Amado Boudou analiza el reciente fallo del juez Daniel Obligado, que revoca su prisión domiciliaria, como "un ejemplo más del modo en que funciona en la Argentina el Lawfare a cielo abierto que creó el macrismo". Relaciona las tapas de los grandes diarios con una sentencia en la que el juez cambia su posición anterior, "sin siquiera esperar los informes que había solicitado". "Lo otro insólito es que lo sacaron el 30 de diciembre a las 9 de la noche, es un ejemplo de trabajadores del sector público", ironiza. Y concluye que si no cambiaron las condiciones de su domiciliaria (ni los hijos a cargo, ni el peligro del covid), "lo que cambió es que la Corte Suprema decidió que no se iba a tomar el trabajo ni siquiera de analizar mi caso". Una decisión que el Presidente Alberto Fernández también criticó recientemente, comparándola con el per saltum con el que se expidieron sobre el traslado de jueces, o el tratamiento que se le da a causas que involucran a exfuncionarios del gobierno de Mauricio Macri.

--¿Qué cree que medió en este apuro para el fallo, al filo de la feria judicial?

--Era un momento en que la sociedad argentina tenía que celebrar la ampliación de derechos por la interrupción voluntaria del embarazo, el regreso de la movilidad que diseñamos en 2008 y que Macri había sacado, el esfuerzo que hace el gobierno para que la vacuna ya se esté dando en la Argentina. Creo que buscan ir tapando todos esos temas. El Lawfare fue institucionalizado por Mauricio Macri, y hoy sigue funcionando a pleno. Esto es una muestra de cómo funciona. Lo que están haciendo con Cristina Fernández de Kirchner también, pero en ese caso es especialmente peligroso. 

--¿Cómo lo analiza?

--Yo vengo diciendo que están preparando la campaña electoral de 2021 alrededor de las causas judiciales, personalizándolas en Cristina. Un país donde la primera perseguida política es la vicepresidenta de la Nación, es un país que no tiene destino.

--¿Qué posibilidades de cambio ve?

--Soy un optimista permanente. No hay que callarse, no hay que asustarse, hay que apostar a la organización popular. También son necesarios, claro, el conocimiento técnico y la voluntad política de transformar. El Presidente lo viene dejando muy en claro desde la campaña, que el sistema de Justicia no funciona en la República Argentina. Fue uno de los temas centrales en su primera presentación como presidente, en la apertura de sesiones ordinarias. Ya hay un proyecto circulando, con algunos ordenamientos, conformó la comisión de expertos. Entonces, nadie podría sorprenderse de que él avance en estos temas, sería forzarlo a romper su contrato electoral con sus votantes. Porque a veces intentan decir algo que no es, como si fuera sorpresivo o si fueran ataques. 

--¿Se refiere a sus declaraciones recientes sobre su causa?

--Lo que me da tranquilidad es que el Presidente viene hablando de esto desde muchísimo antes. El hizo el contrapunto entre lo que hizo la Corte con Bruglia y Bertuzzi, que fue un escándalo, y lo que hizo con mi caso, que ni siquiera se dignó a escribir una carilla. Bertuzzi fue el presidente del tribunal que me condenó, en esa parodia de sentencia judicial para convalidar una sentencia mediática previa. El le cobró a Macri con el ascenso a la Cámara Federal. Y cuando después se pretende aplicar la Constitución, Bertuzzi dice no, a mí no me la apliquen. Así funciona el Poder Judicial en la Argentina.

--¿Se siente apoyado por el espacio político del que forma parte, el que hoy conforma el Frente de Todos?

--Yo siempre me sentí muy apoyado, y siempre entendí los momentos y entendí que no soy el centro del mundo. En las cuestiones políticas uno no puede pensar que las cosas tienen que girar alrededor de uno y sus necesidades. El apoyo o no apoyo pasa por posicionamientos públicos como los que siempre ha tenido Cristina Fernández de Kirchner. Siempre ha defendido lo mismo, nunca ha cambiado, y poco importan los nombres, importan los valores que se defienden. Yo tengo una tranquilidad de espíritu total. No me arrepiento de nada: ni de lo que hice ni de lo que dejé de hacer como vicepresidente. Y esa es una de las fuentes más grandes de tranquilidad, fortaleza, e inclusive alegría, para ir superando esta situación.

--Se lo dijo a Hebe de Bonafini cuando le entregó el pañuelo de las Madres...

--Ese momento fue muy especial. Hebe sigue siendo la figura que más ilumina en la Argentina, ella nunca buscó un lugar cómodo, siempre va diciendo lo que piensa y siempre está varios pasos adelante. En Argentina las mujeres siempre son las que marcan: iluminando la historia está Eva Perón, están Hebe, Cristina y tantas otras mujeres nuestras.

--¿Sigue sosteniendo que rechaza el indulto como una posibilidad?

--A mí me parece que lo más sanador sería que hubiera justicia. Porque esto no es un caso particular. De poco serviría que se solucione mi situación, acá lo que importa es lo que está sucediendo estructuralmente. Que causas como Dólar Futuro, o el Entendimiento con Irán (¡que era una ley votada por ambas cámaras!) estén en etapa de juicio oral, marcan claramente que la calidad democrática y republicana en Argentina está hecha bolsa. El poder ejecutivo, el legislativo y el propio poder judicial debieran ser quienes le den un corte a esta situación. Es difícil esperarlo del poder judicial porque fue el que convalidó el Lawfare. No nos olvidemos que en el gobierno de Macri había una mesa judicial que funcionaba en el mismo ministerio de Garavano. Eso era Lawfare a cielo abierto. Por eso digo que no sólo está rota la dialéctica democrática, también la republicana.

Los fallos durante el macrismo

Al repasar los fallos que se sucedieron durante los años de macrismo, Boudou analiza cómo las sentencias iban saliendo en base a coyunturas electorales. "El juicio Ciccone, por ejemplo, empezó sin el expediente en el tribunal oral", se permite reírse. También de la emblemática foto que le sacaron al ponerlo bajo arresto, "que el propio sistema le dio a los diarios". "Cuando yo les pregunté por qué estaban bajando las persianas en mi casa, me dijeron: porque no queremos que haya fotos. ¡Claro, la única que tenía que haber es la que me sacaron ellos! Yo les dije: ¿hace falta que ustedes me saquen una foto? Sí, es una instrucción, me dijeron. Y después, se desató el circo que todos recordamos". 

--¿Qué siente hoy cuando ve esa foto?

--Siento tristeza por lo que se hizo en Argentina. Lo que destruyó Macri en cuatro años, en parte fue posible por esa forma en que la Justicia lo acompañó. ¿Dónde estaba la Corte cuando subían las tarifas sin ton ni son? ¿Cuando Argentina se convirtió en el peor país del mundo deudor del FMI? ¿Cuando hicieron el estropicio con el sistema jubilatorio? ¿Y cómo es posible que hoy lo cubran de semejante manera en las causas por espionaje? ¿Cómo no es un escándalo que hoy se sepa que las cárceles estaban cableadas, microfoneadas, que no podíamos hablar en privado con nuestras abogadas? Garavano conoce esto porque estuvo en los pabellones en que estábamos. Los diseñaron para tenernos a todos juntitos y grabarnos. 

--¿Tenían alguna sospecha mientras estaban allí?

--Siempre pensamos que algo así podía estar ocurriendo, pero no imaginábamos ese armado. Sospechábamos que alguien entre los detenidos podía ser el buchón del pabellón, es feo porque es gente con la cual convivís. Pero esto estaba totalmente organizado. Mi socio y yo inauguramos dos pabellones. Claro, eran los que habían estado cableando. Y hoy lo pretenden desligar a Macri. ¿Alguien puede pensar que esto se corta en Arribas y Majdalani?

--¿Cómo pasa estos días en que se define su situación?

--Muy en paz. Lo único que me duele es pensar en estar menos tiempo con mis hijos, que están por cumplir tres años, y mi compañera. Después, yo estoy preparado para cualquier cosa. Si buscan que me doble, me quiebre, me calle, eso no va a suceder. Ni siquiera me van a sacar la alegría de seguir peleando.