La Asociación de Alzheimer de Estados Unidos y expertos de más de 30 países de todo el mundo realizarán un estudio para comprender cómo el coronavirus aumenta el riesgo, la gravedad, el ritmo y la progresión de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y enfermedades psiquiátricas, incluida la depresión. 

Según los especialistas, "es posible" e incluso "probable" que "tener covid-19 aumente el riesgo de demencia", entre otros graves daños al sistema nervioso. 

Por eso, explicaron los expertos en un artículo publicado este martes en la Revista de la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, es importante conocer y analizar esos posibles efectos en el cerebro para mitigar, a partir de la detección temprana de comportamientos y síntomas, los daños que el coronavirus pueda causar en los distintos pacientes.

Minimizar el impacto

Los principales autores del estudio son investigadores de la demencia del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, de la Asociación de Alzheimer y de las universidades de Nottingham y Leicester, en Inglaterra.

"Desde la pandemia de gripe de 1917 y 1918, muchas de las enfermedades similares a la gripe se han asociado con trastornos cerebrales", dijo el autor principal, Gabriel de Erausquin, profesor de neurología en la Facultad de Medicina de San Antonio. "Esos virus respiratorios incluían el H1N1 y el SARS-CoV. También se sabe que el virus del SARS-CoV-2, que causa el covid-19, afecta el cerebro y el sistema nervioso", agregó el médico.

En ese sentido, advirtió que "es posible, incluso diría que es probable, que tener covid-19 aumente el riesgo de demencia". La pregunta es en qué grado y bajo qué forma. "Queremos estar al frente de esto para minimizar el impacto, predecir quién está en mayor riesgo e intentar identificar comportamientos u otros factores que puedan ayudarnos a reducir el impacto en los pacientes mayores", explicó el especialista.

"El historial médico poco reconocido de estos virus durante el último siglo sugiere un fuerte vínculo con las enfermedades cerebrales que afectan la memoria y el comportamiento", señaló en el mismo sentido María Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer y coautora del artículo.

Según una revisión en The Lancet Psychiatry, después del brote de síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2002 y el brote de síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) en 2012 --ambos síndromes son causados ​​por coronavirus--, 1 de cada 5 pacientes recuperados informó deterioro de la memoria.

"La creación de un grupo internacional de científicos para estudiar más a fondo el impacto del virus en el cerebro y compartir información es de vital importancia", opinó Sarah Lenz Lock, directora ejecutiva del Consejo Global de Salud Cerebral de AARP. "También necesitamos aprender a evitar los riesgos y mitigar los daños del virus para reducir el deterioro cognitivo y la demencia en el futuro", añadió.

La investigación

A fines del año pasado, otra investigación del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía del Reino Unido presentaba evidencias claras de que, en algunas personas, el coronavirus invade las neuronas y las "secuestra" para hacer copias de sí mismo. Según se analizó, el virus también absorbe todo el oxígeno a su alrededor y mata de hambre a las células vecinas.

Por eso, algunos pacientes que padecieron la enfermedad suelen desarrollar complicaciones neurológicas graves. En la investigación británica, se estudió la infección cerebral de tres maneras: en el tejido cerebral de una persona que falleció a causa de la Covid-19; en un espécimen de ratón; y, por último, en organoides (grupos de células cerebrales en una placa de Petri que tienen la finalidad de imitar la estructura tridimensional del cerebro).

En esta nueva investigación, que contará con un consorcio de expertos de 30 países del mundo, se estudiarán los efectos neurológicos en 40.000 pacientes de 50 años o más infectados con covid-19 y en personas que ya están inscriptas en estudios de investigación internacionales existentes.

La investigación de la Asociación de Alzheimer incluirá un seguimiento a los 6, 9 y 18 meses, en el que se analizará la cognición, el comportamiento y los volúmenes cerebrales medidos por resonancia magnética de los pacientes. Se espera que los primeros resultados estén listos para principios de 2022. 

Células olfativas, blanco del SARS-CoV-2

Hasta el momento, se sabe que el coronavirus ingresa a las células a través de receptores llamados ACE2. La mayor concentración de receptores ACE2 se encuentra en el bulbo olfatorio, la estructura del cerebro involucrada en el sentido del olfato.

"La idea básica de nuestro estudio es que algunos de los virus respiratorios tienen afinidad por las células del sistema nervioso", dijo otra de las autoras principales, Sudha Seshadri, profesora de neurología en la Long School of Medicine de San Antonio y directora del Instituto Glenn Biggs. 

"Las células olfativas son muy susceptibles a la invasión viral y son el blanco particular del SARS-CoV-2, y es por eso que uno de los síntomas prominentes de COVID-19 es la pérdida del olfato", explicó.

Los efectos neurológicos del COVID-19 van desde síntomas leves como dolor de cabeza y pérdida del gusto y el olfato hasta síntomas más graves como mareos, confusión, convulsiones y accidentes cerebrovasculares.

Demencia

Los científicos han estado investigando los vínculos entre las infecciones y la demencia durante años, recordó Avindra Nath, M.D., directora clínica del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) del Institut Nacional de Salud (NIH). 

La reciente investigación, explicó, muestra que solo un episodio de una infección (neumonía, por ejemplo) puede acelerar el deterioro cognitivo, especialmente si el paciente ya está predispuesto a tener problemas de memoria.

"En general, sabemos que a medida que envejece y adquiere cualquier tipo de enfermedad, incluso una infección del tracto urinario, puede desencadenar una demencia subyacente", dijo Nath.