Miles de personas salieron a la calles en Francia para manifestar su rechazo a un proyecto de ley de seguridad, en medio de un nuevo caso de violencia policial que complica al Gobierno de Emmanuel Macron.

Los manifestantes se movilizaron en más de setenta ciudades en todo el territorio, como Lille, en el norte del país, y Montepellier, en el sudeste. En París, unos 46.000 personas se concentraron en la plaza de la República y marcharon poco más de dos kilómetros hasta la plaza de la Bastilla.

"Policía en todas partes, justicia en ninguna parte", "Estado policial" y "sonríe mientras te golpean, fueron algunos de los cánticos que se escucharon en las protestas, en donde se registraron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. El incidente más grave ocurrió en París cuando grupos de encapuchados prendieron fuego a una sucursal del Banco de Francia e incendiaron un quiosco.

La nueva ley de Seguridad

El proyecto que se busca aprobar castiga la difusión de imágenes en las que aparezcan miembros de las fuerzas de seguridad, incluso las que sean registradas por ciudadanos con sus teléfonos celulares o drones. 

En el centro de la controversia está el artículo 24 que castiga con un año de cárcel y hasta 45.000 euros de multa la publicación "malintencionada" de las imágenes de las fuerzas del orden.

El debate por esta nueva legislación cobra mayor dimensión en plena tensión social por la agresión policial a un hombre negro. Los videos difundidos por la web Loopsider que mostraron los golpes que el sábado tres policías le propinaron al productor musical Michel Zecler a la entrada de un estudio de música en París.

El Gobierno asegura que esta disposición pretende proteger a la policía de llamados al odio y amenazas en las redes sociales, con revelaciones de detalles sobre su vida privada. Quienes se oponen señalan que que muchos casos de violencia policial quedarán impunes sin los registros de las cámaras o los teléfonos de los ciudadanos.

También alegan que es una disposición inútil, ya que el arsenal jurídico actual es suficiente para reprimir estos delitos y que el derecho francés "sanciona los actos, no las intenciones".

Violencia policial y racismo

En medio del debate por la sanción de la ley, dos casos de violencia policial reavivaron el debate y desataron un verdadera crisis en el Gobierno de Macron.

El lunes durante una actividad de organizaciones promigrantes, la policía evacuó brutalmente a los que se habían instalado en una plaza del centro de París, y agredieron a los periodistas bajo el foco de las cámaras y de los smartphones.

Mientras que el jueves, unas cámaras de seguridad mostraron la paliza que tres policías propinaron a un productor de música.

"Imágenes que nos dan vergüenza", denunció Macron y le encargó al Gobierno que le presente "rápidamente propuestas" para "luchar con más eficacia contra todas las discriminaciones".