Rakhmat Akilov, único sospechoso de haber cometido el atentado del viernes en Estocolmo, se presentó ante una Corte de justicia, fue identificado oficialmente y, hundido en un silencio absoluto, dejó que su abogado lo declarase culpable de haber atropellado y matado a cuatro personas, hecho que fue catalogado por la Fiscalía y la propia defensa como un crimen terrorista. Luego de escuchar la declaración, el juzgado de Estocolmo ante el que se presentó Akilov decidió dictarle prisión preventiva de un mes al uzbeko de 39 años. Tras el ataque, el primer mnistro de Suecia, Stefan Lofven, prometió aplicar de manera eficaz las deportaciones del país. 

Akilov esperaba ser deportado de Suecia en el momento del atentado ya que las autoridades le habían negado el asilo político. Ayer entró a tribunales con un buzo sobre la cabeza, fuertemente custodiado y acompañado por su abogado y un traductor. Luego de que su abogado, Johan Eriksson, informara al tribunal que el ciudadano uzbeko se declaraba culpable, el juez ordenó que la sesión continuaraa puertas cerradas, sin la presencia de las cámaras y la prensa. Al finalizar la audiencia, Eriksson habló con los medios y contó que Akilov había confesado su autoría en el crimen, había entregado información y contestado preguntas.

Según el abogado, el uzbeko explicó los motivos del ataque al juez, quien ordenó a todos los presentes que no discutieran los detalles del caso fuera de la sala. Akilov fue detenido después del atentado, en el que fallecieron dos suecos, una belga y un británico, y al menos 15 personas resultaron heridas. La hipótesis de la Policía es que robó un camión de cerveza y lo utilizó para ingresar en una calle peatonal, en el centro de la capital sueca, para atropellar a 20 personas. Finalmente, el hombre estrelló el vehículo contra un local ubicado en la peatonal. 

La Justicia resolvió ayer extender el plazo de detención de Akilov por el término de un mes, pese a que la Policía señaló ante la prensa que el proceso judicial podría durar un año. La Policía también informó que Akilov expresó simpatías por organizaciones extremistas y los servicios de seguridad de Suecia reportaron que su nombre apareció en algunos informes de inteligencia, aunque nunca fue considerado como un miliciano peligroso o alguien que representaba una amenaza para la sociedad.