Con bajísimo perfil, el equipo de fiscales que investiga la muerte de Diego Maradona hizo una inspección ocular de la vivienda en la que estuvo el Diez en las últimas dos semanas de su vida. La impresión que se llevaron es que el chalet del Barrio San Andrés era inadecuado y que no contaba con condiciones elementales para atender las dolencias y las posibles urgencias del astro. Es un elemento más de todos los que se van sumando a lo que parece --según los fiscales-- una muerte evitable. Ahora se esperan los resultados científicos --vísceras y toxicología-- después de lo cual los fiscales convocarán una junta médica y finalmente definirán si hubo o no delito, qué delito corresponde y a quién acusarán. Hoy por hoy, todo indica que imputarán al médico Leopoldo Luque por homicidio culposo o abandono de persona. Por de pronto, el juez consideró que no hay razones para privar de su libertad al profesional. Mientras avanza el proceso judicial, en paralelo, se inició la batalla por el patrimonio y la sucesión de Maradona. Especialistas opinan que podría tardar una década. 

Libertad

Este viernes, el juez Orlando Díaz otorgó la eximición de prisión a Luque porque evalúa como delito más probable el de homicidio culposo, que tiene una pena de uno a cinco años de prisión. Por lo tanto, parte un mínimo relativamente bajo y de cumplimiento condicional. La alternativa, el abandono de persona seguido de muerte, es mucho más grave: de cinco a quince años de prisión. De todas maneras, tanto Luque como la psiquiatra Agustina Cosachov siempre estuvieron a derecho y representados por los abogados Julio Rivas y Vadim Mischanchuk. El juez Díaz consideró que por ahora el encuadre es de homicidio culposo y accedió la eximición de prisión. 

Estudios

Los fiscales esperan las conclusiones de los estudios que se están haciendo en la División Patología Forense y en la División Química Legal de la Policía Científica Bonaerense. Además, se están haciendo otros análisis en el Cuerpo Médico Forense que depende de la Corte Suprema de la Nación. Hasta ahora, lo probado por testimonios y evidencias es que Maradona no consumió alcohol ni se automedicaba en la vivienda de Tigre. No se encontró ninguna bebida alcohólica y la medicación estaba escondida en un tupper que no estaba al alcance del astro. Todo lo que había en la habitación era agua.

Si embargo, parece claro que la medicación que se le suministraba al Diez no era la adecuada para un paciente cardíaco ya que son drogas que producen arritmia y aceleramiento del ritmo cardíaco. También es nítido que, según los testimonios de las hijas, a Maradona se lo veía notoriamente hinchado por la retención de líquido, un síntoma clarísimo de lo que se venía ya que falleció por edema --agua-- en el pulmón. El hecho de que no se le haya suministrado ni un diurético jugará fuertemente contra los médicos.

Inspección

En silencio, los fiscales estuvieron el miércoles en la casa del barrio San Andrés para hacer una inspección ocular. Se llevaron una mala impresión. La vivienda no tenía las condiciones necesarias para alojar a un paciente como el Diez: el playroom en el que estaba la cama --no ortopédica-- no tenía baño, las dificultades para ducharse eran notorias y la casa estaba lejos de la entrada del barrio para un traslado de emergencia.

Igualmente, no son elementos decisivos, pero exhiben un cuadro general de mala atención: lugar inadecuado, inexistencia de medicación para la afección cardíaca, ignorancia de los síntomas de retención de líquido, poca presencia médica en Tigre, deficiencias en el control y el trabajo de las enfermeras, y, sobre todo, habrá que ver lo que sale de los estudios complementarios que se están haciendo.

Conflictos

En la causa judicial, hasta el momento, sólo se presentó Verónica Ojeda, representando a Diego Fernando, el hijo que tiene con Maradona, como particular damnificado. Su abogado y pareja, Mario Baudry, ya adelantó que va contra los médicos y tal vez contra un entorno que encabezaba el abogado Matías Morla.

Del otro lado, hubo una presentación de las hermanas de Maradona, pidiendo también ser querellantes. El juez Díaz rechazó el pedido, pero hay una apelación en curso. El punto neurálgico es que detrás de las hermanas está Morla que, al menos públicamente, salió a defender a los médicos. O sea que parece ser que será una querella que en verdad va a ejercer la defensa de Luque y Cosachov.

Queda por saber qué hará el resto de los hijos reconocidos hasta ahora. Se supone que Dalma y Giannina irán a la batalla contra el entorno Morla-Luque. Es probable que las represente Fernando Burlando o un letrado cercano. Suecede que Burlando es el abogado de Claudia Villafañe en los juicios existentes entre ella y Maradona: esos procesos continuarán porque hay dinero de por medio que se sumaría a la sucesión y entonces la figura jurídica Sucesión Maradona seguirá del lado de enfrente de Claudia. Es decir, Burlando no podría estar defendiendo a Claudia y contra Claudia.

También habrá que ver qué deciden los otros dos hijos reconocidos: Jana Maradona y Diego Maradona junior, desde Nápoles. Ambos conforman una alianza, distinta a la que tienen Giannina y Dalma. De manera que es probable que tengan otro abogado que los represente.

En cualquier caso, todo indica que los protagonistas serán diversos y con posturas diferentes. La idea de los fiscales es que gran parte de la prueba confluya en una junta médica, donde todos tengan representación, y allí se diriman las conclusiones.

Sucesión

En forma paralela, se inició el proceso sucesorio en el que ya se sorteó un juez: Jorge Sobrino Reig. 

Un protagonista esencial del proceso es Morla, que administraba los bienes del Diez. Está recluido en su departamento de Puerto Madero, aparentemente por picos de presión, una situación de stress o ataques pánico. No se lo ha visto públicamente desde que Maradona fue internado en la Clínica Olivos. Morla le hizo saber a Giannina que él sólo responderá al juez de la sucesión, no a la familia. De hecho, el letrado cortó parte de los pagos que se estaba haciendo de parte de Maradona a hijos, nietos y hermanas. Eso provocó una fuerte conmoción.

Por lo que se sabe, Maradona tenía pocos bienes a su nombre, que fue una forma de esquivar los numerosos juicios en su contra, entre otros el del fisco italiano. Habrá que identificar esos bienes, además de los que existen en otras partes del mundo, Dubai, Italia, Cuba, Venezuela.

Quienes conocen a Morla dicen que ayudará en todo lo que tiene que ver con los bienes pero que dará batalla en las marcas. Una sociedad que maneja el abogado es la propietaria de unas treinta marcas --Diego Maradona, Diegol, el Diez, D10S y otras-- y, al menos hasta ahora sostiene que en este terreno no cederá. Todo amenaza con terminar en una gigantesca batalla judicial.

A esto se suma otro conflicto de envergadura: los juicios de filiación. Son numerosos y van a llevar a análisis de ADN a partir de la identificación genética que surgirá de los restos preservados en la autopsia. Quienes siguieron de cerca al Diez suponen que al final del proceso se sumarán varios hijos e hijas más, ya que Maradona jamás se cuidaba.

Una sucesión con pocos conflictos suele tardar algunos meses, pero quienes entienden de procesos sucesorios creen que en el caso de Diego Maradona podría extenderse a diez años e incluso más. Un tema clave sería que los hijos se pongan de acuerdo, pero no parece probable. Al menos hasta ahora.