David Perona, al que algunos medios denominaron el Rey del juego clandestino, murió ayer a causa de coronavirus en Rafaela donde estaba detenido con prisión domiciliaria desde agosto pasado a causa de dos investigaciones judiciales diferentes, una en Rosario y otra en la Perla del Oeste santafesino. De 42 años y obeso mórbido, Perona había sido internado el viernes pasado, pero el cuadro de covid-19 no dejó de agravarse y falleció ayer en el hospital Jaime Ferré.

Perona estaba acusado en dos investigaciones por asociación ilícita. En agosto fue imputado dos veces bajo esa figura penal en Rosario y Rafaela en un lapso de siete días. Desde entonces había solicitado ser tenido en cuenta como colaborador de la fiscalía, dando información para la investigación a cambio de posibles beneficios en la pena.

En la primera, se le atribuyó ser miembro de la misma asociación ilícita que llevó a la cárcel al ex fiscal regional de Rosario Patricio Serjal y su mano derecha Gustavo Ponce Asahad. El fiscal Florentino Malaponte mostró ante el juez que Perona "hizo circular dinero obtenido en forma ilícita a través de la modalidad de préstamo de dinero cambiando cheques. En ese rol, además participaba en la administración de -al menos- la sala de juego clandestino ubicada en calle Comandante Espora al 200 de Villa Gobernador Gálvez. Al menos desde el 10 marzo de 2020, administraba un negocio en Tucumán al 300 de Rafaela que aparentaba funcionar como un kiosco pero en el que se realizaban cargas de dinero a distintas páginas web de juegos de azar, obteniendo lucro ilícito, careciendo esta actividad de autorización legal por parte de la entidad competente en la materia en la provincia de Santa Fe".

En tanto, los fiscales de Rafaela lo acusaron de ser jefe de una asociación ilícita que operaba en Rafaela, Sunchales y la localidad de Ramona. Por el mismo caso cayeron al menos cinco policías.

La fiscalía también le imputó el delito de violación de medidas antiepidémicas, por incumplir en mayo las restricciones de circulación.