Cuatro policías serán imputados hoy por delitos propios de un mal desempeño de su función a raíz de su actuación en la muerte de Carlos “Bocacha” Orellano, de 24 años, que apareció flotando en el río el  26 de febrero tras permanecer desaparecido durante dos días luego de concurrir al boliche Ming de la Estación Fluvial.

Dos de los uniformados son Karina Gómez, de 41 años, y Gabriel Nicolossi, de 38, quienes realizaban adicionales en el boliche la noche en la que desapareció Bocacha tras ingresar al local. Serán imputados por el fiscal de Homicidios, Patricio Saldutti, en una audiencia que será presidida por el juez de Garantías Nicolás Foppiani y prevista para las 12 de hoy en el Centro de Justicia Penal.

En tanto Pablo Alejandro Bagli y Brenda Leis, quienes se desempeñaban como comisario y sumariante de la seccional 2ª, fueron convocados a la misma audiencia por el fiscal de la Unidad de Violencia Institucional, Gonzalo Fernández Bussy, a raíz de su actuación en el caso. Los cuatro efectivos serán imputados por delitos funcionales como incumplimiento de los deberes de funcionario público y la falsificación de actas. Se prevé que permanezcan en libertad aunque es probable que los fiscales, que investigan el caso Orellano en forma conjunta, requieran algún tipo de medida de restricción.

Esta imputación surge tras casi diez meses de ocurrido el hecho y después de numerosas marchas y reclamos realizados por sus familiares y amigos.

Salvador Vera, representante legal de la familia de Bocacha Orellano, renovó los pedidos de imputación para los empleados de seguridad del boliche: Emiliano L., Fabián M. y Graciela A.; y el dueño del local, Guillermo Wolflein.

"Estas imputaciones policiales llegan tardíamente , luego de cuatro pedidos de la querella en este sentido"  dijo el abogado Vera a Rosario/12. "Amén de ello consideramos que son relevantes porque uno de los delitos que se les va a imputar a los policías que tuvieron participación en el hecho de la muerte de Carlos , tiene que ver con la falsedad ideológica de los documentos públicos que suscribieron. Y esto es central porque la falsedad radica en los hechos, en lo que sucedió con Carlos. La acusación indica que lo que ellos suscribieron son documentos públicos con datos falsos, y lo revela el hecho de que depende el acta que mires, depende del horario, te vas a encontrar con una versión distinta del hecho: o que estaba parado o estaba apoyado en la baranda o acostado del otro lado de la baranda o simplemente que se escuchó un chapoteo en el agua o que se vio una espalda" remarcó el letrado. 

 Vera descata que "la investigación ya desde los primeros momentos puso en crisis esta versión policial y avanzó hacia una situación de agresión a Carlos del grupo de seguridad junto con los policías en el ámbito mismo del boliche Ming, que es el ámbito en el que se encontraron las manchas de sangre lavadas en el sector del balcón sur que es el espacio donde aparece el cuerpo de Carlos. Y es el lugar donde registraron la cámara del club MOP y de la guardería náutica que fueron borradas. Entonces nos parece que si bien estas imputaciones son tardías, ya marcan un criterio claramente establecido en la investigación en cuanto a que hay falsedad en las declaraciones y en las versiones policiales en relación al supuesto accidente de Carlos y esto acorrala mucho más a los agentes de seguridad del boliche incluído el propio dueño del boliche".