu relación con los adolescentes.

Soy docente desde hace más de 20 años. Disfruto mucho dar clases. Desde que comencé trabajé siempre con adolescentes. También con adultos. Pero con adolescentes me llevo muy bien. Me divierto en clase. Trabajamos. Pero no me importa perder una clase por algo que quieren hablar, discutir o simplemente decir. Para mí escucharles es fundamental. Acompañarlos en sus procesos no solo "actorales", sino vitales. Y se genera una relación muy buena. Y sostenida en el trabajo. Quiero decir que les estudiantes saben que pueden confiar del mismo modo que saben que estamos en clase y hay que laburar. Y creo que sirve, sobre todo cuando me encuentro con gente de 25 o 30 años que me dice “¿te acordás de mí? Fuiste mi profe”. Y claro, tengo que reconocer a alguien que vi a los 13 o 15 años. Pero es muy gratificante.

La Marilyn se estrena en el Teatro Mitre de San Salvador de Jujuy este viernes 20 de noviembre